Rafael Nieto. 25 de febrero.
Fernando García de Cortázar (Bilbao, 1942) es uno de los grandes historiadores españoles de nuestro tiempo, que ha sabido mezclar su rigor científico con una asombrosa capacidad de divulgación. Quizá porque, como nos confiesa, siempre ha querido mimar el lenguaje, la forma, lo que en conjunción con su esmerada formación jesuítica lo convierten en un auténtico líder del best seller historiográfico. Premio Nacional de Historia en 2008, actualmente dirige las fundaciones 2 de Mayo, Nación y Libertad, y Vocento, además de la revista de pensamiento El Noticiero de las Ideas. Nos recibe con toda amabilidad en su despacho, y hoy publicamos la primera parte de la entrevista que ha tenido el detalle de concedernos.
Usted siempre se ha caracterizado por dar a sus libros un enfoque global, completo, hablando no sólo de Historia, específicamente, sino también de cultura, de arte…¿A qué se debe esa inquietud tan particular?
Esa preocupación nace de mi formación, yo tengo una formación interdisciplinar, por mi condición de jesuita que insistía en los contenidos humanísticos, no sólo de griego y latín, sino tb de literatura, tuve unos magníficos profesores de literatura universal y española y de arte, y también la carrera de Filosofía y Letras. Luego también hice Derecho y Teología, es una formación interdisciplinar que me abre las puertas a distintas disciplinas. Siempre pensé que la Historia de España, aparte de dar expresión y manifestar lo que sería una construcción nacional de España en este caso, debía expresar también un sentido misionero de la Historia que también debía expresar el sentimiento de España. Y creo que la mejor forma para expresar el sentimiento de España era utilizar siempre el soporte literario, que se ajusta tb a mi deseo de hacer una obra bella, yo cuido mucho el lenguaje, las metáforas, el color, etc., y por eso me apoyaba en la literatura, en el arte, y además España tiene tal patrimonio literario y artístico que sería un fraude no dárselo a todos los españoles. Yo recuerdo esa frase, no recuerdo de quién es: “Haced vosotros las leyes, dejadme a mí cantar las baladas de mi nación”. Yo creo que en estos años ha habido pocos poetas de la nación española, el propio concepto de España, más allá de las manipulaciones de los nacionalistas y de una izquierda desorientada que pacta con ellos, no ha estado muy presente, entonces yo también he querido cantar las baladas de mi nación española, porque tengo un gran sentimiento de España, heredado también de mis padres.
En cambio, otros historiadores no lo han hecho, han preferido limitarse a contar la Historia de España o del mundo, haciendo incluso a veces compartimentos estancos que no tienen mucho sentido, porque al final todo está relacionado…
Yo entiendo que es difícil, perdón por lo que pueda parecer de vanidad por mi parte, hacer un tipo de historia que relaciona tanto, que se hace desde el presente, que trata de ser una obra bella, estética, yo entiendo que es mucho más fácil lanzarse tranquilamente a una erudición sin más, sin saber si interesa o no, yo suelo decir a veces que los historiadores muchas veces respondemos a preguntas que nadie nos hace, y en cambio quedan sin responder las preguntas que los ciudadanos se hacen. Yo he querido responder a las preguntas que la gente se hace, por eso creo que las instituciones académicas, la universidad y la propia academia, no está tocando el latido de la realidad y a veces da la sensación de que el destinatario de esas obras son los propios universitarios. Yo creo que no, la Historia es mucho más importante que eso, y debe saltar los propios muros de las instituciones académicas y de la Universidad, y buscar lo que los ciudadanos nos piden, el ciudadano de la calle. Suelo decir que la Historia es una magnífica asignatura de EpC, pienso que pocas disciplinas como ella están cargadas de principios cívicos y éticos, y expresan bien lo que podíamos llamar la utopía, no en un sentido real, como Campanella o Tomás Moro, sino en un sentido metafórico, de cambio, de mejora, de aspiración a algo mejor. En definitiva, qué es la Historia si no la aspiración a algo mejor, de supervivencia de las personas frente a los acontecimientos, algunos adversos, frente a la propia naturaleza, etc.
Quisiera saber su opinión acerca de eso que se han dado en llamar “mentiras de consenso” sobre los nacionalistas, ese proceso de renuncia que desde hace décadas está protagonizando España para tener contentos a los nacionalismos periféricos, ¿qué le parece esto?
