Principal

Diario YA


 

Unión del Pueblo Navarro se ha declarado a favor de la vida, pero no a favor de la Familia Tradicional,

¿Naufraga la derecha en Navarra?

Pedro Sáez Martínez de Ubago. Saltaba la esperada noticia de que Alberto Catalán disputará la presidencia de Unión del Pueblo Navarro a Yolanda Barcina tras romper ésta el acuerdo, decisión que aboca a la confrontación interna del partido regionalista y debilita todavía más el precario gobierno de Navarra.
Catalán, Vicepresidente de UPN, y presidente del Parlamento Foral,  corellano como el expresidente Miguel Sanz, cuyos simpatizantes parece querer aglutinar, presentará su propia candidatura para presidir el partido en el congreso que tendrá lugar el próximo 17 de marzo, rompiéndose un supuesto “acuerdo no escrito” con Yolanda Barcina para presentar una candiatura unitaria.
En palabras de Catalán, “La falta de conformidad y dilación injustificada, no por mi parte, ha impedido la materialización de ese acuerdo”. El vicepresidente del partido dice creer que “UPN debería estar más vivo y fuerte que nunca” y se pone a la cabeza de la parte de UPN que acusa a Barcina de relegar la dirección del partido para centrarse de manera casi exclusiva en las labores de gobierno.
Esta confrontación, aún interna de UPN, llega cuando está “sub iudice” el asunto de Cervera, Presidente del PP en Navarra a quien recientemente la Guardia Civil detuvo en circunstancias extrañas, con un sobre que contenía 25.000 euros, fruto de un presunto delito de extorsión al presidente de Caja Navarra, José AntonioAsiáin; y con la polémica en torno a las migajas de las cuentas del extesorero del Partito Popular Luis Bárcenas, quién dio 3.900.000 pesetas a Jaime Ignacio Del Burgo, según una primera versión destinadas a la concejala y víctima del terrorismo Elena Murillo y, según se ha dicho luego, y reconocido por ambas partes, para compensar a Calixto Ayesa por dejar la medicina activa para ser consejero del Salud y Bienestar Social. El tiepo y los tribunales lo aclararán todo.
La cuestión es qué puede pasar en Navarra, gobernada en minoría por UPN, si este partido, hoy con 19 escaños en un parlamento de 50 miembros, llegara a una hipotética escisión.  Con los 4 escaños que hoy tiene el Partido Poular, es de suponer que la  ley d'Hont, no beneficiaría para nada a los grupos liberales navarros y pondría la gobernabilidad de Navarra a los pies de los caballos socialista y nacionalista… ¿Hasta qué punto implicaría esto el naufragio de la denominada “derecha navarra” ya en quiebra moral, política y social?
Moralmente, Unión del Pueblo Navarro se ha declarado a favor de la vida, pero no a favor de la Familia Tradicional, la formada por la unión de dos personas de sexo opuesto y abierta a la procreación. Igualmente sabemos que el Partido Popular, aunque dice oponerse y tener intención de derogar, llegado el caso, la vigente ley del aborto; el PP y, en consecuencia, el PPN, aceptan como válida la legislación abortiva de 1985.
Políticamente, en Navarra hay un partido mayoritario, UPN, que siempre ha defendido el sistema foral navarro en el marco de la unidad constitucional de España y que  manifiesta su posición a todo lo que implica la Disposición Transitoria IV de la Constitución. Frente a ello, el Partido Popular es mucho más condescendiente con la Disposición Transitoria IV, obra de Jaime Iganacio Del Burgo, ya que, si bien no es partidario de mantenerla como tal, por entender que, tantos años después de la firma de la Constitución, dicha disposición ha perdido su carácter transitorio y, formalmente, su razón de ser. Pero sólo formalmente, porque, en el punto 6 de su Declaración de Principios, el Partido Popular Navarro dice textualmente: “En el marco de futuras reformas constitucionales, siempre que cuenten con el necesario consenso para llevarlas a cabo, el PPN abogará por la derogación de la disposición transitoria cuarta siempre que tanto en la Constitución como en el Amejoramiento se garantice que cualquier alteración del actual estatus constitucional de Navarra como Comunidad Foral propia y diferenciada se lleve a cabo con el respaldo del pueblo navarro expresado libre y democráticamente en referéndum.” Es decir, el Partido Popular vería bien la inclusión del contenido de la Disposición Transitoria IV en el articulado de la Constitución española, con la consiguiente amenaza que ello implica para Navarra.
Y Socialmente, la única posibilidad de un gobierno estable en Navarra, según las encuestas del CIS, pasa por sumar los votos de UPN y PSN, si no se quiere ir a un gobierno arbitrado o presidido por el nacionalismo sabiniano, en sus manifestaciones más o menos extremas.
Hasta aquí un análisis crítico de la situación actual situación padecida en Navarra y dentro de las fuerzas que integran el marco parlamentario. No obstante, si recurrimos al ámbito de representación municipal, vemos que ha aflorado recientemente en la Comunidad Foral un partido de nuevo cuño llamado DERECHA NAVARRA Y ESPAÑOLA (DNE).
Un partido joven paro con dirigentes, militantes y candidatos experimentados que no duda en definirse como cristiano y defensor de la cultura y tradición de Navarra y de España que se sustentan en los principios católicos. Un partido que no duda en suscribir su adhesión a los cuatro principios no negociables de la vida desde la concepción hasta la muerte natural, la familia, la libertad de educación y el bien común.Un partido, Derecha Navarra y Española, DNE, que considera a Navarra integrada en la nación española como parte constitutiva de la misma, abogando por la supresión de la Transitoria IV, la defensa de Navarra y España ante el ataque nacionalista, así como por no pactar con ETA, para quien no admite otra cosa que un final no negociado, y siempre desde el apoyo y defensa de la justicia a las víctimas.
Quizá sea hora de, más allá del voto útil, de cuyos resultados que los españoles estamos cada vez más hartos, de fijarnos dar nuestro apoyo a grupos como AES o Derecha Navarra y Española, por una Navarra que sea, como dice la letra de su Himno: “tierra brava y noble, siempre fiel, que tiene por blasón la vieja ley tradicional”.