Luis Alfonso

No hay duda que la polémica generada por la legalización de Bildu es una puntilla más a la credibilidad del Gobierno. La célebre frase de Alfonso Guerra “Montesquieu ha muerto” quería significar que la famosa división de poderes (Ejecutivo, Legislativo y Judicial) formulada por el insigne pensador francés había perdido su vigencia.

Siguiendo con su discurso Alfonso Guerra, en aquellos momentos con la fuerza de la mayoría absoluta, seguía diciendo “El pueblo nos ha votado”, significando su forma de entender que habían obtenido un cheque en blanco para realizar todo el proyecto que tenían en la cabeza por encima de todo: constitución, leyes, ciudadanos, partidos, libertad...

Zapatero, que ni siquiera tiene una mayoría absoluta en el Parlamento, que gobierna en equilibrio, haciendo continuos pactos, se atreve a deshacer todo lo avanzado en los últimos años en la lucha antiterrorista, uno de los más graves problemas de la sociedad española, a cambio de mantenerse en el poder un último año, sabiendo que en 2012 volverá a León. El juego de devolver a ETA, a través de Bildu, a las instituciones solo tiene el fin de contentar a un PNV que le apoye en este agónico final de legislatura.

El sucio juego de proponer su ilegalización y luego forzar al Tribunal Constitucional para que lo legalice en contra de una sentencia del Tribunal Supremo es una de las grandes muestras de falta de escrúpulos que han dado a la hora de utilizar cualquier arma para obtener un aumento de poder. La muestra pública de que el Tribunal Constitucional está bajo las órdenes del Gobierno, y por tanto sonando al compás de la batuta de Zapatero, es una prueba irrefutable de que los socialistas no están dispuestos a ceder el poder sin haber dejado su huella y luchando como gato "panza arriba" para mantenerse a cualquier coste, incluso dilapidando cualquier libertad, honor y legalidad, todo vale..

Nunca hemos tenido un gobierno que tirara tantos principios levantados por los españoles. El legado es terrible, una economía hundida, reabiertas las heridas cerradas de la Guerra Civil, levantada una inútil lucha contra la Iglesia, deshecha la separación de poderes, una policía investigada por apoyar a los terroristas (con el casó Faisán), un prestigio internacional echado a perder por las continuas actuaciones, una familia tradicional atacada, el mayor índice de paro de la historia, corrupción política, escándalos en comunidades autónomas, escándalos en ayuntamientos..

Solo nos queda esperar al final de la legislatura para comenzar las obras de reconstrucción necesarias para volver a tener un país como el que queremos la mayoría de españoles, de derechas y de izquierdas, donde vivamos en una paz que el Sr Rodríguez Zapatero ha estado luchando por deshacer sin un verdadero motivo.