“Maruxa”, un hermoso canto a Galicia
Luis de Haro Serrano
Casi cincuenta años ha tardado esta singular obra del maestro Vives en volver al escenario que la vio nacer el 28 de mayo de 1914 bajo la batuta del maestro Luna, cuando su autor era director artístico. El Teatro Nacional de la Zarzuela, con gran acierto, la rescata del inconcebible olvido en que durante tanto tiempo ha estado maniatada. La dificultad de su montaje justifica, de alguna forma, esta conducta. Los aficionados a la lírica deben alegrarse porque, además, lo hace con todos los honores, no solo por el excelente doble elenco elegido sino por la actualización a que ha sido sometida, de la mano del director de escena, Paco Azorín, que ha querido convertirla en una obra del siglo XXI, como ha comentado.
"Maruxa" es un título dotado de una gran dificultad escénica y vocal que, durante cierto tiempo, ha sido encasillada en el género de la zarzuela cuando, realmente, es una auténtica ópera –no posee ni un solo pasaje hablado- de gran valor artístico. Prueba de ello es que poco después fue presentada con merecido éxito en el Teatro Real, como lo que realmente es, una excelente ópera que, en ambos escenarios, alcanzó éxitos sonados, igual que cuando, poco más tarde, enero de 1919, se ofreció también en New York, anticipando el éxito que, un año después, obtendría también “El gato montés”de Penella, Con el carácter de ópera la concibió su autor y así se está presentando en todas sus recientes apariciones. El desdibujado libreto, realizado en dos actos por el escritor y poeta gallego Luis Pascual de Frutos (1872/1939), autor también del de la zarzuela "Molinos de Viento" del maestro Luna, no ha facilitado mucho la divulgación que con todos los honores se merece
"Maruxa" es una égloga pastoril que rinde homenaje a la tierra gallega en general, a sus bellísimos paisajes, a sus gentes y a sus fuertes y recientes calamidades naturales - como son sus numerosos y continuos incendios, sus permanentes lluvias además del causado por el desolador accidente del Prestige( 13/2/2002). A través de una composición sumamente atractiva preparada como un canto universal no localista ni folclórico, hacen de este título una de las obras cumbre de la lírica española, realizada con un lenguaje musical sumamente difícil para todos los intérpretes -vocales e instrumentales-. Paco Azorín, debido a la ligereza del libreto de Luis Pascual, repleto de situaciones demasiado convencionales, ha intentado hacer una lectura valiente de su contenido con la idea de que pueda generar el debido interés en el espectador actual, apoyándose para ello en el extraordinario valor, sentimental y lírico, que genera la extraordinaria música de Vives.
Musicalmente es una obra de gran riqueza melódica, refinada, elegante y llena de contrastes y estilos que, a pesar de contar con el sello personal de la creatividad de su autor, no elude que se recuerden en ella determinados aires populares gallegos, reminiscencias al verismo, así como melodías dotadas de unas líneas claramente wagnerianas, el rescoldo de la opereta vienesa que él tanto conocía y el brillante estilo de Rossini, como muestra de la influencia italiana, que tanta fuerza tenía en aquella época.
El atractivo y la bondad de esta obra de Vives ha hecho que el cine, en dos ocasiones, se haya centrado en ella para preparar dos interesantes producciones. La primera realizada en el año 1923, en pleno fervor del cine mudo, con una creación de Celta Films dirigida por Henry Varins, protagonizada por Florian Rey y, en fecha más reciente, 1968, dirigida por Juan de Orduña, protagonizada por Mª José Alfonso, Ramon Pons, Mary Francis y José Mª Prada.
Entre las dieciocho escenas musicales en que está dividida la obra se encuentran pasajes o números musicales tan atractivos como el conocidísimo "Golondrón", -recompuesto por su autor de su antigua sardana “Sant Pol” y el cuarteto en concertante con el que se cierra el primero, el brillante preludio del segundo –compuesto en escasas horas- y los números puramente gallegos con los que tan brillantemente se cierra la obra.
Para su presentación, La Zarzuela cuenta con un doble elenco netamente español integrado por voces tan señaladas como las de Maite Alberola, Susana Cordón, Rodrigo Estévez, Borja Esquiza y Simón Orfila, entre otros, la dirección musical de José Pérez- Sierra y la señalada de Paco Azorín en la dirección escénica.
Como viene siendo habitual en la presentación de grandes producciones, en torno a "Maruxa", la Zarzuela ha organizado diversas propuestas culturales como una conferencia que en el cómodo espacio del Ambigú pronunció la filóloga Concha Baeza, dedicada a la obra de Vives. Los directores musicales y de escena, Pérez- Sierra y Paco Azorín tendrán diversos coloquios con los alumnos franceses de artes escénicas y miembros de la Joven Compañía Nacional de Teatro Clásico, los alumnos de Dirección de orquesta, así como los estudiantes de diversas disciplinas musicales.
Paco Azorín mantendrá otro encuentro con estudiantes de las diferentes ramas de artes escénicas; diseño y cinematografía, presentado por Daniel Bianco, director de la Zarzuela.
La novedad es que a todos estos actos paralelos podrán asistir también los titulares de la Tarjeta Joven del Teatro, que cuenta ya con cerca de 700 titulares.
Puesta en escena
Para que el espectador pueda desde el principio adentrarse en el tema de Galicia, la presentación de la obra se inicia con la lectura en of de uno de los principales poemas de la escritora gallega Rosalía de Castro dedicado a Galicia; “Maruxa es Galicia, final del mundo conocido para los romanos, Finisterre”, recitado por la deliciosa voz de María Pujalte .
Paco Azorín ha diseñado para esta nueva producción de “Maruxa”, una escenografía compleja y desequilibrada, salida del contexto general de la obra que, al fin y al cabo, no es nada más que una vieja historia –de las muchas que existen en este género- situada en la confusa frontera entre el amor y el deseo, para lo cual ha utilizado unos recursos teatrales muy llamativos pero que tienen poco que ver con el fondo general de la trama.
El elenco cumplió adecuadamente con el duro trabajo que Vives le ha asignado en su partitura, destacando la sensibilidad, escénica y vocal, de la soprano Susana Cordón como Maruxa. El Coro muy efectista y convincente, a pesar del poco trabajo que tiene encomendado.
José Miguel Pérez-Sierra, que se nota el fuerte trabajado de estudio que de la obra ha realizado, ha ofrecido una versión serena y convincente, contando con la Orquesta titular plenamente entregada, que brilló especialmente en el desarrollo de los números más populares ya citados, muy aplaudidos por su especial atractivo.
Bienvenida sea esta nueva vuelta de “Maruxa” a su Teatro, deseándole que, definitivamente, salga por fin del cajón del olvido, esperando que, lo antes posible, cunda el ejemplo de la Zarzuela en otras instituciones líricas. La obra bien lo merece.