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Diario YA


 

PSOE vuelve a ser signo de corrupción

¡Las proezas de nuestros gobernantes!

Miguel Massanet Bosch

Si los honderos baleáricos resucitaran de sus tumbas milenarias, seguramente quedarían avergonzados de la pusilanimidad, del poco amor propio y del nulo apego a sus raíces isleñas, de estos mallorquines que han decidido entregarse, vencidos y desarmados, al opresor cultural que ha plantado su bandera en tierras mallorquinas, para colonizar la isla y añadirla, como botín de conquista, a las llamadas “Terras catalanas”. Y es que, la cantidad de estupideces, la reata de majaderías y el cúmulo de insensateces que vienen cometiendo estos mallorquines ( en tiempos de Pepe Botella los habrían llamado “afrancesados”) que han decidido renunciar al rico y armonioso dialecto balear, heredado de nuestros mayores, para someterse al yugo de la cultura catalana y renunciar al tradicional sentimiento de independencia insular y a la defensa de nuestras propias costumbres, para someternos a una cultura que nos es ajena, aunque muy respetable para los catalanes, a la que nuestros padres y abuelos se resistieron durante siglos manteniendo en alto nuestro propio acervo lingüístico y cultural.

Pero parece que, con la llegada de los socialistas al poder, todo asomo de cordura, todo sentido de mesura y toda apariencia de lucidez mental, han pasado por el filtro de esta nueva filosofía relativista, por la que se han trabucado todas las costumbres ancestrales; todos los valores heredados de nuestros mayores y todos los principios por los que se rige el sentido común, para hacer de todo ello un fardo para tirarlo al cesto de los desperdicios, como si estuviese contaminado de la peste. Ahora, se actúa por simple impulso, por sectarismo puro y por revanchismo ideológico, de modo que determinadas modas, ocurrencias puntuales o repentinos destellos de cretinez desmadrada, pueden convertirse, por el arte de hacer pasar por el tubo al contrario, en situaciones inimaginables en las que, todo amago de sensatez y lógica, brilla por su ausencia. Así resulta que, en 18 de los 300 centros escolares de Mallorca, sus directivos interrumpieron las clases para protestar contra la propuesta de bilingüismo del PP, sacando a los alumnos al patio y entregándoles una letra de la canción, del catalanista Biel Bajoral, titulada “Yo soy catalán”. Otro caso: en el IES Pau Casesnoves de Inca, se leyó un manifiesto a favor de la lengua catalana junto a un mural con un mapa de los “países catalanes” acompañado de la bandera catalana. ¡Así se enseña la historia, sí señor! Y la Constitución tambaleándose y, el TC, mirando hacia otra lado, no fuera que les cayera otro marrón como el del “Estatut” catalán.

Otro caso, esta vez en Sitges, a un niño de 5 años, por no hablar en catalán (lengua vehicular), se le puso una señal roja en su expediente; por lo visto esta marca valora si el alumno “participa en conversaciones utilizando la lengua vehicular del centro” – qué curioso, porque uno entendía que a quien le corresponde el derecho constitucional de pedir que se utilice su propia lengua vehicular, en la enseñanza de sus hijos, es el padre del alumno – El niño, atónito y despistado, le preguntó a su madre: “¿qué he hecho mal, mami? ¿Por qué me han puesto una pegatina roja? ¡Lamentable y odioso! El grado de cerrilismo demostrado por estos profesores, debería inhabilitarlos para seguir en la docencia de perpetuidad, pero, así van las cosas en esta España en la que, el cumplimiento de la Constitución parece que no es obligatorio ,para determinados sectores de nuestra sociedad, a los que se les ha dado patente de corso para saltársela a la torera ¡Y luego nos sale el presidente interino del TC y nos dice que no existe la politización de los miembros del tribunal!, ¿a quién cree usted, señor Salas, que está engañando?, ¿Están ustedes en Babia, que no se enteran de lo que ocurre en España?

