El Teatro de la Zarzuela cierra la temporada con un espectáculo del Ballet Nacional
Luis de Haro Serrano
El cierre de la actual temporada artística del Teatro Nacional de la Zarzuela, igual que su desarrollo general a lo largo del Curso, no ha podido ser más brillante. La elección para su clausura de esta propuesta personal del director del Ballet Nacional, Antonio Najarro ha gozado de un novedoso giro estético y estilístico para este prestigioso conjunto artístico. Estas son, de forma resumida, las características de los títulos “Alento” y “Zaguán”, que suponen realmente, como él mismo dice, la recuperación de la digna tradición del folclore y las diversas formas y estilos de nuestra danza.
Un proceso creativo de alta calidad en el que las diversas facetas que integran las dos partes en las que, con gran acierto, se ha dividido el espectáculo, apoyado en la personalidad y exquisita profesionalidad de sus diversos creadores; Fernando Egozcue, que ha preparado una partitura rítmica y melódica para “Alento”, magníficamente llevada por la batuta de Joán Albert Amargós (sustituido en algunas funciones por José Antonio Montaño) interpretada con verdadera pulcritud por una JORCAM – la Orquesta titular del Teatro- completamente entregada para desentrañar con fuerza y valentía los diferentes pasajes de la significativa composición de Egozcue, que ha contado como músicos invitados a Coni Lechner al piano, al propio Egozcue a la guitarra y a Martin Bruhn como responsable de la llamativa percusión, acompañados para un extenso y variado grupo de bailarines, llenos de encanto y precisión rítmica para sacar adelante una exquisita y movida coreografía que ha dado vida a números tan agradables como “Luz”, “Animas” , “Acecho” y “Ser”, así como el novedoso ensayo de concierto para castañuelas y orquesta, Destacando también el diseño de vestuario de Terese Halbing y la iluminación y escenografía de Nicolás Fischtel ( cuanta elegancia y belleza se han desplegado en estas interesantes facetas).
“Zaguan”, como comenta Najarro, es un lugar de transición de diferentes estampas, un puro flamenco en el que, además de destacar la cultura del “zapateado” muy apoyado por la indudable belleza del movimiento de los brazos, sus jóvenes protagonistas – Mercedes Ruiz, Susana Lupiañez (La Lupi) y el coreógrafo Marcos López, han sabido poner de relieve las atractivas notas de la música de Jesús Torres, excepcionalmente interpretada por los guitarristas Enrique y Jonathan Bermúdez y Diego Losada junto con los cantaores invitados Sebastíán Cruz y Jesús Corbacho, dotados de una elegante y profunda voz flamenca, para hacernos soñar con sus diferentes apartados: “Cantiñas de Córdoba”, la Guajira y la milonga, los “tangos” de la fonda la Carmencita y, muy especialmente, “La soleá del mantón” inmejorablemente presentada por la simpar Blanca del Rey y esos deliciosos “Aires de recuerdo” ,cariñosamente abordados por Blanca del Rey, La Lupi y Marco Flores.
Como recuerda con gran acierto Julio Bravo en el programa de mano, este atractivo espectáculo del Ballet Nacional de España, que ha bajado el telón de la temporada del Teatro Nacional de la Zarzuela, ha sido preparado y desarrollado sobre la base de dos interesantes y laudables ideas: respetar la tradición y modernidad de nuestro ballet y el profundo respeto a la tradición y belleza artísticas que, en su día, supieron generar en el aficionado figuras tan señeras como Mariemma, la Argentinita, Pilar López, Vicente Escudero, Antonio Gades y, sobre todo, el inigualable Antonio Ruiz Soler, “Antonio”. Bienvenidos sean siempre espectáculos de esta.