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Diario YA


 

Sin duda, entre UPN y el PP existen diferencias insalvables desde la fundación de UPN en 1979

Claves para una lectura del acuerdo entre UPN y PP

Pedro Sáez Martínez de Ubago. Es posible que el pacto para concurrir juntos a las próximas elecciones generales alcanzado el jueves entre Unión del Pueblo Navarro y el Partido Popular pueda no ser bien comprendido por muchos y, después de la sonora ruptura en octubre de 2008 por la abstención de UPN en la votación de los Presupuestos Generales del Estado para 2009, pueda llegar a parecer un serial hollywoodiense de amores y desengaños similar a los sucesivos matrimonios y divorcios protagonizados Liz Taylor y Richard Burton.

Sin embargo, analizándolo más a fondo, se apreciaría que, dentro de la filosofía liberal y positivista de ambos partidos y en el marco de buscar un mal menor y del deplorable voto denominado “útil”, el acuerdo de dichos grupos políticos de cara a las próximas elecciones generales, no deja de tener su lógica y no es una reedición del pacto de 1991, dado que ahora ambas formaciones mantienen su plena personalidad jurídica e independencia como dos partidos nacionales con sus respectivas sedes y presidencias, radicadas en la pamplonesa plaza del Príncipe de de Viana y en la madrileña calle de Génova y ostentadas por las personas de Yolanda Barcina y Mariano Rajoy.

Sin duda, entre UPN y el PP existen diferencias insalvables desde la fundación de UPN en 1979 por su escisión de la coalición de la UCD que puso a Navarra a los pies de los caballos del nacionalismo vasco con la Disposición Transitoria Cuarta de la Constitución. Y los herederos de este engendro están ahora en el PP (del Burgo y su delfín Cervera) mientras que los herederos de los que defendieron la personalidad de Navarra y de su Sistema Foral en el marco de la unidad constitucional de la nación española militan mayoritariamente en UPN.
Política e históricamente, frente a UPN, que aboga por la supresión inequívoca de dicha Disposición Transitoria IV, en el punto 6 de su Declaración de Principios, el Partido Popular Navarro dice textualmente: “En el marco de futuras reformas constitucionales, siempre que cuenten con el necesario consenso para llevarlas a cabo, el PPN abogará por la derogación de la disposición transitoria cuarta siempre que tanto en la Constitución como en el Amejoramiento se garantice que cualquier alteración del actual estatus constitucional de Navarra como Comunidad Foral propia y diferenciada se lleve a cabo con el respaldo del pueblo navarro expresado libre y democráticamente en referéndum.” Es decir, el Partido Popular vería bien la inclusión del contenido de la Transitoria IV en el articulado de la Constitución, con la consiguiente amenaza que ello implica para Navarra; así como el agravamiento que implica dar carácter permanente a lo que a día de hoy, aunque hayan transcurrido ya demasiados años, sigue teniendo un carácter transitorio.
Y desde un punto de vista moral, Unión del Pueblo Navarro siempre se ha declarado abiertamente antiabortista, y lo hemos comprobado recientemente con las palabras de Carlos Salvador (UPN) en el debate de la pasada reforma constitucional "No exageremos pidiendo un referéndum sobre la reforma constitucional […] otros cambios legales se han aprobado sin consenso y sin referéndum, como la ley del aborto", ley que, en su versión de 1985 el Partido Popular da por buena.
Si UPN gobierna en Navarra con los socialistas, igual que el PP posibilita el gobierno de éstos en la Comunidad Autónoma Vasca, apoyo que fuera de estos reducidos ámbitos territoriales donde la amenaza del nacionalismo y del terrorismo vasco penden en cualquier momento como una funesta espada de Damocles -y así se ha podido comprobar este verano en las fiestas de Vitoria o Leiza- es por presentar un frente único de los partidos que, en mayor o menor medida, dicen defender la unidad constitucional de España frente a los hijos de Sabino, que  no creen en ésta y buscan su destrucción.
Pero, insistamos, dentro de la filosofía liberal y positivista de ambos partidos, no deja de tener lógica que UPN garantice su apoyo a la candidatura de Rajoy a presidir el Gobierno de España. No obstante, esta alianza, que puede impedir por la ley D'Hont que un escaño en cada cámara vaya a los socialistas o a Bildu, será encabezada en ambas listas por UPN, quien, además pasará a integrarse en el grupo mixto y no a diluirse en el grupo popular, de forma que no volverá ser la voz del nacionalismo, hasta ahora Uxúe Barcos, la única que hable por Navarra en las Cortes Generales.
Sin embargo, desde la rectitud de conciencia, en el marco de la regeneración integral que necesita España, tanto en la política, como en la justicia, la economía, la educación… tal actitud de UPN y PP fieles a los principios liberales y subjetivistas del voto útil y el mal menor, que por ser mal, siguiendo a Santo Tomás de Aquino, no deja de ser “ausencia de bien”, no justifica la marginación legal ni la exclusión  por los votantes en los comicios del 20 de noviembre de otros partidos, como es el caso del partido social cristiano Alternativa Española AES o Derecha Navarra y Española (DNE), que no ven en la política un “modus vivendi” sino una forma de servicio, al tiempo que defienden la Fe, la Ley Natural y la Moral Objetiva, desde la postura de no resignarse con el mal menor, partiendo del principio ya sostenido por Sócrates de que  “quien puede evitar un daño y no lo evita promueve ese daño”.
PEDRO SÁEZ MARTÍNEZ DE UBAGO