Europa le da la espalda a Mas
Miguel Massanet Bosch. A veces, a los ciudadanos de a pie, nos resulta una tarea ardua el llegar a entender los móviles de determinados políticos y, todavía más , cuando los vemos dedicarse a hacer juegos de equilibrio al borde del precipicio de la sinrazón, la traición o el nacionalismo fanático, que tantos sinsabores ya les ha proporcionado a los catalanes, a través de la Historia y que, ahora, unos políticos insensatos pretenden, una vez más, poner en peligro la paz y las relaciones amigables entre todos los españoles; sólo porque desean sacar beneficio o encubrir pasados errores, azuzando a los nacionalistas hacia una situación sin salida que sólo puede conducir, a los que vivimos en esta autonomía, a tenernos que enfrentar con la ley, la Constitución y el propio sentir de muchos españoles que no estamos dispuestos a que nos avasallen aquellos que odian a la patria, aunque no saben explicar cómo se las van a arreglar sin el apoyo del resto de España, por muchas bravuconerías que el señor Mas y el señor Junqueras, se saquen del bolsillo.
No parece o, al menos lo disimulan, que lo que están haciendo puede ser algo provechoso para el pueblo catalán, antes bien, mucho nos tememos que esté practicando un juego político sumamente peligroso, no sólo para el resto de la nación española, sino y, muy especialmente, para la propia ciudadanía a la que llevan engañada prometiéndole que les van a dar una nación independiente y que ello les va a proporcionar una gran mejora en cuanto a nivel de vida, autonomía, progreso e independencia, que les permitirá vivir por encima del resto de Europa en cuanto a prosperidad y beneficios. Parece que, el sentimiento nacionalista de algunos, les impide razonar adecuadamente y tomar consciencia de que, estando en plena crisis, con un desempleo que, en esta comunidad, supera a las 600.000 personas; con la amenaza de algunas multinacionales de trasladarse a otras partes de España o, incluso, a otros países y debiendo más de 58.000 millones de euros, aparte de tener la peor calificación de las agencias de rating, que consideran la deuda catalana como “deuda basura”, (algo que significa que, para financiarse, o van a tener que subir mucho el interés y el seguro que garantice el pago o no van a haber inversores); es imposible arriesgarse a independizarse..
Lo malo de estos señores que hablan tanto sobre “el derecho a decidir”, que dicen amar tanto a Catalunya y que se erigen en modernos “viriatos” dispuestos, aparentemente, a sacrificarse por el país; es que, todos ellos son unos expertos en el lavado de cerebros y que apelando a la demagogia, se valen de los sentimientos de los catalanes para venderles un nefasto “cuento de la lechera”, que saben que no tiene porvenir alguno, pero del que van a conseguir beneficios personales, entre los cuales puede que haya algunos relacionados con eludir las cuentas con la Justicia que pudieran tener algunos de ellos. El poner en peligro la estabilidad del país mediante crear falsas ilusiones y utópicas razones independentistas, no lleva más que una aventura que supone enfrentarse al resto de la nación, romper los lazos centenarios que unen a su país con el resto de España y, al hacerlo, hundirse en una dinámica que nos arrastra hacia posturas secesionistas que muchos de los españoles, que residimos en esta comunidad, no estamos dispuestos a tolerar por las buenas. Somos multitud los ciudadanos que residimos en Catalunya que ya hace mucho tiempo que nos sentimos como extranjeros; no respecto a nuestros amigos catalanes, que siguen siendo personas amigables, atentas y consideradas, sino a causa de esta casta de políticos que siguen empeñados en su enfrentamiento con España.
Lo que sucede es que, el señor Artur Mas, ha llevado a cabo su sexta visita a Bruselas, en un nuevo intento de arrimar el ascua a su sardina y convencer a los europeos de que les conviene reconocer a Catalunya como nación independiente y, de paso, aceptarla como un miembro más de la UE. Vano intento. Historias tendenciosas sobre el Reino de Aragón ( nunca catalán); bravatas sobre el “imperio catalán” y todo un sinfín de razonamientos sobre la Historia ficticia de los catalanes han vuelto a chocar, como sucedió en las cinco veces anteriores, con un muro inexpugnable de unos oyentes que saben que cualquier escisión de una nación que formaba parte de otra miembro de la CE no puede ser admitida como un nuevo país, salvo en el hipotético caso de que, todas las naciones, estuvieran de acuerdo, algo que, al parecer, no ocurriría y, no sólo por la oposición de España, sino de la de muchos otros países a los que estas aventuras les parecen peligrosas para la propia unión europea.
Esta vez ha sido el propio señor Mas el que ha tenido que reconocer que, en Europa, pintaban bastos para el tema de la independencia. Después de intentar, infructuosamente, entrevistarse con algún pez gordo del Parlamento Europeo, tuvo que conformarse con ser recibido por tres comisarios y otros personajes secundarios, a pesar de lo cual la impresión general que sacó fue que no existía, ni mucho menos, un sentimiento europeo favorable a las aspiraciones catalanistas. Le escucharon educadamente, siempre lo hacen, pero le manifestaron su preocupación por lo que está sucediendo en Catalunya. ¡Malo señor Mas, porque usted sabe que una nación pequeña que no puede estar en el euro y se queda fuera de la CE, pocas probabilidades tiene de poder sobrevivir! Luego está el tema de la moneda ¿cómo piensan solucionarlo? Por ello el señor Durán, que fue advertido por el señor presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, detractor de los nacionalismos; sabe de primera mano que no se contará con el apoyo europeo y se muestra menos entusiasta en tomar decisiones adelantaran un “derecho a decidir” que, sin duda, acabará en agua de borrajas.
Si señores, mucho “imperio catalán”, mucho y mucho presumir de una alengua con más de 900 años de antigüedad, pero el hecho cierto es que, Catalunya, ha tenido ya que pedir árnica al Estado para pagar a sus proveedores, que no sólo cobran tarde y mal sino que, en muchas ocasiones, tienen que esperar años para cobrar sus recibos. ¿Es este el gran estado imperial que les ofrece usted a los catalanes señor Mas? Pues los españoles que vivimos en Catalunya y sabemos hablar el catalán, no lo queremos si ello ha de ser a costa de nuestra unión con el resto de España y de convertirnos en unos rehenes de la Generalitat que, para poder subsistir, nos va a freír a impuestos; vamos a tener que renunciar a nuestro nivel de vida y, por añadidura, lo más probable sería que no íbamos a cobrar nuestras pensiones y, muy posiblemente, tendríamos que prescindir de las prestaciones sanitarias debido a que, el Instituto de la Salud Catalán es muy probable que no tuviera medios para poder sostener la ayuda sanitaria.
No estamos hablando de historias de Alí Baba y los 40 ladrones, estamos ante realidades evidentes que todos podemos comprobar viendo lo que está sucediendo con los recortes que la Generalitat ha tenido que ir haciendo, no sólo en Sanidad sino que en Enseñanza y en las propias Universidades. ¿Sería ello preciso si, de verdad, Catalunya fuera el “imperio catalán” del que tanto alardea? Ni CIU ni ERC ni ICV, tienen derecho a engañar a los catalanes ofreciéndoles Jauja, para conseguir que voten el derecho a decidir que, en definitiva, no conduciría a otra cosa que a la independencia; suponiendo que el resto de España consintiera, impasible y sin reaccionar, que esta barbaridad se pudiera consumar. O así es, señores, como estoy viendo el problema catalán.