Miguel Massanet Bosch. Los caminos del Señor son inescrutables (Isaías, 55). Seguramente muchos pensaremos en estos versículos cuando observamos lo que está sucediendo en Andalucía, en esta negociación inter pares entre el PSOA y la fuerza emergente que ha salido más beneficiada con la distribución de los nueve escaños, IU; en unas elecciones que, a pesar de la euforia con la que las han celebrado los socialistas a su “dulce derrota”, dieron la victoria, aunque insuficiente para gobernar, al PP del señor Arenas. Y hablamos de los indescifrables designios de la Providencia o, si se quiere, para los no creyentes, del destino o de los hados; porque, si analizamos con un poco de cuidado la posición actual de los socialistas en una comunidad que siempre les ha sido propicia, no encontramos motivos para que el señor Griñán y sus correligionarios puedan lanzar cohetes y refocilarse en su pírrica “victoria”.
Sucede que, aparte de que varios de sus directivos están atrapados en el caso de los ERE’s irregulares, un tema que remolonea por los juzgados y que no presagia nada bueno para aquellos que se creyeron que la Justicia nunca les alcanzaría; es evidente que, por mucho que quieran proferir amenazas y amagar con no cumplir las medidas de austeridad impuestas por el nuevo gobierno del señor Rajoy, su posición ha dejado de ser la misma que cuando el presidente del gobierno era el señor Rodríguez Zapatero. Lo que sucede es que están entre la espada de gobernar en minoría y la pared de tener que ceder a las exigencias de IU.
El evidente viraje a la izquierda que, el señor Pérez Rubalcaba, ha impreso al PSOE puede que no les haya gustado mucho a sus posibles socios para la gobernabilidad de la comunidad andaluza, los miembros de IU, del señor Cayo Lara y del destronado señor Llamazares. Lo cierto es que, durante las dos legislaturas del gobierno socialista, poco o nada han conseguido los de IU de sus compañeros de fatiga y colegas, los socialistas. Lo sucedido en Extremadura no es más que una muestra de la antipatía que los comunistas sienten por aquellos que, durante casi ocho años, han llevado la batuta, con ayuda de los nacionalistas, de la gobernabilidad de la nación. No quieren, los comunistas, que esta ventaja que les ha reportado el hecho de que, una parte de los votantes del PSOE, les hayan votado a ellos en las últimas legislativas, pueden tener la tentación de ponérselo difícil al PSOE de Griñán. Y es por eso que, cuando se habla de hacer un pacto de gobierno con el señor Griñán, los hay, como es el caso del señor Sánchez Gordillo, que se niegan a que se establezca una entente para gobernar Andalucía. De momento, parece que en las 32 asambleas que ha tenido IU con sus afiliados, ha quedado expresamente descartado un pacto de gobierno con el PSOE.
Esta postura puede obligar al señor Griñán, si es que, como parece ser, IU podría estar dispuesta a abstenerse, para permitir que siguiera en su puesto; a tener que gobernar en minoría con el apoyo puntual, para sacar adelante determinadas leyes o propuestas, del partido del señor Cayo Lara. Lo cierto es que, los comunistas, parece que quieren imponer unas condiciones muy duras, 5 en concreto, para colaborar con el nuevo Parlamento andaluz: la salida del gobierno de todos los cargos de la Junta relacionados con los ERE irregulares; cuatro meses de empleo público para todos los parados; una renta básica para todas las familias; la prohibición de desahucios y un banco público para invertir en economía productiva. ¡Casi nada, si se tiene en cuenta que todavía queda por conocer el verdadero estado de las arcas comunitarias andaluzas que, si nos atenemos a lo ocurrido en otras comunidades en las que habían gobernado los socialistas, como es el caso de Castilla-La Mancha, no sería nada extraño que tuviese un déficit importante, incluso superior a los 2.000.000 de euros que encontró la señora Cospedal en su autonomía!
Claro que puede ocurrir que, el señor Griñán, no se encuentre en condiciones de ceder a las propuestas de IU o que, algunas de ellas, no dependan de él y sí de las aportaciones del gobierno Central que, por lo que dicen el señor Montoro y el señor Guindos, no parece que estén demasiado inclinados a continuar permitiendo, a las autonomías, seguir con sus despilfarros y abusos. Una situación que, posiblemente, le proporcione al señor Gtiñán, algún quebradero de cabeza dentro de su propio partido, en el que existen en la actualidad más aspirantes a ocupar puestos públicos que plazas por cubrir, si se tiene en cuenta que muchos de los ayuntamientos, que antes gobernaban, han pasado a depender del PP. En todo caso, no deja de ser preocupante que, estando en el Siglo XXI, se mantengan, por algunos nostálgicos de la lucha de clases, defensores a ultranza de la igualdad –como si hubiera una persona igual a otra –, empeñados en igualar a los ciudadanos, no en el listón superior sino en el inferior, de modo que todos compartiéramos la pobreza, en lugar de aspirar a la mejora de la calidad de vida.
Últimamente, se nota una disposición de algunos grupos de tendencias ácratas, a sustituir el valor de los votos emitidos por los ciudadanos y depositados en las urnas, por un sistema menos democrático, menos creíble pero, sin duda, efectivo, de darle a las ocupaciones de las calles; a las manifestaciones de extremistas y a las técnicas coercitivas del acoso a los ciudadanos, de los actos de vandalismo y de los enfrentamientos con las fuerzas del orden, un valor superior, un plus de legitimidad y una fuerza de convicción superior, quizá por lo teatral, por lo que supone de amedrentamiento e intimidación a la ciudadanía o por la facilidad con que, estas algaradas, se propagan y saltan de un lugar a otro, gracias a la colaboración, interesada o no, de los medios de comunicación, incapaces de resistirse a publicar noticias impactantes y morbosas, que saben que despiertan la curiosidad y el interés de las masas. Así hemos visto como los, aparentemente, apolíticos del 15M (después se ha visto que sólo es un grupo más de izquierdas); los estudiantes; los progresistas (incluidos los habituales exaltados de la farándula, siempre dispuestos a apoyar a quienes los subvencionan), los antisistema, los okupas y los propios Sindicatos, UGT y CC.OO, que parece que pretenden dirigir la nación y mantener sus privilegios, en lugar de preocuparse por los cinco millones cuatrocientos mil parados que el PSOE, con su desgobierno y estulticia ha dejado al PP, como último regalo de despedida.
Hasta en Barcelona, unos cien ancianos, autodenominados yayoflautas, se han dedicado a irrumpir en locales, transportes y a salir a la calle, para protestar contra las medidas adoptadas por el Gobierno. Ridículo ¿no?, pero cierto. Unos pensionistas que, seguramente, manipulados por activistas; que contribuyen, desde su decrepitud e ignorancia, obviando las causas que nos han conducido a la preocupante situación en la que nos encontramos; dispuestos a portarse como un activista más, creando confusión, con la evidente intención de dar al traste con cualquier intento razonable de luchar contra la posibilidad de que España deba ser rescatada por la UE, algo que, sin lugar a dudas, nos convertiría en una nación como Grecia, a la que se le impondrían medidas draconianas, infinitamente más desagradables y restrictivas que aquellas contra las cuales, los incompetentes y maliciosos partidos de izquierdas, pretenden levantar al pueblo español. Otra cosa es que, ninguno de ellos sea capaz de aportar un plan viable alternativo. En fin, esa es señores, a mi criterio, la difícil actualidad española.