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Diario YA


 

Este nuevo atentado contra el ayuntamiento del pueblo no es un hecho aislado

Garinoaindarras y gallinas o animales racionales e irracionales

Pedro Sáez Martínez de Ubago Este fin de semana, algunos medios navarros de comunicación se hacían eco de la noticia de que, en el pueblo de Garínoain, un grupo de desconocidos había roto una de las ventanas del ayuntamiento a fin de introducir por el hueco una gallina que pretendían dejar morir en el interior del edificio.
Este nuevo atentado contra el ayuntamiento del pueblo no es un hecho aislado, sino uno más de los muchos actos de barbarie y gamberrismo que vecinos del pueblo y gentes de otras localidades, generalmente próximos al entorno de la izquierda nacionalista vasca, vienen perpetrando desde que en las últimas elecciones municipales las urnas dieran como vencedora a la lista del  partido Derecha Navarra y Española (DNE) y Alternativa Española (AES).
Prueba de ello es la sentencia del pasado 10 de septiembre, en que la jueza del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Tafalla (Navarra), doña Sandra Vázquez Calatayud, fallaba la condena de siete vecinos del pueblo, “como autores criminalmente responsables de una falta contra el orden público”, como resultado de lo cual se les imponía sendas multas y la condena “a pagar las costas procesales causadas por la tramitación del procedimiento”.
A la información facilitada por el alcalde del Ayuntamiento de Garínoain, Javier Echarri (DNE), denunciando los daños producidos en una de las ventanas de la casa consistorial - la ventana de la planta baja que corresponde al despacho del partido de DNE-, hay que añadir las palabras de Nieves Ciprés, presidenta del partido, quien ha condenado estas actuaciones violentas y ha expresado "todo su apoyo y felicitación a sus compañeros por el trabajo que están realizando en este municipio, un trabajo digno y encomiable".
Preguntado sobre este acto, Javier Echarri, alcalde de Garínoain declaraba: “Veo por la información aparecida en prensa, que hay personas preocupadas por el devenir de la gallina de Garínoain. No se preocupen, la gallina esta estupendamente alimentada y tratada con cariño, además le hemos puesto nombre y nos ha sido muy fácil, le hemos llamado Elena. Seguramente la mayoría de ustedes no entienda el por qué del nombre, no se preocupen que yo se lo explico. Santa Elena fue una santa como su propio nombre lo dice, pero aparte de ello Santa Elena es una residencia de ancianos situada en la Villa de Barásoain. Como tal residencia acoge a todos los ancianos de la Valdorva, valle en el que el pueblo de la gallina está incluido, esta residencia no tiene ánimo de lucro, solamente hace lo que es propio de su deber, acoger a las personas mayores del Valle”.
Y añadía el señor Echarri: “Hoy es el día que esta residencia está muy corta de presupuesto, está realizando poco menos que milagros con el magro dinero del que dispone y gracias a Dios, las personas mayores están recogidas  y atendidas gracias al trabajo de esta institución. Me parece muy bien que nos preocupemos por el devenir de una gallina, me parece loable y humano. Pido por favor que nos preocupemos más por nuestros mayores de las residencias de ancianos, pido en especial  a los vecinos de Garínoain y Barásoain, que sin faltar a la gallina, entre todos pongamos solución al contencioso que tan caro está costando a nuestra residencia. He comprobado que el corazón de los vecinos es grande por un gallináceo, pido que sea exactamente igual de grande para nuestros mayores y así corrijamos un error histórico que lo único que hace es empobrecer a nuestros mayores y a quienes les cuidan”.
Quizá convenga explicar que la Residencia Santa Elena, que el pasado 26 de octubre celebraba sus sesenta años de existencia, fue constituida en 1953 por voluntad de doña Elena Aranguren Franco, natural de Barásoain, pueblo del valle de Valdorva limítrofe con Garínoain. Esta valdorvesa estipulaba en la clausula sexta de su testamento, otorgado el 20 de octubre de 1941: “En consideración al cariño que profesa a su pueblo natal y en beneficio de su alma y de su finado esposo, es voluntad de la testadora, fundar un Asilo de Ancianos y Ancianas, cuyo número de uno y otro no podrá exceder en junto de veinte asilados y en el que tendrán acogida cuantos decrépitos y desamparados que hayan cumplido los sesenta años, soliciten su ingreso en él, siempre que sean vecinos de La Valdorba, con preferencia en la admisión de los naturales-residentes o vecinos de Barásoain”. Hoy, el Hogar Santa Elena, cuya gestión está encomendada a la Asociación Edad Dorada Mensajeros de la Paz Navarra, tiene un concierto establecido con el Departamento de Bienestar Social del Gobierno de Navarra, que cubre una serie de gastos, y acoge a 21 ancianos del valle.
El “contencioso” al que hace referencia el alcalde no es otro que una herencia dejada en propiedad por una señora en beneficio de la institución y que, al ser indebida e irregularmente administrada por los ayuntamientos de los últimos años, ha generado una deuda del municipio de Garínoain con la residencia cuyo monto ronda los 600.000 euros y pone en peligro la viabilidad de la institución, cuyo cierre supondría el traslado a otras residencias y consiguiente desarraigo de los ancianos en ella alojados.
Pensemos que Santa Elena (Bitinia 247 - Roma 329), fue una mujer repudiada por la ambición de su marido, Constancio Cloro, y reconocida nuevamente por su hijo, el emperador Constantino, quien le otorgó el título de Emperatriz Augusta. E, igualmente, Santa Elena, por su trabajo de búsqueda del Santo Sepulcro y la invención de la Vera Crux, es considerada por el santoral católico como patrona de los arqueólogos.
Quizá su intercesión, como removió el templo de Venus y las rocas del Gólgota, pueda mover los corazones de los garinoaindarras para, como pide su alcalde, Francisco Javier Echarri, preocuparse más por nuestros mayores de las residencias de ancianos que por un simple bicho y, de esta forma, sea reconocida y restaurada la residencia, como, tras el repudio, lo fue su santa homónima.
Si bien, Juan Pablo II, en la audiencia general del 16 de abril de 1986, dejaba entrever que puede existir una cierta “alma animal”, no resultaría racional que un animal irracional, como la gallina Elena, pueda merecer mayor consideración ni más atención que un ser humano. Por eso, también, resulta insólito que se haya dado más relevancia mediática a lo ocurrido con la pobre gallina Elena que a los continuos amenazas y atentados a que son constantes víctimas las personas que, desde hace dos años, conforman la corporación municipal de este pequeño pueblo navarro. De tal actitud podría colegirse que, racionales o irracionales, por lo que a más de un Garinoaindarra parece tocar, entre animales andaría el juego.
PEDRO SÁEZ MARTÍNEZ DE UBAGO