“Damos al gobierno los cien días de gracia para que prohíba el aborto en España”
Redacción.- En numerosas provincias, ante los centros abortistas, con el apoyo de varias asociaciones que luchan contra el aborto, y con el de DNE en Navarra, Alternativa Española realizó concentraciones para pedir al gobierno que prohíba definitivamente el aborto en España. En Madrid, la concentración se realizó por la tarde ante la sede nacional del Partido Popular. Allí, Rafael López-Diéguez, Secretario General de AES, pronunció unas palabras que por su interés reproducimos íntegramente.
“Pasan los años, pasan los gobiernos, nacionales y autonómicos, pero lo que no cambia es el hecho dramático, terrible y doloroso del incremento, lento pero inexorable, del número de niños que no ven la luz; que no pueden, merced a su inocencia, esperar seguros la llegada de los Magos de Oriente; que son asesinados en el vientre materno, como si fueran un simple apéndice biológico, un “tumor” maligno que es preciso extirpar, bajo la cobertura de una legislación tan inmoral como ilegítima, porque atenta contra el primero de los derechos del hombre que es el del respecto a su dignidad, a su integridad y a su vida.
Ciento trece mil niños, según los últimos datos oficiales, a pesar de la caída del número de embarazos, pese a las campañas de “manipulación sexual”, pese a la vuelta de inmigrantes a sus países de origen por efecto de la crisis, dejaron su vida el año pasado en esos centros de la muerte que son las clínicas abortistas. Ciento trece mil proyectos de vida truncados. Un 1.3% más que el año anterior. Todo ello sin sumar las víctimas de las píldoras abortivas que populares y socialistas han popularizado como eficaz “remedio” ante la molestia que para el ayuntamiento carnal, juvenil o no, supone la posibilidad de concebir una vida.
Un año más, el 28 de Diciembre, el día en el que los cristianos recordamos aquella otra matanza de inocentes, de niños, también ejecutada bajo la máscara de la legalidad, nos concentramos aquí, ante la sede del Partido Popular, partido que hoy gobierna en España con mayoría absoluta, y ante decenas de clínicas abortistas en toda España, para pedir la proscripción, total y absoluta, de lo que no es más que un crimen legal oculto eufemísticamente tras la aséptica denominación de Interrupción Voluntaria del Embarazo. Para pedir la supresión de cualquier tipo de legislación que permita, en tiempo o en plazos, en semanas, con permisos paternos o sin ellos o bajo determinados supuestos, el aborto en España.
Lo hacemos porque ante la defensa de la Vida, ante el derecho a vivir, no caben posturas ambiguas: no es posible mantener una doble moral, no es aceptable pensar que existe un aborto bueno y un aborto malo, una ley aceptable y una ley intolerable, y, en definitiva, porque ante la defensa de la Vida, ante la proscripción del derecho a vivir, no se puede apartar la mirada, acallar la conciencia y dar la espalda al crimen simplemente porque ahora gobiernen otros, para muchos “los míos”. Ni es legítimo refugiarse, para no hacer nada, para dejar que impere la “cultura de la muerte”, en la ilícita excusa moral de un supuesto “arraigo social” de la legislación abortista o de la decisión leguleya del Tribunal Constitucional. Entre otras razones, porque el aborto, aunque implícita o explícitamente las leyes españolas así parezcan reconocerlo, no es un derecho; el aborto es, simple y llanamente, un crimen.
Al Partido Popular, a Mariano Rajoy, Al presidente que mayor poder político y territorial acumula, por decisión de los ciudadanos, en la reciente historia de España, le corresponde decidir. Mariano Rajoy tiene una oportunidad histórica, no sólo para restaurar la credibilidad internacional de España, para garantizar definitivamente la igualdad de todos los españoles independientemente del lugar en donde vivan, para crear un nuevo marco económico de desarrollo a través de la ampliación de nuestro tejido industrial, para asegurar la integridad y cohesión de la nación española, sino también para sustituir la “cultura de la muerte” imperante en España por una nueva cultura de la Vida. Eso es lo que la mayoría de los once millones de sus votantes esperan de él. Eso es lo que los que no le hemos votado esperamos e imploramos que haga, porque por encima de diferencias políticas esta la defensa de la vida.
Mariano Rajoy y su equipo, no pueden ignorar que en España no estamos sólo ante una crisis económica, sino también ante una crisis moral y espiritual. Que ha llegado el momento, superando la pasividad de anteriores mandatos populares, de acabar con la obra de ingeniería social acometida por el socialismo, porque ahí está la raíz del mal y para ello es preciso, es necesario, que sean los Principios y Valores cristianos los que informen la política en materia de Vida, Familia y Educación.
Desde aquí pedimos, tanto al gobierno central como a las administraciones autonómicas, que de forma inmediata, mientras los plazos legislativos hacen posible la proscripción del aborto, el apoyo decidido a la Red Madre y a tantas y tantas organizaciones y asociaciones que trabajan, de forma altruista, rescatando niños para la vida, informando a las madres de que existen otras alternativas y el fin de los conciertos económicos con las clínicas abortistas.
No nos contentamos sólo con el fin de la legislación abortista. Asumimos que la prohibición no supone la desaparición, porque el veneno se ha infiltrado en la sociedad y existe una porción importante de la opinión pública que, por desinformación y por egoísmo, estima que el aborto no es más que un método anticonceptivo más porque no reconoce la existencia de la vida desde el momento de la concepción. Por ello pedimos a las administraciones públicas que se comprometan con la Vida, que desarrolle campañas institucionales y educativas que pongan de manifiesto la realidad y la crueldad del aborto, especialmente entre los jóvenes. Y, finalmente, porque no desconocemos la realidad social de nuestra España, la creación de partidas presupuestarias, a nivel autonómico y local, para impulsar la natalidad, para dar posibilidades reales a la vida, porque también así se lucha contra la crisis invirtiendo en nuestro futuro como sociedad.
Esta concentración no nos guastaría se interpretara no como una actuación hostil con quien acaba de llegar al gobierno, sino como una muestra de apoyo a las decisiones que el señor Rajoy estamos seguros tomara a favor de la Vida. Señor Rajoy más importante que el paro y la crisis es respetar la vida de los más inocentes.
El gobierno de Mariano Rajoy nos ha pedido a todos cien días. Esperemos que en ese plazo el olvido a cualquier mención sobre la defensa de la vida en su discurso de investidura quede subsanado. Dentro de cien días volveremos a este mismo lugar a aplaudirle su valiente actuación o a reclamarle lo que hoy pedimos: el fin definitivo de la legislación que permite el aborto en España. Señor Rajoy, Presidente del Gobierno de España, si quiere puede, nada se lo impide y los españoles se lo demandamos, señor Rajoy, recuerde lo que Juan Pablo II nos decía, “NO TENGAIS MIEDO”.