The secret of Kells
Víctor Alvarado
En una época en la que el cine de animación en tres dimensiones copa las carteleras españolas. Existe una pequeña producción irlandesa, que todavía se atreve con la animación tradicional y nos ofrece una pequeña perla que merece la pena se tenida en cuenta por los valores que transmite.
La historia gira entorno a un monje de 12 años, que vive en la abadía fortificada de Kellls que trata de reforzarse para protegerse del posible ataque de los vikingos en el siglo IX DC. El citado monje, llamado Brendan, se encuentra bajo el amparo del abad, su tío, que le educa con una férrea disciplina, ya que sus padres fueron asesinados.
Tomm Moore ha conseguido llevar a esta obra al lugar más alto en el que podía estar, pues fue nominada a los Óscar 2010, teniendo que enfrentarse a muros infranqueables como Tiana y el sapo (2009) o Up (2009). No obstante, esta diminuta joya ha recibido premios, en festivales repartidos, especialmente, por la geografía Europea como Zagreb, Edimburgo o Dublín.
El autor utiliza una técnica de dibujo muy sencilla, pero original para narrarnos una historia que puede atraer a un público infantil en la que el adulto no se sentirá desplazado porque las sub-tramas que se ofrecen pueden interesar a los más mayores. El misterio que encierra este cuento se centra en una pieza de gran valor artístico como es el libro de Kells, que contiene los cuatro Evangelios.
Por otra parte, este relato cinematográfico trata de explicarnos como era la vida de los pueblos de la edad media. Una época en la que los habitantes de diversas zonas del viejo continente se encontraban resguardados bajo el manto de la Iglesia.
La cinta bebe de las fuentes de la cultura católica combinada con las tradiciones celtas. Sin embargo, al director parece importarle contarnos la influencia de los cristianos en la sociedad irlandesa y como los monjes fueron los encargados de transmitir la cultura durante siglos, presentando unos valores que se oponían a los sanguinarios desmanes de los paganos vikingos.