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Diario YA


 

José Luis Orella: El ajedrez ucraniano

 

 

Ucrania se desliza hacia la división social. Finalmente ha quedado claro que el rechazo al acuerdo con la UE, en realidad escondía una nueva revolución. (El ajedrez ucraniano)

 

 

¿Está la IA matando la creatividad humana?

La inteligencia artificial está en todas partes. Ya no es algo del futuro, sino una realidad. Desde las apps que te recomiendan canciones hasta las que te diseñan un logo en cinco minutos o incluso en juegos como la ruleta de Betfair, están haciendo todo lo que antes hacían las personas. Pero, ¿esto está matando la creatividad humana o solo nos está haciendo más vagos?
La creatividad siempre se ha visto como algo muy de humanos. Eso de pensar ideas nuevas, escribir historias increíbles o pintar cuadros únicos parecía estar fuera del alcance de las máquinas. Pero, ahora tenemos programas como DALL·E o ChatGPT que crean obras de arte o textos en un abrir y cerrar de ojos. Y lo peor (o lo mejor, depende de cómo lo veas) es que lo hacen bien.
Pero, ¿es eso creatividad de verdad o solo un refrito? Porque la realidad es que las máquinas no inventan nada desde cero. Solo mezclan lo que ya existe.

Creatividad en tiempos de algoritmos
Hace unos años, si alguien quería ser creativo, tenía que sentarse a pensar. Ahora parece que basta con escribir un par de palabras clave y dejar que la IA haga el trabajo. En el mundo del entretenimiento, esto ya está pasando. Sin ir más lejos, las plataformas de casino ya están usando inteligencia artificial para que la experiencia sea más divertida, más personalizada y, por qué no decirlo, más atractiva.

La comodidad nos está matando las ideas
La automatización lo está poniendo todo fácil. Y las empresas lo han notado; ahora usan IA para crear anuncios, escribir textos o diseñar campañas. Todo es más rápido, más barato y con resultados que no están nada mal.
Pero, ¿qué pasa con ese toque humano, esa chispa que hace que algo conecte con las personas? Porque la IA puede ser eficiente, pero no siente, no tiene alma. Eso no lo compra ningún algoritmo, por más avanzado que sea.
Por otro lado, también es cierto que la IA puede ser una aliada. En vez de robar ideas, puede servir de herramienta para inspirarse. Así que, en realidad, no es que la IA mate la creatividad, sino que nos está obligando a trabajar de otra manera.

Arte, pero con código detrás
Cuando se trata de arte, la cuestión adquiere otra dimensión. Existen redes neuronales que pintan, componen música o escriben poemas, y lo hacen tan bien que a veces es difícil distinguir si lo ha hecho un humano o un ordenador.
¿Es esto arte de verdad? Hay quienes creen que sí, que el arte no tiene por qué ser exclusivo de las personas. Otros piensan que no tiene sentido comparar a un pintor que se ha pasado la vida aprendiendo su oficio con un software que mezcla colores y formas en dos segundos.

La creatividad no está muerta, sólo es diferente
A pesar de todo, la IA todavía no puede con todo. La verdadera creatividad, esa que nace de las emociones, de las experiencias de vida o de simplemente ver el mundo desde otra perspectiva, sigue siendo un terreno humano. Las máquinas pueden imitar, pueden mejorar procesos, pero no pueden sentir.
Pero al final, esto no es una competición; se trata de cómo usamos estas herramientas para mejorar lo que hacemos. La creatividad no está muerta, solo está cambiando. Y quién sabe, quizá las ideas más geniales del futuro no vengan solo de una mente humana, sino de una colaboración entre nosotros y las máquinas. Es un mundo nuevo, y toca adaptarse.