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Diario YA


 

Visión nostálgica del Madrid de principios de siglo

“La Chulapona”, de nuevo en el Teatro de la Zarzuela

Luís de Haro Serrano

Dirigida musicalmente por Miquel Ortega y Gerardo Malla en el área escénica, el Teatro de la Zarzuela, con gran acierto, hace coincidir la reposición de esta singular obra del madrileño Federico Moreno Torroba (3-3-1891/12-09-1982) con las tradicionales fiestas patronales de San Isidro que Madrid empezará a celebrar a partir del próximo día 15. Título bastante atractivo y apropiado para la ocasión. Estará en cartel hasta el 3 de junio.

Retomar esta obra llena de magia, gracejo y sencillez, pero con una gran dificultad para su montaje general, es una prueba más de la sensibilidad de la dirección de La Zarzuela. Un buen regalo para el aficionado que, sin duda, disfrutará a tope con las vicisitudes de esta mujer llena de personalidad, bastante adelantada a su época, dueña y empresaria de un gran taller de plancha por el que pasan numerosos protagonistas que viven divertidos episodios, amorosos y dinerarios, como los de Don Epifanio y Espasa y que al final protagoniza un generoso desenlace.

“La chulapona” es un título de gran calidad al que, inexplicablemente, no se le ha dado el mismo trato que a otros que han resultado bastante más conocidos, pero no por ello de mayores valores musicales y populares, como pueden ser “La Revoltosa”, “Doña Francisquita”, “La Verbena de la Paloma” o “Luisa Fernanda” – del propio Torroba- por citar solo algunos. Toda una joya de gran nivel musical dotada de una trama muy madrileña.

Estrenada con gran éxito en el teatro Calderón de Madrid el 31 de marzo de 1934, no pudo presentarse en el actual teatro de la Zarzuela hasta septiembre de 1988, donde se ha repuesto en tres ocasiones, 1993, 1997 y 2004. Sus grandes valores la llevaron posteriormente a la Maestranza de Sevilla, el Campoamor de Oviedo, la Opera Cómica de París y el Teatro Teresa Carreño de Caracas.

Los autores del libreto, Federico Romero y Alejandro Fernández Shaw, ayudados por la música de Torroba han popularizado en sus personajes giros linguísticos, formas, dichos y figuras madrileñas del 34. Todo un casticismo lleno de nostalgia plagado de chulapos, chulapas y otros personajes que, a nivel personal, se mueven con enorme gracejo en las circunstancias sociales y políticas de una época en la que la capital de España, enfervorizada por el triunfo de la II República, vive la fiebre de sus dirigentes, especialmente los municipales, para procurar que se convierta en una ciudad más moderna, nueva y habitable, para lo cual crean proyectos urbanísticos de gran envergadura como el corredor Atocha-Chamartín, conocido como el “túnel de la risa”, o la esperada Gran Vía. En ella se recuerdan espacios llenos de popularidad como los famosos Cafés-teatro, los tablaos, los merenderos del Manzanares y los cláicos lugares de trabajo como los “talleres de costura” plagados de las populares modistillas y los de “plancha”. Un Madrid embarcado en la borrachera de la modernidad, las ideas cosmopolitas y el sonido del organillo.

Por sus alusiones a otros títulos de zarzuela y géneros como el flamenco, musicalmente “La Chulapona” es una obra llena de valores y atractivos números como la introducción, la mazurca “Las chicas de Madrí”, el chotis “creí que no venía”, el pasacalle “Como soy chulapona” y el terceto “Se puede pasá, Paloma” o el “dúo-habanera” y tantos otros situados a lo largo de los tres actos de la obra. Es, por tanto, una zarzuela muy viva, dotada de gran movimiento y popularidad, típica del gran talento de su autor que llegó a componer cerca de treinta títulos entre sainetes y zarzuelas, dos óperas, una de ellas –“El poeta”- estrenada por Plácido Domingo en 1980, numerosas piezas para guitarra –uno de sus instrumentos favoritos-, obras sinfónicas y conciertos como “Fantasía flamenca” y “Homenaje a la seguidillay el ballet “Donquijote”. Toda su obra se caracteriza por estar escrita en un estilo muy directo, la elegancia de sus formas y gran sentido de la orquestación. Su gran personalidad artística le llevó a presidir desde 1974 hasta su muerte la Sociedad General de Autores de España y la Academia de Bellas Artes -1978-.

Equipo artístico y reparto
Con una producción propia realizada en 1988, la Zarzuela repone por quinta vez esta “Chulapona” como homenaje al escenógrafo y figurinista Mario Bernedo, fallecido en 1993.Cuenta con un doble elenco vocal en el que destacan nombres del prestigio y profesionalidad de Milagros Martín y Cristina Faus – Manuela-, Carmen González y Susana Carrión –Rosario- , Charo Reina – Venustiana-. Antono Gandía y Marcelo Puente - José María-, acompañados por un extenso grupo de voces de gran valía artística dan vida al extenso número de personajes que en ella intervienen, ocho “bailaores” flamencos muy bien acompañados con el exquisito ritmo que marcaba la guitarra de José María Melero y la cálida voz de la “cantaora” Eva Durán. Muy cuidada la dirección musical de Miquel Ortega al frente de la Orquesta y el Coro titulares del Teatro para sacar con delicadeza y elegancia el espíritu castizo y alegre de esta partitura tan madrileña. Deliciosa la intervención del chelista John Stokes en el interludio del tercer acto.

Gerardo Malla, además de intervenir con un estilo lleno de gracejo en su papel de Epifanio, ha desarrollado un gran trabajo como director de escena. Muy atractiva la belleza plástica con que movió a los numerosos intérpretes del gran chotis “me hace usté el favor”. Toda una estampa de nostalgia y estilo.

Una agradable reposición que, muy probablemente, necesitará más fechas para satisfacer el deseo de los numerosos aficionados que hoy tiene la zarzuela y querrán acercare al Teatro para disfrutarla una vez más.