José María Zavala. Hace ya tiempo que Cristina, “la infanta equilibrista”, caminaba peligrosamente sobre el alambre. Su imputación en el llamado “caso Nóos”por blanqueo y delito fiscal ha causado sorpresa y estupor en parte de la opinión pública. Y no precisamente por la presunta implicación de la infanta, sobre la que se ciernen fundadas sospechas a juicio del magistrado y de no pocos ciudadanos de a pie, sino porque la perseverancia del “David” instructor, José Castro,se ha impuesto de momento al poderoso “Goliath” real.