Ángel David Martín Rubio. 7 de enero.
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Al igual que ocurre con otros muchos temas de la historia contemporánea española, la División Azul sigue ocupando un lugar preferente en la atención de los investigadores y despertando el interés de muchos lectores. Basta recordar las opiniones vertidas hace apenas unos días en el ámbito académico de la Universidad San Pablo-CEU con ocasión de la presentación del libro La División Azul. Las fotografías de una historia, editado por La Esfera de los Libros y del que son autores Gustavo Morales y Luis Eugenio Togores. El primero de ellos afirmó que era «una unidad muy heterogénea, eran hombres de honor, soldados y soldados políticos», uno de los rasgos que hace atractivo y fascinante el conocimiento de la División Azul es precisamente su carácter voluntario: «Los de la División Azul eran voluntarios, sabían por qué iban a combatir, cosa que muchos soldados de hoy en día no tienen claro». Para Togores el mayor valor de este compendio de fotografías reside en «las escenas cotidianas, que muestran como eran los españoles de ayer, de hoy y, probablemente, de mañana». Por su parte, el periodista y director del programa La Estrella Polar de la Cadena COPE, José Javier Esparza, destacó cómo la División Azul permitió que, formalmente, España mantuviera la neutralidad en la II Guerra Mundial. «No hubo entrada y aquello trajo muchos beneficios, pero no se entró porque hubo quienes lo hicieron por nosotros y esos fueron los de la División Azul».
Son numerosas las cuestiones acerca de las cuáles se ha de seguir profundizando en relación con dicha unidad, en primer lugar los aspectos puramente militares como la situación afrontada por la División Azul, la relación de fuerzas en los distintos momentos, su aportación en el conjunto de la campaña contra Rusia, donde constituía sólo una parte mínima de los ejércitos desplegados pero tuvo un comportamiento militar brillante. No menos interés despierta el trasfondo político y el peso de la División Azul en la política interior y exterior del régimen nacido de la Guerra Civil. Pío Moa proponía hace algún tiempo examinar el valor indirecto de la División como posible factor disuasorio ante una invasión aliada: una lección de la Guerra Mundial fue que un fuerte espíritu de resistencia, incluso con fuerzas mal pertrechadas, podía convertir a un país en un infierno para el invasor, como ocurrió a los alemanes en Yugoslavia. Al realismo y la extraordinaria habilidad de Franco, que contaba con excelentes diplomáticos, se sumó la División Azul como baza decisiva para evitar la entrada en la guerra pese a las presiones de los alemanes y los anglosajones.
Elevado tenía que ser el coste de vidas de una empresa como ésta y de ahí el interés de una iniciativa que recomendamos a nuestros lectores y a todos aquellos que deseen profundizar en la investigación histórica relacionada con estos temas. El historiador pacense Daniel Infante Reyes (autor junto a Francisco Gragera del libro Rumbo a Rusia (los voluntarios extremeños de la División Azul), Raíces, Madrid, 2007) ha puesto en marcha una página web dedicada a los Caídos de la División Azul mediante la que pone su Archivo personal (con unas cinco mil entradas en la base de datos) a disposición de toda persona que quiera saber de algún muerto o desaparecido en Rusia perteneciente a la División, Legión y Escuadrilla Azul. Las consultas pueden enviarse a través de la dirección: http://caidosdivisionazul.iespana.es/.