Miguel Massanet Bosch. Mucho nos tememos que la belicosa señora presidente de Argentina, la señora Fernández de Kischner, en su deriva peronista, esté llegando a los límites de lo ridículo en su aparente “venganza” contra España. Si empezó liándose la manta a la cabeza con la súbita nacionalización de IPF, rompiendo con todos sus compromisos con Repsol e infringiendo todas las normas internacionales respecto a las inversiones de empresas en otros países negándose, incluso, a pagar el correspondiente justiprecio por el atropello cometido por su gobierno.