Yo pienso que sí, yo suelo decir que me he podido equivocar, y ciertamente me he equivocado muchas veces en mi trayectoria vital, en mi vida, pero mis mayores equivocaciones no están en la interpretación del nacionalismo, que siempre tuve muy claro lo que era. Ya mucho antes de que distintos movimientos y personas fueran críticas con el nacionalismo, yo lo fui, publiqué un libro a principios de los ´90 muy crítico con el nacionalismo vasco. Pienso que el gran problema para la democracia nuestra actual era esta especie de religión secular que es el nacionalismo, que más allá de los derechos individuales de las personas pone su objetivo en los derechos de una pretendida patria común, nación, etc. Sí me ha llamado la atención la complacencia con la que se ha tratado a los nacionalistas, con la que se sigue tratando a los nacionalistas, me llama la atención porque así mismo creo que la Historia debe hacer balance, que es otra característica de mi historia. Hay un momento en el que yo reflexiono sobre los acontecimientos, sobre el pasado, con un sentido de adjudicar aciertos y errores desde mi punto de vista individual. Creo que hemos llevado al tribunal de la Historia al fascismo en sus distintas vertientes, también al estalinismo y al comunismo, en cambio no hemos llevado al tribunal de la Historia al nacionalismo que es tan responsable de tales horrores y tales desgracias, y que realmente golpea en este momento a una España integrada en Europa y parece un anacronismo tremendo pero que lo es; que yo tenga que llevar escolta policial por escribir, pues es tan injusto, y te hiere que esto esté pasando en el corazón de Europa, y está pasando porque hay una ideología nacionalista en su versión terrorista que trata de afirmarse a través del terror y la violencia. No hay que olvidar que en este momento en el corazón de Europa, se mata, se asesina por el pretendido derecho de autodeterminación. Yo creo que ha habido demasiada contemporización con estas ideologías que pueden estar en esa teoría de no airar a los nacionalistas, de no decirles las verdades del todo, para ver si colaboran con nosotros. Yo suelo decir que ellos tienen tan claro el objetivo, el problema es que al otro lado de la mesa no hay gente que crea en su idea de nación española, y por eso tienen tal exceso de publicidad, mucho más de lo que sus votos en el conjunto de la nación española les podían reportar.
Sería bueno que alguien de su prestigio pudiera explicar a nuestros lectores, de forma didáctica, cuál cree que es el origen de las mentiras sobre la patria vasca, por qué razones no es posible hablar de la existencia de una nación vasca como tal.
Se podrían dar muchísimas razones, se podría decir que la Historia es la gran partera de la nación, y realmente así se ha considerado. No es que existan historias nacionales porque hay naciones, sino al revés, existen naciones porque hay historias y acontecimientos nacionales. Por ejemplo, un acontecimiento nacional y estamos hablando desde la Fundación 2 de Mayo, es la Guerra de la Independencia, que es un acontecimiento nacional que va a precipitar la idea de nación. Entonces no podemos, hacer una nación vasca, porque la Historia por el contrario, dice exactamente lo contrario, jamás ha existido en buena parte del País Vasco hasta 1980, la puesta en marcha de la Comunidad Autónoma vasca y del Estatuto de Guernica, porque antes existían las provincias vascongadas, y cada uno con su itinerario, pero que no existía ninguna institución común que nos permita hablar de eso. Por otro lado, yo suelo decir que ciertamente, lo afirmo con rotundidad, no hay otra región en España que pueda reivindicar menos su capacidad de secesión o su independencia que el País Vasco. El País Vasco está en el corazón de Castilla, y es como la gran abuela de España: eso nos dice la Historia. Y por eso realmente, la capacidad de la manipulación de la Historia es más fuerte en el País Vasco que en otra regiones, incluso en la propia Cataluña donde también se da manipulación de la historia pero tienen muchísima más identidad nacional “la historia catalana” que la del País Vasco. El País Vasco no me canso de insistir, es el corazón de España. En Vizcaya en el año 60 es la provincia menos autóctona de España, en cambio en Badajoz el 92% de la población ha nacido allí. Una cosa es que electoralmente, en un momento determinado los vascos deciden un proyecto secesionista, pues habría que considerarlo, se podría considerar. Pero realmente la nación en el sentido que nosotros tenemos, de comunidad nacional basada en una historia común, en una lengua común, en determinados elementos comunes no existe nada en el País Vasco y llamativamente podríamos decir que en el País Vasco todo ha sido objeto de debate y confrontación entre los propios vascos. No coincidimos ni en el idioma, la gran mayoría de la población tiene como único idioma el castellano, sólo son unos pocos los que tienen el vascuence, no coincidimos ni en el nombre a la hora de llamarlo (yo siempre lo llamaría vascuence y no euskera), no coincidimos ni en los límites geográficos de lo que sería ese pretendida nación de los nacionalistas, unos incluyen Navarra y otros el País Vasco francés…no coincidimos ni en el himno ni en la bandera…Es decir, que es todo lo menos empastado y llamativamente nacional que existe. Porque realmente cuando los nacionalistas se les llena la boca con sus exigencias de una España plural, que me parece estupendo, y efectivamente desde 1978, es una España plural, lo que hay que recordarles es que es muchísimo más plural el País Vasco y Cataluña que lo que sería el gran conjunto de España. ¿Por qué es mucho más plural? Porque han tenido dos grandes oleadas migratorias, una a finales del XIX, y otra en los años 50 y 60 del franquismo, que en caso del País Vasco coinciden con dos grandes momentos o dos grandes gritos nacionalistas: el de Sabino Arana y el de ETA. Yo como no soy nacionalista pienso que las naciones no son un fenómeno natural, sino que es algo que se construye y realmente lo llamativo es que eso lo han sabido hacer los nacionalistas, y durante estos años ellos han aprovechado teóricamente los márgenes que han interpretado que les tenía que conceder la Constitución para ir construyendo su nación. Y tenemos declaraciones clarísimas en esta línea, “primero construyamos la nación y luego la independencia”, tanto en el caso de Arzallus como en el caso de Pujol. En cambio sorprende que durante estos años, el discurso nacional español es de una pobreza enorme, casi prácticamente está soterrado, es decir, se da por hecho, y no hay que darlo por hecho porque la nación es un plebiscito diario. La nación se construye diariamente y lo que se ha ido construyendo en las autonomías es una nación étnico-lingüística de los nacionalismos catalán, vasco y gallego, y en cambio no se ha hecho lo mismo con la idea de ciudadanía del campo español.
(Fin de la primera parte)