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Diario YA


 

En la Iglesia Anglicana, dentro de su seno, se han vivido dos sensibilidades

Los Anglicanos vuelven a Roma

José  Luis Orella. Después de varias décadas de diálogo ecuménico, los anglicanos pertenecientes al TAC (Comunión Anglicana Tradicionalista) han pedido su integración en la Iglesia Católica. Desde Roma se estudia la forma de los ordinarios castrenses para poder organizar la integración en bloque de los anglicanos tradicionalistas. Desde 1534 que por imposición de Enrique VIII se originó la Iglesia Anglicana, dentro de su seno han vivido dos sensibilidades. Una quería aprovechar la oportunidad para incluirla dentro del mundo protestante, la otra defendía su raíz apostólica, y aunque anglicana, defendía el mantenimiento de la tradición eclesial hasta entonces. Esta idea ha pervivido siempre dentro del anglicanismo, mientras los católicos vivían en clandestinidad y marginados de la sociedad inglesa. Tendrá que ser el futuro Cardenal Newman, quien como clérigo anglicano, desde el Movimiento de Oxford, afronte la verdad e investigue las raíces apostólicas de la Iglesia de Inglaterra, lo que le llevará a descubrir la herencia preservada en Roma. Su ejemplo de conversión abrió el camino a los hermanos Chesterton, a la madre de JRR Tolkien, al futuro Cardenal Manning, a Ronald Knox etc… en definitiva a una intelectualidad conversa que devolvió al catolicismo inglés a una posición reconocida en el mundo de la cultura anglosajona. 

Desde entonces las conversiones al catolicismo han sido numerosas, pero siempre a título individual. Sin embargo, la deriva que llevaba el anglicanismo de ordenación de mujeres, de homosexuales confesos y otras cesiones en el campo de la vida motivó que un sector importante de anglicanos se pronunciase en contra de romper su tradición apostólica. La formación de TAC en 1991 proviene de este contexto y formó su propia estructura, que reunía una treintena de obispos que eligieron un primado propio. El TAC reúne actualmente a quinientos clérigos y cuatrocientos mil fieles. No obstante, pueden ser el primer aviso de retorno de los anglicanos conformes al manifiesto de Jerusalén que reúnen a 36 millones de fieles, lo que sería verdaderamente la reunión de los anglicanos con Roma.