Miguel Massanet Bosch. Existe un refrán español que, como casi todos, es una muestra más de esta sabiduría popular que, a través de los tiempos, se transmite de generación en generación, cuyos orígenes se pierden en las sombras del pasado. Dice el refrán: “Quien bien tiene y mal escoge, por mal que le venga no se enoje”. Es posible que a ningún gobernante se le haya puesto un tema, empleando el lenguaje popular “tan a huevo” como se le ha puesto al señor Rajoy el poner orden dentro de esta caja boba de truenos que es la TV1. Una holgada mayoría absoluta, una situación de interinidad en la que no existe un presidente fijo (ello supone que existe una rotación que, evidentemente, no permite a nadie tomar decisiones importantes) y la necesidad urgente de gestionar el recorte de 200 millones de euros que se ha impuesto al medio para este 2012. Por ello es necesaria la remoción del actual equipo directivo, algo que hace meses que debió hacerse, para que el nuevo equipo hubiera podido tomar las determinaciones oportunas para reestructurar el medio, reformar los informativos, cambiando el equipo humano actual por otro que garantizara la objetividad en su tarea; que hubiera empezado el saneamiento, no sólo desde el punto de vista económico sino también de toda la morralla filiosocialista que se ha hecho con los puestos claves de la cadena.
Sólo el miedo a tomar decisiones que puedan “incomodar”, de alguna manera, al resto de partidos; esta mojigatería tan propia de la derecha que, aún teniendo la sartén por el mango, no es capaz de actuar con decisión y seguridad, por mucho que pueda provocar las críticas de aquellos que, por otra parte, no desaprovecharon la ocasión, cuando gobernaron, de hacerse con la mayoría de los medios de comunicación más importantes del país para, desde ellos, iniciar una campaña feroz sobre aquellas instituciones que, como el partido de la oposición, el PP, o la iglesia católica y la familia tradicional sabían que eran sus principales enemigos para implantar sus tesis relativistas, iniciar, desde los medios afectos, el lavado de cerebros de la ciudadanía, con medios como la Enseñanza para la Ciudadanía o implantar aquellas leyes que beneficiaban sus proyectos contra la moral y la ética cristianas, como fue la radicalización de la antigua ley del Aborto permitiendo un aborto libre y sin control alguno.
Cuando se han decidido a promulgar un decreto en el que, su mayoría en las cámaras, les permite que, sin más dilación, se nombre la persona idónea para dirigir la televisión pública española y sanearla debidamente, antes de que siga en su deriva de despilfarro e informaciones trucadas y manipuladas; mucho nos tememos que, influidos por la campaña del PSOE –dispuesto a hacer de este tema un ariete para atacar por otro flanco al PP, como la que vienen orquestando todos aquellos privilegiados que están haciendo su agosto con sus programas millonarios a costa del Erario público – pretenden dar la impresión de que se ataca la objetividad, la veracidad y la imparcialidad de los encargados de los informativos o programas de opinión cuando, la realidad es que, todos ellos, han estado favoreciendo, sin el menor recato, al gobierno socialista del señor Rodríguez Zapatero y, lo que aún resulta más imperdonable, se les ha consentido por el nuevo Gobierno que sigan, con todo el descaro del mundo, en su línea de ataque al nuevo Ejecutivo y de apoyo a todas las campañas que se llevan gestionando en contra de él; entre otras, la magnificación de la huelga del 29 de marzo y la maratón informativa, con entrevistas y programas de apoyo a los indignados del 15M.
Ahora, que parece que estamos a las puertas de cambios importantes en la dirección de la RTVE, empiezan a correr rumores de los candidatos que parecen contar con mayores posibilidades para ser elegidos para el cargo de Presidente del ente. Nosotros pensábamos que la elección, que evidentemente parece que no puede ser de consenso, se centraría en personas que no tuvieran un historial político destacado, que tuvieran un marchamo de imparcialidad en sus anteriores cargos y estuvieran limpios de cualquier adscripción política tanto de derechas como de izquierdas. No obstante, cual no ha sido nuestra sorpresa cuando, entre los posibles candidatos al cargo, aparece un antiguo conocido de todos, un señor del que conocemos sus tendencias y del cual no nos fiamos en absoluto, si es que, la nueva etapa de la RTVE, se quiere enfocar sin otro objetivo que dar información oral y filmada, veraz, despolitizada y sin manipulación partidista alguna.
Se necesita un gestor que, más que ser viejo zorro conocedor de las buhardillas de la televisión, un personaje acostumbrado a manejar los resortes políticos y un conocido izquierdista de toda la vida, sea un administrador eficaz, que sepa imponer la austeridad al medio, evitar que se convierta en un competidor de las televisiones privadas, contratando programas de excesivo coste, para percibir comisiones o satisfacer a los amigos y correligionarios políticos; se trate, en definitiva, de una persona capaz, honrada, trabajadora e incorruptible; especialmente ante las presiones de los partidos políticos y del propio Gobierno. De ninguna manera es posible que el señor Rajoy se deje arrastra a cometer un error del que, si llega a caer en él, no sólo él, sino todos los que hemos votado al PP tendremos que arrepentirnos.
Quizá el señor Rajoy no conozca, como yo, los orígenes del señor Campo Vidal, de sus andanzas por el Bajo LLobregat formando parte de grupos izquierdistas y de la íntima relación con el jesuita renegado Juan García Nieto quien, junto con Comín y con muchos otros cristianos comprometidos en las luchas obreras y contra la dictadura fueron inspiradores y creadores del movimiento Cristianos por el Socialismo, vital en el comienzo del diálogo marxismo-cristianismo y en el compromiso y organización de muchos cristianos en las organizaciones de clase (en los sindicatos clandestinos, fundamentalmente en aquellos tiempos CCOO y en los partidos de la izquierda marxista-comunista);con el que hizo buenas migas tanto que, gracias a él, consiguió una beca para trasladarse a estudiar a París. Un señor que se confiesa admirador del levantamiento de Mayo del 68 en Paris y que, de ello puedo testificar en primera persona, contribuyó eficazmente, con un reportaje en el que tergiversó la información que se le dio desde la empresa, a contribuir a prolongar una huelga (42 días) oportunista que acabó, a los pocos años, con la quiebra de la sociedad y 800 trabajadores en la calle.
Este es el señor que el PP parece que tiene intención de poner en la presidencia de la cadena pública. ¡Vamos, algo así como meter a la zorra en el gallinero! No sabemos quién le ha ofrecido a este señor para el cargo, ni podemos entender que los servicios de información de los que dispone el PP no hayan sido capaces de desenterrar el pasado de este elemento, a todas luces incompatible con una política de centro derecha y, mucho menos, que sea la persona idónea para garantizar la imparcialidad que se quiere introducir en los servicios informativos, hoy en día, manifiestamente mejorables.
Este hombre fue el cáncer, junto a Garcia Nieto, Ignasi Riera, Miquel Salas y otros destacados izquierdistas. Ellos fueron la semilla de CC.OO, un sindicato comunista en ciernes, que comenzó su actividad sembrando el desconcierto en todo el Bajo Llobregat y que culminó con una serie coordinada de huelgas que azotaron aquella zona de Barcelona y que tantos daños causaron a su industria. Y toda esta historia, la viví yo en persona, no es una opinión ni nadie me lo contó.