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Diario YA


 

José Luis Orella: El ajedrez ucraniano

 

 

Ucrania se desliza hacia la división social. Finalmente ha quedado claro que el rechazo al acuerdo con la UE, en realidad escondía una nueva revolución. (El ajedrez ucraniano)

 

 

¿No te gusta lo que ves en los medios? ¡Cámbialo!

Raúl Espinoza Aguilera.  A inicios de los años 90, un grupo de profesionistas, que no tenían estudios en Comunicación, se interesaron por participar en los medios de comunicación social. Jorge era Ingeniero Químico (q.e.p.d.), Rubén es contador, Jesús es administrador de empresas, Antonio es ingeniero especializado en Electrónica, David es comerciante… Recibieron algunas clases de redacción y en poco tiempo comenzaron a enviar abundantes cartas a diarios y revistas.

El objetivo era claro: promover los valores de nuestra civilización, esto es, defender la vida de los no nacidos, del matrimonio, de la educación de los hijos, de las virtudes humanas, de los valores cívicos y de todo lo que ha hecho grande a nuestra patria.

Recuerdo dos importantes logros, entre otros muchos, que se tuvieron en esa época. Resulta que una cadena de supermercados de prestigio, cuyo lema era “Al servicio de la familia mexicana”, de pronto comenzó a publicar y lanzar, a través de diversos medios de comunicación, comerciales y espectaculares particularmente nocivos contra la fidelidad conyugal e impropios de entrar a los hogares porque resultaban desorientadores para los niños.
 
Este Grupo envió varias cartas a su dueño y director nacional. La sorpresa fue que al poco tiempo recibieron una amable respuesta de este importante empresario, pidiendo una disculpa ya que comentó que, en efecto,  él  había dado instrucciones que se hiciera una nueva campaña publicitaria pero no había tenido el cuidado de verificar su calidad y, acompañando a su carta, venía copia de otra misiva dirigida a la sección de marketing y publicidad de su cadena en la que pedía que se retiraran estos anuncios nocivos para la familia mexicana.
 
Lo mismo ocurrió con una conocida línea de autobuses en la que invariablemente se proyectaban a los pasajeros películas pornográficas. Salvador, que viajaba con mucha frecuencia, decidió tomar parte activa y le escribió una carta a su gerente general. A las pocas semanas, le contestó agradeciéndole  su misiva y comunicándole que había girado instrucciones para que únicamente se pasaran películas que pudiera ver toda la familia y todavía le añadió un detalle más: le pidió  a Salvador que estuviera al pendiente de que se cumplieran sus indicaciones y le  comunicara cualquier anomalía que observara porque quería que sus pasajeros estuvieran satisfechos con todos los servicios que presta su línea de transportes.
Con los años, este “Grupo Opinión Pública” editó un pequeño periódico quincenal con artículos orientadores y reseñas de buenas películas y libros, y tuvo considerable difusión. Llegó la era de las computadoras y actualmente sus miembros, al que se han sumado profesionistas más jóvenes, envían correos electrónicos y han recibido clases de Facebook  y Twitter.
 
Desde luego, los integrantes más jóvenes se manejan ante estos avances cibernéticos con toda familiaridad, pero es admirable la ilusión y empeño de los profesionistas mayores en aprender el adecuado uso de estas modernas herramientas de comunicación.
 
Miguel, por ejemplo, tiene un periódico digital que envía semanalmente a todos sus familiares, amigos y conocidos. Jesús es director de una revista  de un conocido Centro Cultural y publican artículos de excelente calidad.
Manuel es autor de varios libros y ensayos sobre temas de Economía de gran actualidad. Jaime suele seguir con constancia las publicaciones de conocidos columnistas de periódicos de circulación nacional y ha logrado entablar amistad con varios de ellos. Rubén envía material de documentación y portales recomendables a sus amistades. Francisco y Antonio están muy activos participando en las redes sociales. José Ignacio acostumbra subir a su Facebook videos formativos. Adán continúa dando clases de Facebook y Twitter a los profesionistas que se lo  pidan…
 
Después de 20 años de trabajo ininterrumpido, se han multiplicado las acciones que sus miembros realizan: unos se han especializado en analizar comerciales; otros en escribir correos electrónicos o participar en Facebook y Twitter; algunos otros en escribir artículos de fondo en portales de internet; Ricardo escribe en una prestigiosa revista y tiene su propio blog; Celedonio suele ir a su Delegación Política al “Módulo de Atención Ciudadana” y habitualmente presenta sus propuestas, quejas o sugerencias. Algunas de ellas han tenido bastante éxito en su demarcación.
 
Rubén comentó que, no hace mucho tiempo, un reconocido historiador, escribió un artículo, en un importante periódico, acerca de una polémica sobre la eutanasia  surgida en España. Entonces Rubén aprovechó para enviarle varios artículos orientadores sobre el tema. Al día siguiente, este intelectual le contestó, de manera  amable, agradeciéndole su material y le dijo que en breve escribiría otro artículo aprovechando algunas  ideas de sus interesantes textos.
¿Por qué te comento  esto, amigo lector? Porque a menudo suele ocurrir que el ciudadano medio se suele preguntar ante sucesos nacionales o de su población que atentan contra nuestros valores: “¿Y yo qué puedo hacer? Si resulta que no soy periodista ni comunicador ni político…” Y permanecen pasivos, pesimistas, indiferentes o sin saber exactamente qué hacer o cómo reaccionar.
 
Me parece que el “Grupo Opinión Pública” ofrece un botón de muestra de lo mucho que se puede realizar para influir y colaborar positivamente en los medios de comunicación social pero partiendo, no de expertos en Comunicación, sino  de ciudadanos comunes y normales que desean  y anhelan que nuestro México preserve  los valores de la persona humana, de la familia, así como de las virtudes cívicas y sociales.