Jesús Asensi Vendrell. A más de uno nos sorprende el aguante que está teniendo el Gobierno de Zapatero en las encuestas de intención de voto. Porque no es sólo la crisis económica, ni el pago del rescate a los piratas somalíes, ni las escuchas ilegales gracias al SITEL, ni el chivatazo del caso Faisán, ni el descarado apoyo de los sindicatos y medios de comunicación autodenominados progresistas.

            No, pues aunque todo esto ya de por sí es escandaloso, no es nada si lo comparamos con la crisis ética y moral que sufre nuestra sociedad gracias a las reformas impuestas por Zapatero y los suyos: miles de divorcios exprés y de familias desestructuradas, abuso y consumo de tabaco, sexo, drogas y alcohol desde edades cada vez más tempranas, manipulación de la educación moral en las escuelas, liberalización del aborto y desprotección total del niño no nacido y de su madre, una mirada atrás en busca de las “dos Españas” enfrentadas en la Guerra Civil, un ataque directo a las creencias religiosas de los ciudadanos e imposición de una nueva religión de Estado llamada laicismo…

            Y es que el Partido Popular no convence a los ciudadanos, ni tampoco pone toda la carne en el asador, porque ni ellos mismos se creen que el cambio es posible, que aportarán un aire nuevo a nuestra sociedad si algún día llegan al poder, porque, con toda probabilidad, van a ser “más de lo mismo”.

            En el PP aún no se han enterado de que en las próximas elecciones generales nos vamos a jugar muchísimo, la felicidad de los nuestros, si de verdad son consecuentes con sus principios ideológicos y con los de la mayoría de la base social que les apoya por ser “lo menos malo”, con posibilidades de plantar cara al PSOE, que hay en el panorama político actual.