El inocente
Victos Alvarado
El género judicial ha dado buenos títulos al mundo del cine. Me vienen a la mente varias películas como Testigo de cargo (Wilder, 1957) con Charles Laughton , Anatomía de un asesinato (Preminger, 1959) con James Stewart o cintas más modernas como El Jurado (2003) o El cliente (1994), basadas en las novelas de John Grisham. Sin embargo, La película en cuestión se queda en puro entretenimiento de factura correcta, protagonizada por un Matthew McConaughey muy contenido, que sorprende bastante, ya que nos tiene acostumbrado a personajes con comportamientos histriónicos y alocados muy propios de las comedias en las que ha participado como Ed tv o Como locos a por el oro.
El actor representa a un abogado que utiliza todos los trucos legales e ilegales para ganar, a toda costa, todos los juicios en los que participa con lo que logra sacar de la cárcel a delincuentes de poca monta, pero pronto las cosas cambiarán cuando tenga que defender a un chico de clase alta acusado de matar a una prostituta y se vea envuelto en una oscura trama.
El inocente (2011) está dirigida por Brad Furman, conocido por The take (2007). El citado cineasta adapta una novela de Michael Conelly. Por otra parte, consigue captar la atención del espectador porque dosifica perfectamente los datos para que la intriga se mantenga hasta el final, aunque, en algún momento, parece que intenta sembrar la duda en todo el que se adentre en ella.