Era imposible que habláramos de hechos absurdos sin que acabáramos por encontrarnos con la señora Pajín, la ministra de Sanidad, que parece que se ha convertido en el comodín del Gobierno socialista, porque tanto te la encuentras en un barrido como aparece en un fregado, como sucedió con su asistencia, como ministra, a la gala de los Goya. Verán ustedes, porque no tiene desperdicio; resulta que, en Barcelona, se representa el conocido musical “Hair”. Es una obra sobre los hippies de los años 60, un movimiento nacido entre la juventud y, como tal, era la expresión de la rebeldía en contra de la sociedad de su tiempo, con la guerra del Vietnam por fondo. El director ha explicado que, en esta obra, es preciso fumar, (seguramente porros); aunque, en realidad, lo que fuman es una mezcla de maría luisa, albahaca y hojas de nogal. Un espectador (siempre los hay a los que les gusta dar la nota) denunció el espectáculo por violar la ley de fumar en locales públicos. Incomprensiblemente y dando la medida del grado de cerrazón de algunos señores de la Administración pública catalana, se tomaron medidas y las autoridades han amenazado, a los responsable de la obra, con ser sancionados en el caso de que persistan en “fumar” durante la representación.

La señora Pajín, en lugar de condenar tan estrafalaria decisión, como es costumbre en ella se ha apresurado a aplaudir a los que han cometido semejante arbitrariedad, con el siguiente argumento: “en un teatro, un espacio de trabajo, no se puede fumar. Igual que en teatro los crímenes no son reales, que simulen que fuman”. Si, señora, pero sí se simulan los muertos con actores vivos. La ley impide fumar tabaco, que es lo que entendemos todos, por sentido común, como fumar. También está prohibido, por ley, fumar drogas. Pero fumar una mezcla de hierbas inocuas no es fumar es simplemente una simulación que no puede sustituirse por unos señores que finjan dar chupadas a algo invisible; lo que convertiría, la representación en algo ridículo, estrambótico (como dice el director de la obra), hilarante y absurdo. Lo que es cierto es que los españoles no nos merecemos ser gobernados por unos ministros y unas autoridades que se dediquen a multarnos y amargarnos la existencia, aplicando una política de gobierno consistente en irnos recortando las libertades, en imponer las leyes que ellos mismos se han inventado, sin utilizar el sentido común, la moderación y el sentido de la proporción, hasta conseguir que se haga realidad el aforismo de “summum ius summa iniuria”, cuando la aplicación demasiado rigurosa de una norma la puede convertir en injusta.

Sin embargo, vean ustedes la paradoja. En el programa La Noria, uno de estos espacios infumables de las televisiones, que sólo se ocupan de buscar audiencia morbosa y poco exigente; su presentador, el señor Jordi González, un señor que ha medrado a base de crear polémica y escandalizar a la audiencia; un sujeto irascible y que no soporta cuando, en su programa, alguien le canta las cuarenta; volvió a perder los estribos en el momento en el que una internauta le recordó que él también hacia” programas basura” (él, previamente, había tachado de “gentuza” a los profesionales de Intereconomía). Con visibles muestras de enfado y, sin pararse a mirar el respeto que a todo presentador le corresponde tener con quienes participan en su programa; le espeto, desabridamente, a su interlocutora: “Telebasura tu puta madre guapa”. ¿Se sabe que este organismo encargado de vigilar lo que se presenta en las televisiones, que tiene por misión velar por la limpieza y la calidad de sus contenidos y los comportamientos de los profesionales que forman parte de ellas; haya tomado algún tipo de medida para sancionar una conducta tan manifiestamente impropia y reprochable? No parece que haya sido así, como tampoco que ninguna autoridad municipal o Autonómica haya movido pieza para evitar la repetición de semejantes actos bochornosos. Este es el fruto del desarme moral y ético que el PSOE ha practicado en este país. ¡Mal vamos!