Hacia una nueva Seguridad Social
Eduardo de Prado Alvarez
He leído con detenimiento el escrito "Atención trabajadores” de Pedro de la Serna, Portavoz del Partido de Castilla y León (PCAL) en el Ayuntamiento de Aranda de Duero (Burgos) donde recapacita sobre la jubilación y los planes de pensiones.
Quisiera añadir, sin discrepar, algunas consideraciones.
De acuerdo en que 'los Planes de Pensiones Privados, son un producto creado más para las empresas de seguros que para los ahorradores y ahí están los resultados de siempre para afirmar lo que indicamos: iliquidez, inseguridad, riesgo, ventajas fiscales inexistentes,... ', como dice el portavoz de PCAL en Aranda.
Algunos, pocos, hace un par de años o tres tuvieron la previsión o el acierto de poner sus ahorros del Plan en un digamos Ídem (plan) de ahorro garantizado que era entonces minúsculo, pero al menos aseguraron un crecimiento anual por mínimo que fuera durante los últimos 10 años de vigencia, hasta su jubilación. Ahora se ve que aquel ‘garantizado’ escuálido, que parecía casi ridículo, resultó providencial.
En cuanto a la seguridad social, creo que ha llegado la hora y el momento de hacer alguna propuesta seria y, por lo que a mí respecta, creo que novedosa, por más que de alguna forma pueda parecer heterodoxa, no lo voy a negar.
Se dice que los trabajadores de ahora (este año, este lustro…) financiamos las Pensiones de "ahora” (este año, este lustro…) y que lo que se cobra nada tiene que ver con la suma, el montante, de lo cotizado a lo largo de la vida laboral, salvo, claro está, los requisitos de permanencia y el hecho de la proporcionalidad del cálculo de lo que se ha de cobrar, pero que la filosofía es la otra: que lo cotizado por cada uno ha servido en todo caso para financiar las pensiones de entonces, las pensiones que se han pagado durante nuestra vida laboral a otros, entonces pensionistas.
Creo, y es mi propuesta, que habrá que añadir un nuevo elemento, de nueva filosofía y de Nueva Concepción de lo que la Seguridad Social sea y deba ser y sobre su financiación.
Durante algun tiempo fui miembro del Consejo General de la Seguridad Social, del INSS, y acudía desde Barcelona trimestralmente a Madrid, en representación de los trabajadores, en mi caso por la Unión General de Trabadores, UGT.
Experiencia enormemente enriquecedora en conocimientos y en casuística. Sin ser un experto consumado, creo que algo sé del tema.
Mi propuesta de cambio de la filosofía y concepto, dicho muy resumido ahora, es que la Seguridad Socia hay que conceptuarla como pieza clave, ‘Pal de palier’ dicho en catalán, (viga maestra en castellano) del Estado del Bienestar. Del Estado social y democrático de Derecho.
Tanto y como el derecho a un trabajo digno, y tanto como el derecho a una vivienda digna que dice garantizar la Constitución, es importante, decisivo, esencial, garantizar de hecho, no de teoría o de palabra, el derecho a recibir el pago mensual de por vida de la Seguridad Social, acaba da la vida laboral activa remunerada del trabajador, varón o mujer, y a que la cantidad sea la que los tiempos exigen.
Y es esencial para garantizar ese derecho efectivo la financiación. El sujeto y la cantidad.
En este sentido, una mínima responsabilidad y previsión dice que no se puede dejar ya exclusivamente la Seguridad Social a la Financiación por parte del trabajo y por parte del empresario. Hay que incluir el tercer elemento necesario, ya hoy imprescindible: la Administración, el Estado.
Primero como sujeto activo. Segundo en cuanto al montante o cantidad a incrementar el presupuesto de la SS y tercero en cuanto a la previsión que le es obligada, y que tiene que ser superior a 40 ó 50 años. Que tiene que ser de 100 años vista como mínimo, incluso más.
Es decir: hay que pasar de la instantaneidad, filosofía que ahora rige: --los trabajadores de hoy financian las pensiones de hoy (sin previsión posible a largo plazo en que el trabajo puede escasear, antes al contrario, estamos encadenados a lo realmente existente hoy y ahora) -- a la filosofía de la previsibilidad centenaria: donde las partes que financian pasan a ser tres y además la Administracion, el gobierno, hace planes a 100 años vista y fortalece el Fondo Centenario de la Seguridad Social ya desde hoy mismo.
Un Fondo a 100 años vista de Capitalizión de la Seguridad Social nacional para que las Administraciones públicas, -- y tenemos muchas, nacional, autonómicas, provinciales y locales--, prioricen, presupuesten y capitalicen la Seguridad Social en cuanto garantes del Estado social y democrático de derecho que predica la Carta Magna de 1978 en la proporción que se les asigne. Se trata, por supuesto, de una Nueva Prioridad.
Yo propongo, pues, un Plan CENTENARIO DE PREVISIÓN Y CAPITALIZACIÓN DE LA SEGURIDAD SOCIAL con cargo al Estado y a las administraciones central, autonómicas y locales. La parte que les toque y se les asigne.
(Mucho mejor que no, por ejemplo, y sin cebarnos ahora en el tema, dedicarlo a abrir embajadas de casi todas las Autonomías en el extranjero, o a pagar viajes de alcaldes y concejales por todo el mundo, donde No Tienen Competencias, etc.).
Es evidente.
Este cambio de filosofía propuesto aquí introducirá algunas variaciones en las consecuencias: por ejemplo respecto de los extranjeros que se incorporen a nuestra patria a trabajar, en la medida en que su parte aportada les dará sus derechos, pero que serán en todo caso menores que los de los nacionales porque ahora ya es el Estado y el impuesto nacional el que durante 100 años ha ido capitalizando ininterrumpidamente dicha seguridad social nacional. Etc. Pero este es tema de otro escrito.
El Estado hace autopistas, líneas férreas, aeropuertos, con independencia de que no todos los españoles conducen por la autopista, han viajado en su vida en tren y mucho menos en avión.
Igualmente, independientemente de que No el 100 por 100 de los nacionales estén en la Seguridad Social, aunque se podría llegar a una situación en que sí lo estuvieran, este Bien Nacional, viga maestra del Estado de derecho, puede y debe ser financiado por el Impuesto Público y por el Estado en un Plan a Cien Años Vista. Y la Seguridad Social y las Pensiones no correrán peligro alguno. Obvio. Seguro.
Hay que empezar cuanto antes.