Redacción. Desde Washington D.C., nos llega que ya son 43 las organizaciones católicas norteamericanas que han demandado a la administración del gobierno del presidente Obama como rechazo al mandato que obligaría a estas instituciones, desde agosto de 2013, a comprar seguros de salud que incluyen la anticoncepción y fármacos abortivos, entre otros.
Se manifiestan en contra de un mandato federal que viola la libertad religiosa y que se ha establecido por la secretaria de Salud y Servicios Humanos de EEUU, Kathleen Sebelius, –católica que en Kansas fue vetada por el Arzobispo para comulgar.
El mandato abortista ha recibido una dura crítica por muchos obispos norteamericanos que se manifiestan preparados "para ir a la cárcel" si es necesario, y afirmando que si el mundo ha sobrevivido a los nazis, “sobreviviremos a Obama".
Se han presentado 12 juicios en total en todo el territorio de EEUU, por varias diócesis, hospitales, universidades y organizaciones católicas de diversa índole. El anuncio fue aplaudido por el Arzobispo de Nueva York, Cardenal Timothy Dolan, quien dijo al respecto que es "una muestra comprometida de la unidad de la Iglesia en defensa de la libertad religiosa". "Hemos intentado negociar con la administración y la legislación en el Congreso –y lo seguiremos haciendo– pero aún no hay nada".
"El tiempo se está acabando y nuestros valiosos ministerios y derechos fundamentales penden de un hilo, así que ahora vamos a las cortes", ha añadido recientemente el Cardenal Dolan.
El diario católico Our Sunday Visitor, que también hace parte de las demandas, publica que, entre las 43 organizaciones, están las arquidiócesis de Nueva York y Washington, así como otras instituciones de caridad. Y, entre las universidades que se han sumado a esta causa están la Catholic University of America, la University of Notre Dame y la Franciscan University of Steubenville.
El Rector de Notre Dame, P. John Jenkins, dijo que el juicio fue presentado "ni ligera o alegremente, sino con una sobria determinación". "No buscamos imponer nuestras creencias religiosas a otros", explicó en un correo electrónico a los trabajadores de la Universidad, "sino que simplemente pedimos al gobierno que no imponga sus valores a la Universidad cuando esas perspectivas están en conflicto con nuestra enseñanza religiosa", ha señalado.