Redacción. Se desvela el espeluznante testimonio de un médico británico que cuenta como en algunos hospitales ingleses se pone término a la vida de bebés y niños con discapacidad mediante la retirada de la alimentación y los líquidos necesarios para sobrevivir en un proceso que dura unos diez días. Hasta el momento, se conocía que esta práctica se realizaba con ancianos y enfermos terminales adultos. Por la importancia y gravedad extrema de la noticia la reproducimos a continuación, juzguen ustedes mismos.
Asociación Cruz de San Andrés
Ahora a los bebés enfermos se les somete a la vía de la muerte: el testimonio inolvidable de un médico revela cómo se planifica el final de vidas infantiles
• La práctica de retirar la sonda de alimentos y líquidos a bebés.
• El centro de cuidados paliativos de Liverpool 'Liverpool Care Pathway' sujeto a una investigación solicitada por el ministro de salud.
• La investigación, que incluye a los pacientes infantiles, tiene por objeto dilucidar si algunos pagos en efectivo a hospitales para que llevasen a cabo tratamientos de la muerte han influido en las decisiones de los médicos.
Por Sue Reid y Simon Caldwell
A los niños enfermos se les da el alta en los hospitales públicos de Gran Bretaña para que mueran en casa o en los centros de cuidados paliativos. Son las polémicas 'vías de la muerte'.
Hasta ahora, se creía que el régimen eutanásico del 'Liverpool Care Pathway' se aplicaba sólo a ancianos y a enfermos terminales adultos.
Sin embargo, el periódico 'Daily Mail' ha revelado la práctica de retirar alimentos y líquidos por sonda a pacientes jóvenes, así como a recién nacidos con graves discapacidades.
Foto: Niños enfermos y bebés están siendo dados de alta de los hospitales públicos para que mueran en casa o en centros de cuidados paliativos. Son las polémicas 'vías de la muerte'
Un médico ha admitido haber dejado morir de hambre y deshidratación a diez bebés en la unidad neonatal de un hospital.
En un artículo publicado en una importante revista médica, el médico reveló que el proceso puede tardar un promedio de diez días, durante el cual el bebé va "haciéndose más pequeño y encogiendo".
El servicio de cuidado médico de Liverpool (LCP) –en el que mueren cada año 130.000 pacientes ancianos y enfermos terminales adultos– es ahora objeto de una investigación independiente solicitada por los ministros del gobierno.
La investigación, que incluirá a pacientes infantiles, tiene por objeto dilucidar si algunos pagos en efectivo a hospitales para que llevasen a cabo vías de la muerte pueden haber influido en las decisiones de los médicos.
Algunos médicos críticos con el LCP insisten en que es imposible determinar cuándo va a morir un paciente, y por tanto la muerte en el LCP se convierte en una profecía auto cumplida. Dicen que es una forma de eutanasia, que se utiliza para ahorrar camas de hospital y dinero al sistema sanitario.
Foto: La práctica de retirar alimentos y líquidos por sonda está siendo empleada en pacientes muy jóvenes, así como en recién nacidos con graves discapacidades
El uso de métodos “sanitarios” para el fin de vida en los recién nacidos con discapacidad fue revelado en la “biblia” de los médicos: el British Medical Journal.
A principios de este mes, un médico anónimo escribió acerca de la agonía de ver morir a bebés de forma prolongada. El médico describió el caso de un bebé que nació con “una larga lista de anomalías congénitas inesperadas”, cuyos padres aceptaron ingresarlo en el centro de cuidados paliativos.
El médico escribió: “Los padres esperan que su hijo muera rápidamente una vez que cesen la alimentación e hidratación. Prefieren que haya neumonía. Desean que no haya sufrimiento y no quieren ver cambios visibles en su precioso bebé.”
Foto: Según un artículo del BMJ, durante la presidencia de un médico en el hospital hubo diez muertes en una única unidad neonatal
“Sus deseos, sin embargo, no se corresponden con mi experiencia. El tiempo de supervivencia es a menudo mucho mayor de lo que la mayoría de los médicos piensa. Pensando en mis pacientes anteriores, la media de tiempo transcurrido desde la retirada de líquidos hasta la muerte era de diez días.”
