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Diario YA


 

José Luis Orella: El ajedrez ucraniano

 

 

Ucrania se desliza hacia la división social. Finalmente ha quedado claro que el rechazo al acuerdo con la UE, en realidad escondía una nueva revolución. (El ajedrez ucraniano)

 

 

«España es el conjunto de pueblos unidos por la Providencia»

¿Hay razones históricas, y éticas, para que una Comunidad Autónoma se separe de España?

Eudaldo Forment.  Quisiera dar una sola razón histórica, que es también ética y hasta metafísica, para que ninguna parte de España se separe de las demás. Se encuentra en la obra de Josep Torras i Bages, La tradició catalana, escrita en catalán, en 1905: «España es el conjunto de pueblos unidos por la Providencia». 

En el siglo anterior, otro pensador catalán, Jaime Balmes, notaba que, si la Iglesia penetró en las culturas de los pueblos europeos y contribuyó decisivamente al desarrollo de las naciones europeas, como lo confirma el hecho de que no se puede dar un paso por Europa sin tropezar con algún monumento religioso, en España, además, creó, desde el principio, un espíritu de nacionalidad. Lo que se podría llamar la esencia de la nación española ha tenido tanta importancia, que no sólo se pudo conservar durante la invasión musulmana, sino que fue su motor. Además, sirvió para la recuperación de la unidad de España y para explicar la heroica guerra de la Independencia, cuya enseña era el grito de rey y religión, en la que la región catalana, y más concretamente Gerona, tuvo un importantísimo papel.
 
Los obispos españoles han llamado a los católicos a «proceder responsablemente, sin dejarse llevar por impulsos egoístas ni por reivindicaciones ideológicas». ¿Cómo se concreta esto?
 
En la reciente declaración de la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal Española, en su anexo Sobre los nacionalismos y sus exigencias morales, se invita a todos los católicos, y también a los que conservan los valores propios del humanismo, fundamentado y desarrollado por la Iglesia, que, cada uno en su ámbito, y en su momento con el ejercicio del voto, actúe con veracidad y buscando siempre el bien común. Como enseña la doctrina social de la Iglesia, el bien común no es sólo la razón de ser de la autoridad del Estado, sino también es un deber de todos y cada uno de los miembros de la sociedad. Creo que más concretamente hay que recordar que el bien común implica la paz, no la falta de armonía ni la discordia. En este sentido, si España es un conjunto de pueblos que, «juntos, hacen un todo», como decía también Torras i Bages, «la Providencia nunca yerra: ni cuando les pone en un territorio y los une». No están así unidos para el odio, que siempre destruye, sino para la equidad fraternal, fruto del amor, que siempre edifica.
 
Don Eudaldo Forment: Catedrático de la Universidad Central de Barcelona.