¿Censura política a los medios disidentes del Gobierno?
Miguel Massanet Bosch. ¿Qué se ha hecho, señores, del derecho a la libre expresión, a la libre opinión y a la libertad de comunicarse sin cortapisas, trabas, censuras, amenazas, sanciones y limitaciones, con las otras personas a través de la prensa?, ¿es que ya se va a censurar cualquier tema de análisis, controversia, interpretación, estudio y polémica sobre ideas, hechos, actitudes, comportamientos y cualquier tipo de uniones entre humanos o irracionales? No estamos hablando de lo que pueda opinar un simple ciudadano de a pie que quiera poner una pica en Flandes; estamos constatando una opinión manifestada en la Declaración Universal de Derechos Humanos, cuyos artículos 19 y 29 me voy a permitir reproducir debido a su indudable importancia:
“Artículo 19
Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión.
Artículo 29
2. En el ejercicio de sus derechos y en el disfrute de sus libertades, toda persona estará solamente sujeta a las limitaciones establecidas por la ley con el único fin de asegurar el reconocimiento y el respeto de los derechos y libertades de los demás, y de satisfacer las justas exigencias de la moral, del orden público y del bienestar general en una sociedad democrática.
3. Estos derechos y libertades no podrán en ningún caso ser ejercidos en oposición a los propósitos y principios de las Naciones Unidas.”
Es un tema, el de la libertad de expresión, de una gran complejidad debido a que, desde el Poder, puede existir el interés en cercenarla, para evitar la difusión de ideas, hechos y opiniones que pudieran contrariar la doctrina oficial y sembrar dudas en la ciudadanía sobre la manera en la que son gobernados. Por ello es tan importante en defenderlo por todos los medios y el ejercitarlo tantas veces como fuere preciso.
Estamos ante un caso flagrante de intervencionismo por parte del ministerio de Industria (Subdirección General de Medios Audiovisuales), en un intento del Ejecutivo de acallar a todos aquellos medios (pocos, valientes y perseguidos desde todas las instancias políticas, dominadas por los socialistas y por parte de sus propios colegas de la prensa (que viven de las subvenciones gubernamentales). Así la cadena Intereconomía ha sido sancionada, por la SGMA, con una multa de 100.000 euros, por haber publicado un video de autopromoción de la propia cadena, en el que se utilizaba la imagen de los homosexuales, contraponiendo al día “del orgullo gay” a los “364 días del orgullo de la gente normal”; ¿ven ustedes alguna ofensa en ello?, ¿existe alguna intromisión en la intimidad de alguna ciudadano en reproducir imágenes de unas personas que voluntariamente, ejerciendo un derecho, salen a las calles convertidas en marionetas y disfrazadas de las más estrambóticas manera, semidesnudas, en actitudes procaces, desafiantes; atentando contra el buen gusto, el sentido común y los propios sentimientos morales y éticos de muchas personas, que no comulgan con tan particular forma de entender la sexualidad y el amor? Como siempre ocurre, en los gobiernos de corte totalitario, se aplican distintas varas de medir según se trate de lo que hacen, dicen, practican y predican los que forman parte de sus propias ideologías, se integran en sus partidos y colaboran en sus adoctrinamientos y, por el contrario, se ensañan, combaten, les hacen la vida imposible y se ceban en aquellas personas físicas, jurídicas o instituciones benéficas y religiosas, que ellos consideran como un peligro para la expansión de sus doctrinas únicas y sus proyectos de convertir la democracia en algo irreconocible y odioso; donde se imponga a la ciudadanía un modelo único, pautado y vigilado de sistema político, a la imagen del que imperaba en España a finales de la Guerra Civil.
¡Qué diferencia, señores, de la laxitud, indiferencia, condescendencia y tolerancia con estos programas de TV en los que, sin el menor embozo, se ponen en ridículo creencias religiosas, se juega con los símbolos cristianos y se hace mofa y befa de los representantes de la Iglesia católica! Las autoridades, los fiscales del Estado, los órganos judiciales y los encargados de defender los derechos de los ciudadanos, entre los cuales, como no, también están recogidos los de libertad de creencias religiosas y los de poder exponer libremente las opiniones de las personas, siempre que no coarten derechos de los demás. Díganos, quien ha perpetrado semejante desaguisado ¿qué ha encontrado en este video de Intereconomía que haya reducido los derechos de los gay?; ¿acaso, ahora, los gay tienen derechos superiores a los de los heterosexuales, para que se sientan molestos por la ingeniosa ocurrencia del rotativo sancionado? Recordamos una medida de semejante índole cuando, en Barcelona, se quiso poner propaganda en los buses a favor de la vida y contra el aborto; pronto intervino la mano negra del poder y los responsables de la compañía municipal, que no habían tenido manía alguna en incluir cualquier tipo de propaganda en sus vehículos; decidieron rechazar aquella publicidad porque se trataba de ir en contra de las instrucciones que se les impartieron desde los sectores del PSOE, empeñados en eliminar cualquier tipo de protesta contra la famosa ley de esta pija, con ínfulas de intelectual, que ZP puso al frente del fantasmagórico ministerio de Igualdad.
Pero este hecho no es más que una más de las cacicadas socialistas que los españoles venimos soportando desde que, el señor Rodriguez Zapatero, se creyó que España era el lugar ideal para sus experimentos sociales y sus utopías revolucionarias. En ningún otro país del resto de Europa que, con rara y unánime coincidencia, han calificado como un fiasco histórico el paso de ZP por la presidencia de la E; se hubiera permitido que un gobierno les hubiera engañado, mentido y metido en un lío semejante, sin que hubieran saltado chispas y se hubiera producido una situación que hubiera obligado al Ejecutivo a dimitir ipso facto. Toda Europa ha denunciando la torpeza, incapacidad, la falta absoluta de protagonismo y la nula colaboración de ZP en la aportación de ideas que hubieran ayudado, a la UE, a mejorar sus expectativas de recuperación. Francia, Alemania, Bruselas y el señor Van Rompuy lo han puenteado y arrinconado, para evitar que, en un periodo tan delicado, la batuta estuviera en manos de un orate que había dado probadas muestras de su ignorancia sobre economía y, todavía, algo más grave, que no era capaz de aceptar los sensatos consejos que se le daban desde su partido y desde el resto de partidos del arco parlamentario, para que cambiase su deriva y siguiese las pauts fijadas por la UE , el FMI y el BCE; lo que, sin duda, hubiera evitado que ahora nos encontráramos a la cola de Europa.
Amordazando a los medios, como hace el señor Chávez de Venezuela en su país; sancionando a quienes no comulgan con los métodos, iniciativas legislativas, actuaciones e imposiciones doctrinarias del Ejecutivo socialista a sus ciudadanos; este Gobierno no hace más que seguir las huellas de los Castro en Cuba para intentar llevarnos a una autarquía socialista. Que lo consiga a no depende de nuestra libertad para denunciar los excesos del Gobierno.