¿Te acuerdas de mí?
Víctor Alvarado
El cine italiano está muy polarizado, pero ¿Te acuerdas de mí? , podríamos decir que se encuentra en el centro. Se trata de una comedia romántica que, en su planteamiento, guarda ciertos paralelismos con 50 primeras citas, protagonizada por Adam Sandler y Drew Barrymore.
La producción está dirigida por Rolando Ravello. Este hombre de cine es un actor muy considerado, que debutó como cineasta en 2012 con Todos contra todos, escrita y protagonizada por él, donde obtuvo el Premio del Público en la última edición del Festival de Nantes, lo que le ha abierto las puertas para su segundo trabajo.
Roberto y Bea son dos personas que se conocen desde niños, aunque ellos no lo saben cuando se reencuentran en una clínica de psicología, ya que ambos sufren unas peculiares enfermedades, pues él es un cleptómano, mientras que ella padece una narcolepsia, que le impide recordar su pasado cada vez que tiene un episodio de sueño cuando se emociona.
Para este cuento de hadas moderno con príncipe y princesa de carne y hueso, el realizador ha contado con Ambra Angiolini, conocida en España por la canción: Te pertenezco, y Edoardo Leo. Los actores nos parecen inmejorables. Sin embargo, para muchos esta película puede pasar desapercibida y puede que no tenga demasiado tirón. Estamos convencidos de que, si estuviera protagonizada por actores estadounidenses de cierta enjundia, este largometraje tendría un éxito rotundo, pues está sustentada por buenos cimientos. Las escenas están cargadas de magia y de un simpático sentido del humor, más de sonrisas que de carcajadas.
Esta cinta defiende la idea de que el amor es una conquista diaria. Un amor entendido como un esfuerzo, una lucha, no tan sólo un sentimiento. La persistencia de querer a alguien de verdad en la salud y en la enfermedad, al igual que vemos en las promesas matrimoniales. No se queda en la fase del enamoramiento, sino que nos sugiere implícitamente algo más profundo, pudiendo ser bastante útil para esos jóvenes tan acostumbrados a las separaciones o divorcios de sus padres y que quieran cambiar el “chip”.