Principal

Diario YA


 

José Luis Orella: El ajedrez ucraniano

 

 

Ucrania se desliza hacia la división social. Finalmente ha quedado claro que el rechazo al acuerdo con la UE, en realidad escondía una nueva revolución. (El ajedrez ucraniano)

 

 

editorial

“El político se convierte en estadista cuando comienza a pensar en las próximas generaciones y no en las próximas elecciones.”

Al final del editorial leerán que damos una tregua de confianza a Rajoy en lo económico. Porque en lo social-aborto, matrimonio homosexual, manipulación embriones,recuperar las raíces cristianas, etc- ya no hay tregua que valga, y se esta cumpliendo el plan liberal que nos temíamos.

Este año no ha habido debate sobre el estado de la nación. Pero los españoles sí hemos puesto el termómetro a la opinión del pueblo para tratar de hacernos una idea de lo que podría pasar si acudiéramos de nuevo ahora por las urnas después de algo más de siete meses de gobierno del Partido Popular.

Dos encuestas pero un único resultado. Por una parte la del GESOP publicada en El Periódico de Cataluña y por otra, la realizada a finales de junio y publicada este sábado por ABC, que nos cuentan que los dos grandes de nuestro país, el PP y el PSOE, se desploman en intención de voto. Hasta aquí todo previsible, el lógico desgaste de un PP que, aunque movido por el deseo de alejarnos de la intervención y salvar nuestra dignidad aún a riesgo de perder popularidad, ha tomado sangrantes e impopulares medidas adoptadas a motu propio y por presión externa. La otra cara de la moneda, el PSOE, que ha perdido su prestigio como opción política seria, tanto dentro como fuera de nuestras fronteras, por la proeza de llevar a España a un dique seco después de casi ocho años de gestión. Le ha pasado factura como no podría ser de otra manera, dicho incluso por sus incondicionales.

Por otra parte, resulta que IU dobla en estimación de voto, lo que pasaría también con un UPyD, que también aprovecha el desgaste de los grandes. Finalmente, los nacionalistas CiU y PNV obtendrían un ligero aumento.
 
Si estos datos reflejan la realidad del sentir de nuestra nación en este momento, resulta que la izquierda, entendida como la suma del PSOE, IU y UPyD, decanta en solo siete meses la balanza hacia la izquierda, en detrimento del actual gobierno.
 
Lo cierto es que, unos días antes de las elecciones del mes de noviembre, más de una vez se pudo escuchar en los foros que lo mejor que le podría pasar a Mariano Rajoy sería perderlas. Y eso que todavía no se habían abierto todos los cajones que más tarde descubrirían la existencia de sapos y culebras... deuda, corrupción, deterioro institucional y demás. Pero Mariano, aun consciente de que algo había, las ganó… con un optimismo que supera el “buen talante” de Zapatero. Y se enfrentó a un rescate financiero, a los recortes, al copago sanitario, a las subidas de los impuestos y al anuncio a la maltrecha economía doméstica española de la subida del gas, y de la luz... en fin, y sin perder la sonrisa aunque aumentando su famosa prudencia cuando, lejos de manifestar entusiasmo por la buena negociación obtenida en Bruselas, aclama “no hay que cantar victoria”. 
 
No sabemos si la izquierda lo hubiera hecho mejor, o bien si habría seguido derrochando en su lucha laicista sin cuartel hasta lograr que España hubiera sido intervenida. Pero, al margen de ideologías políticas, hay que reconocer que Don Mariano ha lidiado bien el toro en Bruselas y que no estaría mal echarle un capote a su gestión económica al menos durante un tiempo. Como decía Winston Churchill “El político se convierte en estadista cuando comienza a pensar en las próximas generaciones y no en las próximas elecciones.”