Redacción. Pedro Cantero, acaba de publicar, “La dignidad de la pobreza” (Ediciones Nueva República), una desgarradora novela que retrata el campo andaluz en los días previos a la Guerra Civil. Anarquistas, falangistas, comunistas y caciques cuentan los días que quedan para el estallido de la guerra o de la revolución.
Comienza ahora nuestra interesante entrevista con Pedro Cantero.
Diario Ya.- En plena resaca de la Ley de Memoria Histórica va Ud. y consigue que un alcalde socialista le acompañe en la presentación de una novela en un auditorio que estaba “hasta la bola” ¿Buscaba el éxito a través del morbo o siempre es posible la paz?
Pedro Cantero.- El hecho en sí creo que nos deja dos lecturas, ambas positivas. En primer lugar, la gentileza del Alcalde, para aceptar el presentar la novela, a sabiendas de mi ideología que nunca he ocultado.
La segunda, que en un pequeño pueblo de los Alcores, un socialista y un falangista, compartan la misma mesa en un clima de amistad ejemplar. Las personas por encima de las ideas. Gracias, Alcalde.
Ya.- Al principio su novela parece haber metido en la batidora todos los tópicos del agrarismo del primer tercio del siglo; el cacique puesto por los terratenientes, el cura con barragana, el anarquista desprendido, la miseria que gangrenaba a los gañanes…. Pero luego los personajes van tomando cuerpo y evolucionan ¿No es esto arriesgado en un país que cuelga sambenitos y pone etiquetas a diestro y siniestro?
PC Mis personajes son un reflejo de la España de hambre y miseria que padecían las familias en los campos de latifundio aquellos años. Era una continua llamada a la confrontación entre dos mundos antagónicos. En cuanto la evolución, no tengo muy claro si fue producto de una nueva visión de la realidad o por el contrario, el presentimiento de que un cambio flotaba en el ambiente.
Ya.- El Tribunal Supremo respaldó recientemente la labor editorial de Ediciones Nueva República, por otra parte el Ministerio de Justicia ha anunciado que en la próxima reforma del Código Penal se tipificará como delito la negación del Holocausto judío ¿Qué opina Ud. de este nuevo delito?
PC Se demuestra que en España se siguen persiguiendo las ideas y no las conductas, con el irreparable daño moral y económico; lo segundo, me parece correcto, siempre que al igual que con el holocausto judío, se tipificase como delito la negación de los Gulag estalinistas o los millones de crímenes de Polt Pot en Camboya.
Ya.- Pone su biografía que ha cambiado de domicilio treinta y dos veces en su vida ¿Por qué dicen que en España buena parte del paro se explica porque queremos trabajar en el mismo barrio donde nacemos?
PC En realidad los cambios de domicilio además de servirme como promoción en el trabajo, fueron debido al espíritu nómada de mi mujer y mío. Pero es verdad: cuantas veces se me ha dicho por unos y otros que ellos en mi lugar no se hubiesen marchado de Madrid. Ahora no queda otra solución que moverse o morir de inanición y pensar que el hombre es de donde pace y no de donde nace.
Ya.- Vivió de cerca la Transición política desde las filas falangistas, en ellas convivía el involucionismo proclive a la alianza con la ultraderecha, la Falange de Izquierda o Falange Auténtica y los posibilistas que, como Miguel Primo de Rivera fueron pieza clave en diseño de nuestro actual sistema. En su opinión ¿cual fue el papel de los falangistas en el cambio de Régimen?
PC Lo primero, como siempre, aclarar que FE de las JONS, dejó de existir como Partido el 19 de abril de 1937 por el Decreto de Unificación. En los primeros años pudo tener una cierta influencia en el franquismo. Pero a partir de los 60, fueron el Opus Dei y los tecnócratas de Carrero y López Rodó, los que se hicieron con el mando. De Miguel Primo de Rivera, solo decir que jamás fue falangista. La Falange Auténtica de Pedro Conde y Narciso Perales, no fue ni de izquierdas ni de derechas, sino nacionalsindicalista revolucionaria.
Ya. Diario16, dirigido entonces por Pedro J. Ramírez, publicó en 1982 un amplísimo organigrama con el nombre de personas supuestamente implicadas en la intentona golpista de 1981. Familias enteras quedaron estigmatizadas, perdieron el empleo y acabaron en el ostracismo ¿Cuál fue verdaderamente el papel de la Falange en la trama del 23F?
PC La verdad sobre el 23F se conocerá con el paso de los años. Sería interesante el haber preguntado a Mújica Herzog al respecto. Como también lo sería leer el Libro Jaque a Rey, del abogado de Milans del Bosch, Santiago Segura. La Falange no tuvo papel alguno en el 23F. Yo mismo, Jefe Nacional del MFE, me enteré al mismo tiempo que se producía. Estaba con Narciso Perales, que tampoco tenía idea de lo que ocurría. Yo no recuerdo a ningún falangista en la llamada trama civil.
Ya. Vista su presencia minoritaria en el espacio político actual ¿coincide Ud. con los analistas que concluyen que Adolfo Suarez dio las siglas históricas de Falange a Raimundo Fdez. Cuesta para que este se ocupase del desguace de la organización histórica?
PC A Adolfo Suárez le considero corresponsable con el Rey de la pérdida de valores de la sociedad y de la destrucción de España como nación. Pero quien concedió las siglas al grupo de Fernández Cuesta, fue Fraga. Y además acosó a la Auténtica con saña. Jamás acusaré a ningún falangista de su conducta, no soy Juez. Me imagino que Raimundo actúo de la forma que le dictaba su conciencia. Hay que añadir a Martín Villa, que nos perjudicó cuando la escisión.
Ya- Volviendo a la novela, el odio entre jornaleros y terratenientes ¿Tendría algún correlato actual?
PC. Resulta improbable. El mundo rural ha cambiado y evolucionado y no tiene nada que ver. Ahora hay inmigrantes para hacer el trabajo que ellos no quieren y las llamadas subvenciones que es de donde se nutre el voto cautivo
Ya. Su novela acaba el 20 de noviembre de 1936, fechas de las muertes del anarquista Buenaventura Durruti y del jefe de Falange, José Antonio. El primero, parece que conforme el tiempo avanza está pasando de considerarse una suerte de Robin Hood a un eficaz atracador, ¿Sobre el segundo seguirá pesando el estigma de señorito fascista
PC La realidad es que el relato termina el 18 de julio, con la frase de José Antonio antes de su muerte. Sin embargo como se trata de él y de Durruti, no tengo ningún inconveniente en contestar.
Durruti fue un rebelde en su tiempo. Por su condición de anarquista libertario, sin ley ni orden, soy consciente de las fechorías que llevó a cabo convirtiéndole en un malhechor. Atracos y robos le son inherentes a lo largo de su vida.
Héroe en la guerra civil, donde aparte de los nacionales, se granjeó la enemistad de los estalinistas envidioso de su papel de líder de masas. Su muerte es un misterio. No se sabe a ciencia cierta quien lo mató, aunque yo tengo mis sospechas.
José Antonio era elegante y de buen gusto en el vestir. Alternaba en el barrio de Salamanca, y se hizo violento desde el asesinato de Matías Montero. Pero nadie podrá afirmar que su caminar inequívoco en busca de la revolución, no fue una constante en el tiempo que le dejaron vivir.