“Los padres y los equipos de atención no están preparados para los cambios, a veces severos, de que serán testigos en el aspecto físico del niño, mientras se produce la deshidratación.
“Yo, a diferencia de ellos, he conocido el horror de presenciar como un niño va haciéndose más pequeño y encogiendo como única vía para acabar con esa vida que se ha vuelto insoportable para el paciente o para los padres, que quieren a su bebé.”
Según un artículo del BMJ, durante la presidencia de un médico en el hospital hubo diez muertes en una única unidad neonatal.
En respuesta a dicho artículo, la Dra. Laura de Rooy, una neonatóloga consultora en el Hospital St. George NHS Trust de Londres, dejó por escrito en el sitio web del BMJ que: “es una suposición enorme pensar que no sienten hambre o sed.”
El LCP para la infancia fue desarrollado en el noroeste de Inglaterra, donde el propio LCP fue pionero en la década de 1990. Se trata de dar de alta al paciente para que se vaya a su casa o a un hospicio de niños donde reciben un documento detallando su cuidado para el 'final de la vida'.
Uno de ellos, según el “Daily Mail”, llamado “Liverpool Pathway for the Dying Child”, que dirige el Royal Liverpool Trust NHS para la Infancia junto con el hospital de niños Alder Hey, incluye casillas de verificación, rellenadas por médicos de hospital, para que dejen de proporcionárseles medicamentos, nutrientes y líquidos.
El LCP fue ideado hace más de una década por el Instituto de Cuidados Paliativos Marie Curie de Liverpool para la atención de pacientes adultos terminales. Desde entonces se ha ido desarrollando, con la contribución del personal pediátrico del hospital Alder Hey, y ahora admite también a niños. Los padres tienen que dar su consentimiento para que su hijo sea sometido a la vía de la muerte, a menudo después de que los médicos les comuniquen que es “por el bien del niño”, ya que su supervivencia es “inútil”.
Bernadette Lloyd, una enfermera de cuidados paliativos pediátricos, ha escrito a la Oficina del Gabinete y al Ministerio de Salud para criticar el uso de las vías de muerte en niños.
Ha dicho que “los padres son coaccionados, en un momento muy traumático, para dar su consentimiento y admitir que eso es lo correcto para sus hijos, ya que los médicos les dicen que sólo le quedan unos días de vida. Es muy difícil predecir la muerte. He visto un número "razonable" de niños que se recuperan después de haber sido retirados de la vía"
“También he visto a niños morir de una sed terrible, porque haberles sido retirados los líquidos hasta causarles la muerte.”
"Fui testigo de cómo un niño de 14 años de edad con cáncer moría con la lengua pegada al paladar porque los médicos se negaron a darle líquidos por sonda. Su muerte fue dolorosa para él, y para nosotros, los enfermeros que la presenciamos. Esto es eutanasia por la puerta de atrás."
Alder Hey confirmó que los niños y bebés acceden al servicio de cuidado para el final de la vida del LCP “después de que todas las posibles causas reversibles de la condición del paciente hayan sido consideradas”.
“Hay una vía de cuidado médico para permitir que un niño muera con el apoyo de equipos locales de medicina y enfermería en la comunidad, de acuerdo con los deseos de los pacientes infantiles, en su caso, y siempre de sus padres o cuidadores.” Alder Hey dijo que los niños no fueron ingresados en el LCP dentro del propio hospital.
Teresa Lynch, del grupo de protesta Alliance Medical Ethics, dijo: "hay grandes preguntas por responder acerca de cómo están muriendo nuestros niños enfermos."
Un portavoz del Departamento de Salud dijo: “El cuidado para el fin de la vida de los niños debe cumplir con los más altos estándares profesionales y clínicos, y las necesidades específicas de los niños al final de su vida.”
“El personal siempre debe comunicarse con el paciente y su familia, y hacer que participen en todos los aspectos de la toma de decisiones.”