Caracas. Hugo Chávez, Presidente de Venezuela, anunció el sábado la necesidad de someterse a una urgente cuarta operación en La Habana debido al cáncer contra el que lleva luchando desde que se lo diagnosticaran en junio de 2011 y, en caso de quedar inhabilitado, afirmó con contundencia que su sucesor debe ser su vicepresidente, Nicolás Maduro.
El liderazgo personalista que ha mantenido Hugo Chávez desde que tomara el poder en 1999, no plantea un camino fácil para quien le suceda. Así, Chávez pretende dejar bien atada la supervivencia y continuidad del movimiento del que es líder único e indiscutible, -puesto que nunca ha consentido que nadie le hiciera sombra dentro de su propio grupo, el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV)-, y ha designado a Maduro no solo como la persona que asumiría la presidencia temporal si el mismo no pudiera, sino como el candidato que se presentaría como cabeza de su partido en las elecciones venezolanas que deberían convocarse inmediatamente después, según marca la legislación venezolana.
Analistas internacionales afirman que, aunque es muy difícil predecir el grado de aceptación que va a tener Nicolás Maduro, tanto entre los venezolanos como en el apoyo que va a recibir de su propio partido, sí se trata de un hombre del ala moderada del partido que no parece provocar el rechazo inicial que podrían tener otras figuras dentro del chavismo.
Sin embargo, cuando Chávez marcó la sucesión, no estaba solamente Maduro a su lado. También se encontraba un ex militar procedente del ala dura del chavismo llamado Diosdado Cabello, quien parece que apoya la decisión adoptada por Chávez. Esto es, el presidente venezolano aparecía en la foto flanqueado por un civil moderado y un ex militar que no lo es tanto.
Sin embargo, lo cierto es que nadie conoce a ciencia cierta como pueden reaccionar los “invisibles” del partido chavista hasta que no se presente Maduro como candidato al PSUV si Chávez no puede asumir su mandato el próximo enero de 2013, o bien si en los primeros cuatros de mandato, queda inhabilitado.
El ‘peso’ de Chavez no es igual que el que pueda tener otro candidato de su partido a la hora de enfrentarse a su opositor, Henrique Capriles. Y las diferencias obtenidas entre ambos hace unas semanas no eran tantas. Estas pudieran verse ‘peligrosamente’ reducidas, si tenemos en cuenta que Chávez obtuvo el 55 por ciento de los votos y Capriles el 44 por ciento, si se presenta otro candidato que no es el propio Chávez. Es lo que tiene el liderazgo personalista.
Tampoco sería demasiado desventurada la posibilidad de que, para evitar este riesgo, directamente se cambiara su Carta Magna, con lo cual, ya no existiría la obligación de convocar elecciones y se podría designar directamente a Maduro como Presidente del país.