Principal

Diario YA


 

zarzuela neoclásica en dos actos de L. Boccherini

“Clementina” se reestrena en el Teatro de la Zarzuela

Domingo Fernández

Luis de Haro Serrano

El Teatro Nacional de la Zarzuela, presenta por primera vez en su historia este título de zarzuela neoclásica en dos actos, compuesto durante su etapa madrileña por el compositor italiano L. Boccherini, realizado sobre libreto de Ramón de la Cruz, según encargo de su mecenas, Faustina Téllez, Condesa-Duquesa de Benavente, realizado a principios de 1787. Un título cuyo conocimiento resulta imprescindible para que el aficionado pueda seguir con cierta profundidad las diversas etapas que el género de la zarzuela tuvo que recorrer a lo largo de su historia.

El director de escena, Mario Gas, la estrenó en 2009 en el Teatro Español, con una producción patrocinada por la Fundación Caja Madrid, adquirida hoy por el Teatro de la Zarzuela, que es la misma que se presenta ahora con diferentes “peinados” del lenguaje, para acercarla a la actualidad, sin que, como es natural, como indica el director, Andrea Marcon, se haya visto afectada la parte musical, dado que tiene suficiente belleza y personalidad al contar con unos matices estilísticos propios de las composiciones de autores tan consagrados como Martínez Soler, A. Salieri y el mismo Mozart.

Su línea teatral responde a la clásica convención de unidad de acción tiempo real –nueve horas aproximadamente- y lugar –la casa madrileña de D, Clemente- Toda una comedia de enredo con final feliz.
Boccherini preparó su “Clementina” en un tiempo record, solo 41 días a finales de 1881, para lo cual reutilizó material, especialmente el “minueto” y el “andante”, de su famoso cuarteto en re menor nº 1 G 295, compuesto en 1778.

Un Oficial de la administración del Ducado de Benavente, José de Andueza, tras su primer estreno en los salones del Palacio, la definió de esta manera: “Es una zarzuela bonita y graciosa, tanto por la letra como por su música”.

Como era habitual en aquella época, la primera presentación se solía realizar en los palacios de los mecenas, dirigida por el propio compositor, con una asistencia de público muy restringida, por lo cual apenas si se poueden conocer las reacciones de crítica y público en torno a ellas. Lo que si se sabe es que “Clementina” fue muy bien aceptada por el público desde el momento en que comenzaron a producirse las primeras representaciones públicas, cuyas referencias iniciales son las que durante cuatro ocasiones 5, 6, 8 y 12 de enero de 1899 se realizaron en el antiguo Teatro de los Caños del Peral, a las que siguieron otras en el año 1986 en el también antiguo Teatro del Príncipe, para trasladarnos ya a la citada de 2009.

Puesta en escena
Para su puesta en escena, Mario Gas ha tenido que luchar con bastantes dificultades, la primera ha sido la actualización de un texto algo quebradizo y lento en el desarrollo expositivo de su lenguaje, la utilización de un solo escenario para los dos actos, consiguiendo una movilidad bastante aceptable, gracias a la utilización de elementos escuetos y sencillos. No así en el movimiento escénico que adolece de demasiada quietud, con movimientos poco naturales en los intérpretes que, además, le restan credibilidad a la acción, dado el poco atractivo que tiene el texto del libretista, lo mismo que en la parte vocal donde dentro de una calidad media aceptable el desarrollo general fue muy heterogéneo, con grandes altibajos entre las voces masculinas y femeninas, ganando estas ampliamente el hipotético “combate lírico”.

Atractivo el vestuario de Antonio Belart y poco sugerente la desigual iluminación de Paco Ariza. Simplemente correcta la dirección musical de Andrea Marcon y poco fluida, como consecuencia, la actuación de la Orquesta.