Valentín Abelenda Carrillo. El principal argumento con el que se está atacando el derecho de los padres a educar a sus hijos, según sus propias convicciones, es la afirmación de que la enseñanza diferenciada es discriminatoria.
La UNESCO distingue entre discriminación y no discriminación en los siguientes términos “no serán constitutivas de discriminación la creación o el mantenimiento de sistemas o establecimientos de enseñanza separados para los alumnos de sexo masculino y para los de sexo femenino, siempre que estos sistemas o establecimientos ofrezcan facilidades equivalentes de acceso a la enseñanza, dispongan de un personal docente igualmente calificado, así como de locales escolares y de un equipo de igual calidad y permitan seguir los mismos programas de estudio o programas equivalentes”.
Parece claro que diferenciar por sexo no es discriminar y no solo porque lo diga la UNESCO sino también y, sobre todo, porque es evidente, es de 'cajón'; y la evidencia no está para ser demostrada si no para ser mostrada. Aún así hay algunos magistrados, gobernantes y políticos no entienden lo evidente.
Pienso que si no les gusta el sistema de concierto, otra manera de garantizar el legitimo derecho de los padres a la financiación de los centros de enseñanza para sus hijos es mediante la figura del cheque escolar, entregado por el Estado a los padres, para que estos lo entreguen en el centro escolar de su elección, sea de iniciativa pública o privada, y este centro escolar sea quien finalmente lo cobre. Pero esto parece que aún les gusta menos a pesar de ser más democrático.