PEDRO SÁEZ MARTÍNEZ DE UBAGO. De este hombre menudo, de penetrante y escrutadora mirada, excepcional delicadeza, extraordinario intelecto y longeva vida (Marktl, Alta Baviera, 16 de abril de 1927- Ciudad del Vaticano, 31 de diciembre de 2022) se puede decir que ha sido todo lo que un católico puede ser y que, cerrados los ojos al mundo, los ha abierto finalmente para contemplar el rostro de Dios, a Quien, en sus múltiples facetas, dedicó su fructífera existencia. Benedicto XVI, fue desde siempre un firme paladín de la verdad objetiva y un azote del relativismo, en la convulsa época de laicismo que le tocó vivir. Y durante la que, como sabio, asustado por las consecuencias de Mayo del 68, así como de la confusión sembrada en él, previó las consecuencias de ambos, y supo evolucionar desde sus iniciales posturas conciliares progresistas a ese famoso apodo de “rottweiler de Dios”.
Pedro Sáez Martínez de Ubago. Escribe John H. Elliot en La España Imperial que a finales del siglo XVI, época en la que la Escuela de Salamanca comienza a dejar de brillar, las circunstancias en las que se encontraba Castilla eran simplemente extraordinarias. La situación económica era, en pocas palabras, catastrófica.
Javier Paredes. El protagonista del día es el jesuita Juan de Mariana, que murió en Toledo, el 16 de febrero de 1624. Había nacido en Talavera de la Reina el año 1536. Fue hijo natural del dean de la colegiata de Talavera, lo que le supuso a lo largo de su vida no pocas humillaciones.