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Diario YA


 

Es impresionante el realismo con el que Llorente narra la Pasíón

Un libro para esta Semana Santa: La primera Semana Santa de la Historia

Javier Paredes. Es impresionante el realismo con el que Llorente narra la Pasíón, en este libro que se titula La Primera Semana Santa de la Historia; es decir, los días 3, 4 y 5 de abril del año 33, desmenuzados hora a hora para contarnos la inmensidad que sufrió Jesús para redimirnos. Llorente que es un reconocido dentista de Madrid con muchos años de experiencia, confiesa en la solapa del libro no ser ni teólogo, ni escritor, ni profesor y pide disculpas por haberse atrevido a escribir un libro, sin ser consciente que de su pluma ha salido un espléndido y vibrante relato de la pasión de la Pasión. En honor a la verdad, hay que decir que ha dado a la luz un gran libro sustentado en este trípode: una rigurosa documentación, un estilo sencillo y un amor a Jesucristo de verdad, sin medias tintas. La edición está repleta de fotografías en color, de esquemas y planos. Y todo ello publicado con tipo de letra tan generoso, que permite leer hasta sin gafas.

El libro, además de recoger las ideas fundamentales de la extensa bibliografía sobre la Pasión, entre las que destacan las últimas noticias descubiertas en los estudios sobre la Sábana Santa, tiene una gran aportación original. Llorente confiesa que como desde niño se aficionó a construir maquetas, cuando descubrió el plano del Calvario realizado por el arquitecto griego Cristós Katsimbinis, no pudo por menos que reconstruir el monte donde nuestro Salvador quiso redimirnos. Tanto la maqueta del Calvario como la del sepulcro, reproducida en una serie de fotos, arrojan mucha luz para entender como sucedieron aquellos acontecimientos. Todo este trabajo se ha enriquecido con dieciséis grabados en color de Victoria Paredes. Esta artista ha conseguido expresar con unos sencillísimos trazos la admirable grandeza del perdón de Dios, mediante el sacrifico de Jesucristo, siempre acompañado por su madre, la Santísima Virgen, en este original Via Crucis de Victoria Paredes. Y cuando al final del libro, el lector piensa que ya no hay lugar para más sorpresas, emerge una y no menor, prueba evidente y lección plástica y magistral de que la vida pudo más que la muerte y de que fue en ese monte donde Cristo y María Corredentora nos rescataron para la vida que, en su compañía y por su misericordia, nunca tendrá fin.

Sin duda, el epílogo titulado “Una roca que habla” va a dar mucho que hablar y que pensar. Cuando ví por primera vez las impresionantes fotografías de este epílogo me recorrió un escalofrío por todo mi cuerpo. ¿De qué se trata? Dejemos que lo cuente el autor: “Sobre el plano del Calvario del arquitecto griego Cristós Katsimbinis se hizo la maqueta que muestra el libro. También dispongo del libro del Calvario de Díez Fernández, una obra muy técnica en la que se exponen los resultados de sus excavaciones, en estos últimos años, en torno a esta peña. (…) Ayudado por esta información me propuse construir la maqueta del Calvario. Cuando estaba recortando la plantilla número 10 me llevé una gran sorpresa, las plantillas de los diferentes planos de nivel para construir la maqueta que veía entre mis manos se parecían a un feto humano de pocas semanas. Terminé la maqueta y también quedé muy satisfecho con el resultado. Pero volví a lo que me había sorprendido y examiné atentamente todos los planos de nivel dibujándolos sobre una tabla de madera de balsa que me había sobrado (…) Lo que estaba viendo me recordaba las fases del desarrollo de un ser humano, desde la fase de gástrula, pasando por la serie completa de la organogénesis, hasta la fase de feto humano de 7 semanas”.