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Diario YA


 

José Luis Orella: El ajedrez ucraniano

 

 

Ucrania se desliza hacia la división social. Finalmente ha quedado claro que el rechazo al acuerdo con la UE, en realidad escondía una nueva revolución. (El ajedrez ucraniano)

 

 

¿Al César lo que es de Dios?

Jesús Asensi Vendrell. La polémica saltó de nuevo. El ministro de Educación, el señor José Ignacio Wert, ha presentado un nuevo borrador de la futura ley de Educación y más de uno se ha puesto nervioso e histérico a más no poder. Pero tampoco podemos olvidar que la causa de tanto embrollo e inconformismo se deba quizá a la ignorancia supina que algunos muestran.

            Así es. Algunos ignoran que la lengua es un medio y no un fin. Es un medio que los hombres inventaron, y siguen haciéndolo, para poder comunicarse entre sí y avanzar en el camino de la colaboración y del progreso en busca de la felicidad. Y esa ignorancia les impide ver que una lengua que divide u oprime a las personas, que recorta su libertad e impide su integración social, no está cumpliendo con su fin principal y que, por lo tanto, queda invalidada como vehículo de comunicación interpersonal. No puede ser jamás que una lengua, da igual la que sea, se sitúe por encima de las personas. No puede ser porque son ellas, las personas, las que inventaron dichas lenguas y por lo tanto, las que tienen la posibilidad y el derecho, si lo creen oportuno, de desecharlas y cambiarlas por otras.

            También algunos ignoran que en los Acuerdos de 1979 entre la Santa Sede y España, todavía vigentes hoy en día, se estableció que el área de Religión tendría el mismo valor que cualquier otra asignatura; sería evaluable y computable; al igual que su alternativa, cursada por aquellos alumnos que libremente no se matriculen en el área de Religión. Y esa misma ignorancia; que en algunos casos se transforma en amargura visceral; les impide ver que la actual Ley de Educación es ilegal en lo referente a la Religión y que su estimada “Educación para la ciudadanía” no desaparecerá del currículo, sino que se convertirá, con algunas modificaciones, en la alternativa a la Religión. Esa ignorancia les impide ver que seguirán teniendo la libertad de elegir. Sí, dispondrán de una libertad que no desean; por sus obras los conoceréis; para todas aquellas familias que quieren optar por la Religión. Y es que en realidad, el único problema de fondo solo es uno: el miedo que algunos tienen a la libertad.