Principal

Diario YA


 

Estaba esperanzado en que podía comenzar un proceso de derogación

¿Es admisible el aborto preconizado por el PP?...

Pablo Sagarra Renedo. "Mientras sea legal matar a los que viven en las entrañas de sus madres, toda la nación queda manchada: en unos, por comisión o complicidad, en otros por omisión. Queda en entredicho su condición de Patria. Queda especialmente herida la Corona, tradicional amparadora de los débiles y del derecho natural" (Carta Pastoral de Monseñor José Guerra Campos. Cuenca, 13 de julio de 1985; al día siguiente de la legalización del holocausto del aborto).

Hace poco escribía en este querido medio digital del Ya, en relación con el crimen del aborto. Alertaba sobre la gran oportunidad que se les abrió a los niños concebidos en España, ante la victoria del Partido Popular en las urnas el pasado mes de de noviembre. Estaba esperanzado en que podía comenzar un proceso de derogación del aborto que permitiera de entrada salvar a 1/5 de tales niños concebidos, que hoy por hoy, están abocados al asesinato en el mismo santuario del claustro materno. Los datos son así de reales y así de contundentes… Todo buen nacido queda sobrecogido y sin aliento: 1/5 de los niños en gestación en nuestro país son exterminados implacablemente a través del aborto quirúrgico. Aunque estemos atentos, los eliminados son muchos más ya que, de las prácticas abortivas, la quirúrgica, siendo la más aparatosa y sanguinolenta de las utilizados por la “ciencia” médica para sacrificar a estas pequeñas criaturas, es la menos letal, cuantitativamente hablando.

Los caídos no son seres etéreos, ultraterrenales…; son de los nuestros, congéneres humanos. La sociedad española chapotea en la sangre vertida, por hectómetros, de los niños que no ven la luz de la vida. La situación pretende ocultarse con eufemismos y frías estadísticas. No se descubre nada señalando la existencia de un muro de silencio pactado entre los urdidores políticos y los grandes medios de comunicación para que el aborto esté controlado y sólo se esgrima a nivel mediático en momentos puntuales. Pero la sangrienta realidad es meridiana para todo aquel que quiera contemplarla; nadie desconoce la existencia de clínicas abortistas en su ciudad o en su provincia.

El crimen del aborto es la anticivilización; el asesinato más abyecto y monstruoso autorizado y promovido por los poderes públicos. Es un exterminio perfectamente planificado, como el de aquellos estados totalitarios que tanto solemos criticar. Pero es mucho peor porque, en los regímenes del III Reich o de la Rusia stalinista en los que se mataba a la gente en los campos de concentración, tal matanza se hacía a escondidas de la población ya que a estos campos se les consideraba como centros de internamiento, reeducación, etc. Aquí, en nuestra democracia, en un régimen de libertades, las clínicas abortistas son legalmente centros de muerte, su actividad está aprobada por los representantes del pueblo que ocupan el Parlamento. La matanza está a la vista de todos, no se oculta e incluso, en parte, se financia con el dinero de los contribuyentes. Un pequeño núcleo se dedica de manera directa al exterminio y al negocio del aborto –como en los campos nazis en los que un grupo de actores también se sacaban pingües ganancias del holocausto-, y el resto de la población española también estamos colaborando, por omisión, con este horror, el mayor, con diferencia, que han conocido los siglos.

Estamos en los comienzos de la recién estrenada legislatura del Partido Popular. De manera escalonada, el equipo gubernamental va anunciando y acometiendo sucesivas reformas para sacar a España de la crisis. Las de carácter económico-laboral son, como siempre, las más urgentes aprobándose además por la vía rápida. En política social también se han anunciado cambios. El flamante ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón, despacha su reforma sobre el aborto aludiendo a la jurisprudencia constitucional y, ojo a la afirmación, manifestando que va a ser una reforma <<protectora del derecho a la vida>>.

Menos mal que va a ser una reforma de este cariz… ¿en qué consistirá una reforma no protectora del derecho a la vida? Según Gallardón, se va a prohibir que las menores aborten sin consentimiento de sus padres y, ya de manera expresa y clara, se vuelve a la Ley de 1985 para que las mujeres maten a sus hijos por nacer sólo en determinados supuestos. Los voceros del Partido Popular han saludado positivamente esta propuesta.

Por su parte, las organizaciones Pro-Vida, vienen a decir que es un avance aunque insuficiente porque hay que llegar al <<aborto cero>>. Se han movilizado para que se presione vía internet -mediante correos electrónicos- a Rajoy y a su equipo, pero nada más. A nivel mediático, a fecha de hoy, no ha trascendido a la población ninguna otra propuesta de las organizaciones Pro-Vida.

