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Diario YA


 

Recientemente Mo Yan declaraba en una entrevista estar arrepentido de haber abortado a su segundo hijo

El escritor chino galardonado con el Premio Nobel de Literatura fue victima de la política del hijo único

Redacción.  El escritor chino de realismo mágico, Mo Yan, ganó la pasada semana el Premio Nobel de Literatura. Su novela Frog, trata la preferencia tradicional china por los niños sobre las niñas, lo que ha alimentado una práctica habitual de abortar fetos femeninos o a abandonar a las niñas, algo muy frecuente en las zonas rurales. La política del hijo único conduce a abortos forzosos y esterilizaciones, algo que el mismo Mo Yan vivió en el pasado de una manera dolorosa.

 
Mo Yan declaró en una entrevista concedida hace dos años para la cadena de televisión de Hong Kong, Phoenix TV, que fue víctima de la política del hijo único que impera en su país, y que le llevó a abortar su segundo hijo, algo que "se ha convertido en una cicatriz eterna en lo más profundo de mi corazón" declaró arrepentido el autor galardonado y añade: "Personalmente creo que la política del hijo único es una mala política. Si no existiese, yo habría tenido dos o tres hijos"
 
La decisión de abortar fue tomada por el matrimonio cuando Mo Yan era miembro del ejército. Un compañero perdió su rango por haber tenido un segundo hijo y él quería promocionarse a oficial: "tenía recibir el mismo castigo, así que elegí no tener otro hijo" algo de lo que después se arrepintió, como él mismo cuenta, "Si no hubiera sido por mi ambición egoísta, habría dejado a mi esposa tener un segundo e incluso un tercer bebé. Usé un argumento muy racional para convencerla de que necesitábamos abortar al bebé: teníamos que seguir la política del partido y la política de la nación".
 
La política de un niño por pareja se instauró en China en 1979 como medida de control de la natalidad para reducir el crecimiento de la población, y se hace cumplir a través de multas y variadas medidas de presión que llegan incluso al despido del trabajo. Son numerosos los casos de abortos y esterilizaciones forzados producidos en China, así como los arrestos y las sentencias condenatorias por los que se atreven a protestar contra esta medida que, a juzgar por las declaraciones realizadas por la Comisión nacional de planificación familiar de la población china, “seguirá existiendo por lo menos por otra década”.