¿Es la economía un valor absoluto?
Miguel Angel Gutiérrez. No saber priorizar los valores de la persona constituye un grave error del actual gobierno del Partido Popular. Excesivamente preocupados por la economía, los populares no dan señales de querer cambiar, tras tres semanas en el poder, leyes socialistas nefastas tales como la Educación para la Ciudadanía, la ley del divorcio Express, la ley del aborto o la ley de matrimonio homosexual .
Sin duda son preocupantes las reiteradas declaraciones de Rajoy, tanto de candidato como de Presidente, manifestando que la economía es lo único importante. Decir esto es peligroso en la teoría, porque supone adherirse a la filosofía marxista de la vida, y es igualmente peligroso en cuanto a su aplicación práctica, no porque vaya a traernos una economía marxista, sino porque en el resto de los aspectos humanos, viviremos de facto bajo la fría tiranía de la cosmovisión atea de la existencia.
Así como no es cierto que el aspecto económico sea el principal en la vida de una persona, si lo es que precisamente la salud económica de una nación está estrechamente relacionada y depende directamente de su buena salud religiosa. Al fin y al cabo, la economía la desarrollan las personas y según estas sean virtuosas o viciosas así será igualmente la economía de un pueblo.
La economía debería ocupar como mucho el tercer puesto en el orden de prioridades del cristiano, por detrás de la fe o la familia.
Se diria que los actuales gobernantes no entendienden “el estrecho vinculo entre las cosas divinas y las humanas, el parentesco que tienen las cuestiones políticas con las sociales y con las religiosas, y su dependencia de Dios, legislador supremo de todas las asociaciones humanas “(Donoso Cortés). Y es que para gobernar con buen criterio es necesario tener un correcto conocimiento del hombre y de su Creador.
Evidentemente, no quiere decir que deba marginarse lo económico, y mucho menos en la actual penosa situación de herencia envenenada que nos dejado el socialismo. Pero todavía es peor centrarse única y exclusivamente en la economía obviando lo fundamental. Lo sensato sería ocuparse de ambas cosas, es decir de Dios y del bolsillo con el talento suficiente. Pues, de no hacerlo así, España no podrá solucionar sus principales problemas, (tampoco el económico) y otra vez tendremos aquí a los socialistas en unos pocos años.
Miguel Angel Gutiérrez