José Luis Orella. Nacido en Martigues (Bouches-du-Rhône), el 20 de abril de 1868, en el seno de una familia provenzal. El futuro escritor estudió en el colegio d´Aix-en-Provence, pero pronto se traslado a París para estudiar humanidades greco-latinas. En ese momento empezó a colaborar con diversas revistas y a exponer su “razón clásica” frente a la decadencia propiciada por el romanticismo irracionalista. Militante en el tradicionalismo legitimista, defendió el nacionalismo integral, que pedía la vuelta a la Francia monárquica anterior a la revolución francesa. Francia debía volver a ser la primogénita de la Iglesia, volver a la tradición perdida de Clodoveo y San Luis. En ese sentido, el país galo debía recatolizarse; adoptar la institución monárquica perdida, que siempre sería superior a la republicana e implantar un régimen gremial que sustituyese al individualismo liberal, en beneficio de una sociedad corporativa, similar a la medieval, donde la sociedad carecía de las penurias del capitalismo, gracias a las instituciones gremiales que ayudaban a sus miembros más necesitados.
Para poder defender sus ideas, en 1899 fundó L’Action Française, donde se concentró lo más excelso de la intelectualidad católica francesa. En el marco de Action Francaise se constituyó una liga política (1902), un instituto con cátedras para la enseñanza (1906) y un periódico (1908). Para el reparto del periódico y como milicia propia se formaron los camelots du roi. La gran reputación que adquirió se debió ala preocupación de Maurras por la exposición. Antes de interesarse por los planteamientos políticos, el escritor provenzal abogó por la claridad en el arte y la literatura. La claridad de la exposición de sus ideas sirvió para atraer a los ideales legitimistas una variedad de jóvenes intelectuales sin ninguna conexión con el mundo vendeano o chuan. La calidad de los colaboradores de la revista haría reverdecer al legitimismo francés y proporcionará un laboratorio de ideas a la derecha gala, que trascenderá sus fronteras. Portugal, Italia, Bélgica, Suiza, España y Austria modernizarían sus derechas con las aportaciones del genial intelectual. Su influencia llegaría a América, donde su eco llegó al Canadá francés, al catolicismo irlandés estadounidense y el conservadurismo hispanista de Iberoamérica.
Bajo el patrocinio de Maurras, León Daudet, hijo del célebre novelista, ejerció de hábil escudero llevando el protagonismo de la polémica política. Junto a él pasaron una pléyade de intelectuales como Maurice Puyo, Henry Massis, Georges Valois, Robert Brasillach etc. Que hicieron sus primeras letras en el periódico. Sin embargo, aunque defensor de la Iglesia Católica como baluarte del orden social, por su agnosticismo personal, Maurras será condenado en 1926 por el Papa. El positivismo que defendía y fundamentalmente, la gran influencia ejercida sobre la intelectualidad católica por un agnóstico, fue quebrada por los sectores más liberales, enemigos acérrimos del genio del Midi. No obstante, cuando renunció al positivismo de su orientación filosófica le fue levantada la condena a su obra en 1929.
Su gran influencia intelectual en la juventud universitaria, ayudó a modelar un nacionalismo francés antialemán y crítico hacia los valores liberales de la III República. En Bélgica, en una encuesta realizada por los estudiantes de la juventud católica, Charles Maurras, quedó como el intelectual que más había influido en el panorama juvenil belga. En España, con la II república, un régimen similar al que padecían sus vecinos galos, las diferentes derechas hispanas se sentían deudoras del pensador francés. Tanto José Calvo Sotelo, como Víctor Pradera, habían sido suscriptores de la revista legitimista. Incluso, aunque con diferente doctrina, el ejemplo se llevó a cabo con la creación por Eugenio Vegas Latapie de Acción Española, verdadero laboratorio de ideas de la derecha española. No obstante, Charles Maurras no pasó nunca de ser un intelectual, y nunca planificó utilizar su liga para conquistar el poder. El desencanto consiguiente entre los jóvenes, producía que después de un tiempo de formación en el nacionalismo integral, partiesen en busca de mayor actividad en otras organizaciones. Los cuadros intelectuales de las diferentes ligas nacionalistas, patrióticas y fascistas que surgieron en la década de los treinta, se habían formado bajo la hábil dirección del viejo Maurras.
Pero las nubes de la guerra se acercaban y la guerra civil española dividió a su vez a la sociedad francesa en dos bloques. Charles Maurras fue el principal protagonista de concentrar y agrupar a la intelectualidad católica y de derechas en el apoyo al bando nacional español. Poco tiempo después, se iniciaba la Segunda Guerra Mundial y Francia se veía comprometida con su vieja enemiga Alemania. Charles Maurras recuperó el discurso nacionalista antiteutón que le hizo famoso en los años de la anterior conflagración mundial, donde se recuperó Alsacia y Lorena. No obstante, la derrota trajo también la caída del régimen que había hundido Francia. La instauración de la Francia de Vichy por el mariscal Petain en 1940, sirvió para proporcionar una oportunidad para construir la Francia que siempre había predicado el escritor provenzal. Charles Maurras se convirtió en el inspirador de los principios de la revolución nacional que debía provocar el renacimiento de una Francia fiel a su pasado tradicional. La nueva Francia se basó en el corporativismo, la familia, la orientación católica de la educación y la resurrección de la historia francesa anterior a la revolución de 1789. Pero la colaboración con la administración vichista, no significó el reconocimiento de la ocupación alemana. Los camelots du roi que ingresaron en la Legión de Voluntarios Franceses para luchar contra el comunismo en Rusia, fueron expulsados de la asociación.
La verdad es que los maurrasianos se dividieron según la importancia que diesen a los distintos puntos enseñados por su maestro. Los más anticomunistas formaron el nervio de la división Carlomagno de las SS, mientras que los más nacionalistas, formaron la base de la resistencia gala contra los alemanes. Sin embargo, al final de la segunda guerra mundial en 1945, Charles Maurras fue depurado y condenado por colaboracionismo. Aunque Maurras siempre mantuvo una postura equidistante y opuesta a colaborar con el enemigo alemán. Marginado de la vida académica, fue recluido en Riom y Clairvaux. Finalmente, el mayor intelectual de la derecha del siglo XX, murió dentro de la Iglesia Católica el 16 de noviembre de 1952. Dentro de su larga obra destacamos los siguientes libros, que fueron los que más atrayeron a los jóvenes intelectuales españoles, belgas, portugueses, ingleses e hispanoamericanos. Le Chemin de Paradis (1895), Trois idées politiques (1898), Enquête sur la monarchie (1900-1909), Anthinéa (1901), Les Amants de Venise : George Sand et Musset (1902), L’Avenir de l’intelligence (1905), Le Dilemme de Marc Sangnier (1906), Kiel et Tanger (1910), La Politique religieuse (1912), Romantisme et Révolution (1922), Le Mystère d’Ulysse (1923), La Musique intérieure (1925), Barbarie et Poésie (1925), Un débat sur le romantisme (1928), Au signe de Flore (1931), L’Amitié de Platon (1936), La Dentelle du rempart (1937), Mes idées politiques (1937), Quatre poèmes d’Eurydice (1938), Louis XIV ou l’Homme-Roi (1939), La Sagesse de Mistral (1941), La Seule France. Chronique des jours d’épreuve (1941), De la colère à la justice (1942), etc.