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Diario YA


 

José Luis Orella: El ajedrez ucraniano

 

 

Ucrania se desliza hacia la división social. Finalmente ha quedado claro que el rechazo al acuerdo con la UE, en realidad escondía una nueva revolución. (El ajedrez ucraniano)

 

 

¿Repetir federalismo?

Manuel Villena Lázaro. En los últimos tiempos venimos escuchando como ciertos clarines entonan músicas federalistas, con el único objetivo de contentar a los insaciables y nunca satisfechos nacionalistas. Ante estos sones es conveniente repasar algunas hojas de nuestra historia, concretamente la página federalista que se escribió en el siglo XIX.

En la convulsa España del siglo XIX y tras la Revolución de 1868, denominada "La Gloriosa", Isabel II tuvo que abandonar España. Ante el vacío regio hubo que importar un rey llamándose a Amadeo de Saboya, que a los dos años de ocupar el trono, aburrido y desencantado, abandonó España. En esta situación se proclama la primera República, que si por algo destaca  es por la implantación del federalismo. Al ocupar la presidencia de la República Pi y Margal  los acontecimientos lo desbordan. 
 
Cartagena, bajo las directrices del inculto Antonio Gálvez, proclamó la independencia. A esta proclamación siguieron: Valencia, Málaga, Sevilla, Cádiz, Almansa, Granada, Castellón, Salamanca, Bailén, Toro, Béjar y un largo etcétera del que no se privaron ni los más pequeños pueblos. Curiosamente Cataluña quedó al margen de este movimiento. Naturalmente esta bufonada no podía privarse de resolver los conflictos que surgían entre los recién nacidos cantones con declaraciones de guerra en toda regla, así Cartagena atacó Almería con el fin de recaudar fondos, llegando a bombardear la ciudad andaluza.
 
Pi y Margal, viéndose incapaz de controlar la situación dimite dando paso a Salmerón, que para reconducir la situación no vaciló en recurrir al Ejercito, a cuyo frente podemos citar  generales como Martínez Campos o Pavía. 
 
El principio del fin viene marcado por el golpe de estado del General Pavía. Tras un breve periodo, en 1876, se aprueba una nueva Constitución que restaura la monarquía, en la figura de Alfonso XII, hijo de la exiliada Isabel II. 
 
Y para terminar quisiera recordar la consabida cita: "Los pueblos que desconocen su historia están condenados a repetirla."