España, insisto, se encuentra en una encrucijada óptima para revertir el holocausto del aborto. Con un PP en el gobierno y disfrutando de una holgada mayoría parlamentaria, y con un PSOE desarticulado para una buena temporada, es el momento de abolir tamaño crimen asumiendo todas las consecuencias. Por ello, es nuestra obligación alertar sobre la descarada maniobra gubernamental que pretende vender como pro-vida lo que es pro-muerte. La anunciada reforma es tan deletérea como el mantenimiento de la legislación actual y no tiene por objeto más que contentar a un sector de españoles, muchos de ellos cargos y votantes del PP, que son defensores de la vida. Aunque cueste reconocerlo el PP, la verdad sea dicha, está haciendo lo que ha dicho que iba hacer: cambiar algo para que todo, en la práctica, continúe igual. Se trata de una burla necrófaga y aberrante que además supone un insulto a la inteligencia de los españoles. El avance jurídico de eliminar el aborto como derecho –estamos de acuerdo que es muy bueno y necesario- no aporta nada práctico; de hecho, los niños por nacer siguen igual de desprotegidos que antes.

Esta reforma-trampa propuesta por el gobierno es inadmisible. ¿Es que es más admisible el aborto preconizado por el PP que el del PSOE?... Es la hora de la gran movilización de la sociedad civil. Pido a las organizaciones Pro-Vida y al Episcopado español, coherencia y audacia: que llamen a las cosas por su nombre y que promuevan entre los ciudadanos una actitud firme ante el aborto, a nivel privado y público. La lucha pacífica por la vida es la primera causa por la que hay que luchar: lo demás es secundario. Están matando a la gente en nuestras mismas narices...

Aparte de muchas otras acciones de resistencia pacífica que se deben seguir realizando o implantando para exigir de manera permanente y contundente que se detenga el genocidio, volvemos a insistir en la necesidad imperiosa de la convocatoria inmediata de una macromanifestación que haga temblar a toda Europa. Esta primavera de 2012, todas las entidades Pro-Vida, desde las grandes plataformas como el <<Foro de la Familia>>, <<ARBIL>>, <<Hazte Oír>>, <<Derecho a Vivir>> y <<Jóvenes por una Causa>>, hasta las pequeñas asociaciones Pro-Vida de las 51 provincias españolas, en coordinación con el resto de organizaciones que se adhirieron a la manifestación del 17 de octubre de 2009, deben convocarnos a todos los españoles de buena voluntad para que nos lancemos a la calle solicitando al PP el fin de la matanza. Una vez hecha la convocatoria, los pastores católicos deberán hablar claro a la feligresía para que ésta actúe en consecuencia. Tales plataformas –y los obispos en la parte que les toca- son responsables de encauzar a los españoles como lo hicieron para la manifestación del 17 de octubre de 2009. No basta con comunicados manteniéndose a la espera de que el gobierno vaya a hacer algo que no ha dicho que vaya hacer. O nos movemos o los niños por nacer se mantendrán indefensos sine die.

Hay que advertir que esta propuesta de salir a la calle puede ser desvirtuada por maximalista. Exigir en la calle la abolición lo consideran algunos pedir demasiado, que es mejor esta reforma que nada…; pero esto no es una cuestión de ser maximalista o no serlo; de poco o de mucho, es una cuestión de vida o de muerte; de muerte de miles de seres humanos; aquí la graduación en las prácticas exterminadoras no ha lugar; se trata de exigir la abolición total del exterminio; es como si, teniendo oportunidad legal de cerrar los campos nazis propusiéramos que, siendo lo mejor cerrarlos, bueno, contentémonos con reducir el exterminio legislando que los asesinatos de algunos de los elegidos para la muerte se hagan con permiso de la autoridad correspondiente; o como si pudiéramos abolir la esclavitud propusiéramos que se mantuviera para todos los negros salvo para unos pocos siempre y cuando no lo haya prohibido la autoridad pertinente.

Las acciones de resistencia ante el aborto deben ser acordes con su monstruosidad: esto no es una reforma laboral, ni de instituciones políticas o territoriales, ni de infraestructuras; se trata de actuar contra la barbarie.

Es la hora de la verdad, sin máscaras, ni subterfugios: ¡todos a la calle como el 17 de octubre de 2009 exigiendo el fin del holocausto!; por ellos, por los niños por nacer y por el futuro de España como un país humano y civilizado.