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Diario YA


 

Según Acción Familiar

Los presupuestos debatidos en el Congreso no reflejan un cambio sustancial en la cultura de la política de familia

Yolanda Menéndez

Acción Familiar considera que no se observa, en estos presupuestos, un cambio en la cultura de la política familiar. Se mantiene, entre otros objetivos políticos explícitos, subordinados al de estabilidad presupuestaria, la búsqueda de la igualdad desde la mal llamada "perspectiva de género" en todas las políticas públicas, pero no se hace ninguna mención, en las miles de páginas que configuran los PGE, a la necesidad de analizar las políticas públicas desde una perspectiva de familia, como muchas asociaciones como Acción Familiar venimos solicitando desde hace muchos años.

Es necesaria la búsqueda del equilibrio presupuestario, pero ese equilibrio no puede ser un objetivo exclusivo, aunque si prioritario. Se trata de un objetivo perfectamente compatible con la búsqueda de una nueva cultura que abandone el individualismo, ayude a construir una sociedad más humana, más solidaria y más cohesionada y eso pasa por el reconocimiento del valor político, social y económico de la familia, ausente totalmente en los PGE de 2012.

No es la cantidad del gasto lo que determina la bondad de unos presupuestos sino la voluntad política que se desprende de su estructura. Para valorar correctamente los presupuestos hay que conocer bien los objetivos que se pretenden alcanzar con su ejecución. Una vez más la familia está ausente en el debate presupuestario, aunque es ella la que soporta la mayor carga de la crisis. No puede negarse que la reducción del déficit debe ser el primer objetivo económico y político, pero no debería ser el único. La mejor forma de defender nuestro estado de bienestar es asegurar su viabilidad futura y ésta solo es posible en el marco del equilibrio presupuestario.

El único programa presupuestario destinado explícitamente a las Políticas de Familia (231G "Atención a la infancia y a las familias) muestra, entre otros objetivos, un apoyo explícito y especial a la infancia, así como la voluntad política de elaborar un Plan de Apoyo a la Familia, pero para el que no figura ninguna dotación presupuestaria. Sin embargo es a la vez uno de los Programas que ven disminuir de una manera más acentuada el gasto a él asignado (42,6% menos), mantiene además la misma tendencia de contracción que en los presupuestos de años anteriores, tendencia que se rompe, o al menos se amortigua, en otros programas presupuestarios como por ejemplo el de Igualdad de oportunidades o el mal llamado "prevención integral de violencia de género".