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Diario YA


 

Por su entrevista en Antena 3

El rejonazo de Aznar escuece al PP… y a la izquierda

Miguel Massanet Bosch

Decía San Agustín:”Los que no quieren ser vencidos por la verdad, son vencidos por el error”. Y en este PP que nos hemos fabricado a partir de la llegada del señor Rajoy a la dirección del partido, no hay duda de que, el nuevo presidente de los populares, no sólo ha cambiado el estilo dinámico, innovador y eficiente que caracterizó la presidencia del señor Aznar, sino que, algunas de las bases esenciales, tanto ideológicas como éticas y morales, parece que han sido dejadas en el ostracismo para dar paso a un estilo de gobierno menos seguro de si mismo, más acomodaticio, más cambiante y, por supuesto, más alejado de lo que, para muchos de los votantes del partido del señor Fraga Iribarne, debieran ser las directrices de un partido de derechas o centro derecha.

Una gran parte de los antiguos afiliados y seguidores del PP no entienden cómo se pueda estar cediendo, pasteleando y retrocediendo, en temas de tanta enjundia como son el del aborto, los matrimonios gays y, en especial, el separatismo que, incomprensiblemente, y contrariamente a lo que se hubiera esperado de un Gobierno conservador, defensor de la Constitución y de la unidad de España; parece que se está cediendo demasiado como, si en lugar de tener una mayoría absoluta en ambas cámaras, se tuviera que contar con el apoyo de otras formaciones políticas para sacar las leyes oportunas que permitieran que España recuperara aquellas buenas costumbres y sentido unitario que, durante tanto tiempo, fueron patrimonio del pueblo español; hasta que los socialistas decidieron cambiarlas, para adaptarlas a sus ideología y laicismo.

El señor Aznar, en su entrevista en Antena 3, ha hablado claro y ha dicho cosas llenas de sentido común, aplicables a la situación de España y a las consecuencias de una política de continuas cesiones a los planteamientos de la oposición de izquierdas. ¿Será por miedo del actual Gobierno a una reacción que no se ve con fuerzas de controlar? O ¿será por lo que, el señor Aznar, califica de “lánguida resignación”? Los motivos, no importan, porque lo que ha denunciado el anterior presidente del gobierno es algo que una gran parte de los votantes del PP estamos pensando desde hace mucho tiempo; tanto, como el que ha transcurrido desde que aquellas promesas electorales del señor Rajoy, que no se han cumplido, como no se cumplió lo de poner los bancos en vereda o ahora, que parecía que se iba a implantar una nueva Ley de Enseñanza, el que fuera igual para toda España. El “implacable” señor Wert, no sabemos si motu propio o por indicación del señor Rajoy, ya está cediendo, humillándose ante la ofensiva de los nacionalistas que no pueden soportar que, el castellano, le robe protagonismo al idioma catalán, por mucho que la Constitución diga lo contrario. Los empellones de las izquierdas dan fe de que temen que esta nueva ley, una ley imparcial de enseñanza, eche por tierra sus intentos de adoctrinamiento y fanatizar a la juventud española.

Pero, señores, más que las palabras del anterior presidente del gobierno, creo que interesa analizar lo que han sido las reacciones de los distintos grupos; que se han mostrado visceralmente afectados, todos en sentido negativo, por las declaraciones del señor Aznar. Empecemos por las que se han producido en su propio partido, el PP, que podemos separar en tres grupos: a) aquellos miembros del Gobierno y los que forman parte del equipo elegido por el señor Rajoy ( los que defenestraron a los anteriores colaboradores directos del señor Aznar) que han pretendido fingir que no los afectaba, y que eran producto de la visión de una persona enterrada en el pasado ( como si no fuera capaz de reciclarse, como lo ha venido demostrando a través de su trayectoria docente, política y de comentarista de cuestiones económicas y sociales en foros internacionales) y que, como dijo un visiblemente incomodado, señor Montoso, sólo eran fruto de la “nostalgia” del señor Aznar.¡Pobre Montoro! Condenado a tragarse todas sus bravatas respecto a poner orden en Catalunya y verse obligado a lamerle los pies al señor Mas, para que no se soliviante y decida marcharse, con todos los catalanes y su autonomía, fuera del control de España.

Existe un grupo b) que, aunque muchos se puedan creer que no es importante, abarca a todos aquellos que están descontentos con el gobierno débil, inseguro, poco creíble y laxo del señor Rajoy, que suscribimos de la “a” a la “z” todo lo dicho por el señor Aznar, a lo que seguramente podaríamos añadir un largo listado de quejas por aquellas promesas no cumplidas por el Ejecutivo. Toda una lista de personas que, ,empezando por las víctimas de ETA (desamparadas por el Gobierno) y acabando por la falta de empuje del señor Rajoy, ante la campaña de ignominias, acusaciones de corrupción, mentiras, descalificaciones etc. que se ha desatado en contra del PP; sin que, en ningún momento, hayan sabido replicar con lo que son los verdaderos robos cometidos contra los trabajadores por los socialistas, enmarcados en el caso de los ERE’s andaluces y el enriquecimiento de tantos socialistas y sindicalistas que, sin el menor reparo, se han enfundado millones destinados a pagar indemnizaciones a los trabajadores afectados, cuando no se han atribuido a otras personas que nunca trabajaron en las empresas afectadas por los ERE’s. No saben reaccionar y se mantienen detrás del parapeto, como si se resignaran a dejarse vapulear por la oposición a pesar de que los ciudadanos les dieron la mayoría absoluta en ambas cámaras.

Y, finalmente, un tercer grupo c) en el que agruparemos a toda la izquierda que, cuando ven al señor Aznar asomarse a la política española, les cogen todos los males, como si su sola presencia bastara para que, a todos los culpables de que la situación de España sea la que estamos padeciendo, incluidos CC.OO y UGT, cómplices necesarios de los 5 millones de parados que dejaron en la calle (como si a ellos no les preocupara su suerte, mientras se ocupaban de arropar al señor Rodríguez Zapatero que era quien los subvencionada con los millones que debieron haber ido a parar al fondo de desempleo). Ha resultado cómica la reacción unánime de apoyo al señor Rajoy de aquellos que, hasta ayer, se habían dedicado a recriminarle, ofenderlo, descalificarlo y pedir su renuncia como Presidente del Gobierno.Hasta Toxo y Méndez se han rasgado las vestiduras ante la sola posibilidad, apenas insinuada, de que don José María quisiera volver a la política activa. Sólo por esto, señores, todos los de derechas nos podríamos congratular de que el señor Aznar haya puesto los puntos sobre las íes respecto a lo que está aconteciendo en esta España en la que, los síntomas de desintegración, son cada vez más evidentes.

Es obvio que, tanto la izquierda, que conoce como se organiza y actúa el anterior presidente del gobierno, como todos aquellos enchufados y vividores que siguen ocupando puestos creados ex profeso para ellos, empiezan a temblar ante la sola posibilidad de que se le ocurriera volver, para recobrar aquella nación que dejó, equivocadamente, por supuesto, en manos de un señor que, su mayor mérito, consiste en permanecer detrás de las bambalinas, sin dejarse prodigar y sin dar la cara cuando el país entero se lo está pidiendo. Mientras, cada día que pasa, ante la indiferencia del Ejecutivo y la impotencia de la ciudadanía, vemos como Catalunya va dando nuevos pasos hacia su independencia, sin que haya ningún valiente que tome las riendas que le ofrece la Constitución para frenar tal desatino. Al menos, señores, así lo veo yo.