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Diario YA


 

El cónclave cardenalicio que se reunirá en marzo es de doctrina católica conservadora

¿Cómo será el nuevo Papa?

Redacción. A pocas semanas del cónclave que elegirá al nuevo Papa entre el 15 y el 18 de marzo en la Capilla Sixtina , cobra especial importancia el perfil de los 117 Cardenales que lo compondrán, ya que según como sean, así decidirán al nuevo sucesor de Benedicto XVI. A este propósito, si tenemos en cuenta que 67 de ellos han sido elegidos por el mismo Benedicto XVI, mientras que la otra mitad lo fueron en su día por el Beato Juan Pablo II, el nuevo cónclave será seguramente más conservador que aquél que en el año 2005 eligió a Joseph Ratzinger.

Si el Colegio cardenalicio se compone de 209 Cardenales, según las normas establecidas por el Papa Pablo VI en la Constitución apostólica “Romano Pontifici Eligendo” de 1 de octubre de 1975 (modificada el 22 de febrero de 1986 por Juan Pablo II en la Constitución apostólica “Universi Dominici Gregis”) no pueden ser Cardenales electores –aunque sí elegidos- aquéllos que tienen 80 años o más en el momento en que se declara la Sede vacante, motivo por el solo son 117 los Cardenales que conforman el cónclave. Si bien el límite del cónclave se establece en 120 Cardenales.

De línea conservadora en cuanto a doctrina católica, el nuevo Papa se mantendrá lejos de las reformas liberales que algunos de los miembros han tratado de plantear sin éxito en el Vaticano. A buen seguro, el sucesor de Pedro tendrá como Juan Pablo II y Benedicto XVI una posición clara y firme ante el celibato sacerdotal, y su oposición al aborto y ante el matrimonio entre personas del mismo sexo que algunos países han adoptado en sus legislaciones, como España y Francia recientemente.
 
Las incógnitas por tanto no se centran tanto en la línea doctrinal del nuevo Padre de la Iglesia, sino en otros aspectos como su nacionalidad o su edad, que puede determinar en principio la duración del futuro papado. También es de singular importancia la capacidad de comunicación del nuevo Pontífice en los tiempos actuales, tanto para definir claramente la postura de la Iglesia en los  temas controvertidos, como en la comunicación del mensaje católico a los jóvenes, algo que ha cobrado más protagonismo desde Juan Pablo II: el acercamiento de la Iglesia con la juventud en encuentros internacionales sin precedentes que fueron un gran éxito y que para muchos constituyó un verdadero refortalecimiento de su fe.
 
Mención aparte es la difícil administración de los 22 departamentos de la Curia romana, y sus aparentes enfrentamientos internos que en ocasiones han traspasado sus muros y que ocasionaron no pocos dolores de cabeza a Benedicto XVI.