Gracias Embajador, gracias Presidente
EDITORIAL
La grandeza de dos naciones como Rusia y España, naciones imperiales y foco de la cristiandad a lo largo de siglos, ha llevado a un emotivo acto en honor a un compositor ruso, que a su vez ha supuesto un homenaje al precioso Himno Nacional del Reino de España. Cuando diplomáticos de categoría y el mundo de la cultura se juntan, pueden producir emotivos homenajes, fuera de la mediocridad. Y así ha sido gracias al excelente embajador de Rusia en España, Yuri Korchagin, al presidente de la Academia de la Diplomacia española, Santiago Velo de Antelo, y al presidente de la españolísima Fundación Operística de Navarra, Javier Otero de Navascués.