“El relativismo sólo es el camino para la debilidad"
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Redacción Madrid. 26 de marzo.
Jaime Mayor Oreja, candidato del Partido Popular para las elecciones europeas del 7 de junio, ha defendido en el Colegio Español de Roma los valores que dignifican a la persona, el trabajo, el esfuerzo y la seriedad como instrumentos imprescindibles para superar la crisis, que no es sólo económica, sino también es una crisis moral.
“Los políticos deben impulsar y liderar la reacción ante la crisis”, ha afirmado Jaime Mayor Oreja, para diferenciar muy claramente entre aquellos políticos que han engañado a la gente, que han mentido y manipulado, de los que quieren recuperar su confianza con el arma más poderosa: decir la verdad.
Decir la verdad implica decir que “en España, junto a la crisis económica que afecta a toda la comunidad internacional, se añade otro fenómeno propio: una crisis moral, una crisis de valores, que camina a la par que la económica y que comparte con ella su profundidad y gravedad”.
Decir la verdad exige ser muy consciente de que “la situación de España es aterradora, tal como dijo hace poco el Premio Nobel de Economia Paul Krugman”.
Decir la verdad significa admitir que “hemos permitido que se disparase la diferencia entre el bienestar del que hemos disfrutado y el esfuerzo que estábamos dispuestos a realizar para lograrlo”. O, por utilizar la fábula de Esopo, que “no hemos sido hormigas decentes sino cigarras imprudentes”.
Decir la verdad también implica reconocer que “disfrutar del momento sin pensar en el mañana es algo propio de sujetos, de sistemas, de Gobiernos que carecen de valores más sólidos, más profundos y más firmes que la mera satisfacción de necesidades inmediatas, que el mero placer instantáneo del consumo sin esfuerzo”.
Esta carencia de valores, según subrayó Jaime Mayor, nos ha llevado a la actual crisis, que además de ser una crisis económica, es también “una crisis de decencia y una crisis de confianza”. El problema, hoy, es que “ni las empresas ni las personas confían ya en un sistema financiero que les ha conducido a esta situación. Ni confían tampoco en gobernantes que no se han atrevido a decirles la verdad, que han herido su dignidad mintiéndoles, que no les han comunicado lo que estaba pasando y lo que estaba por venir, que han pecado en definitiva de cobardía, de imprudencia y de soberbia”.
El resultado de este desgobierno, mantiene Mayor Oreja, es que han aumentado las desigualdades: “La desigualdad entre los que tienen y los que no tienen, entre los que generan ingresos y no los generan, entre los empleados y los desempleados, entre los que gozan de una seguridad en el empleo y los que se ven obligados a asumir el riesgo de sus iniciativas”.
Esas desigualdades, en su opinión, se pueden y se deben corregir. Como se puede y se debe superar la crisis. Hace falta, como paso previo, hacer un correcto diagnóstico de la situación. Y hoy afrontamos una crisis en la que “la sociedad vive por encima de las posibilidades, en la que se aplaude más la apariencia que el esfuerzo, en la que el endeudamiento incontrolado y la especulación más descarnada se convierten en pautas generales de comportamiento, en que nada parece suficiente y siempre se quiere más”. Una sociedad con estas características “no es sólo una sociedad abocada a la crisis económica, sino una en la que, más allá de una crisis económica y financiera, sufre una crisis de valores”.
Esto, a su juicio, es especialmente cierto en España: “En España, vivimos desde hace años un profundo fenómeno de relativismo moral, alimentado directamente por el Gobierno”. La moda del relativismo significa que “tener valores morales, tener creencias, asumir unos principios, defenderlos y vivir consecuentemente con ellos es atacado y ridiculizado, parece haberse convertido en algo de lo que hay que avergonzarse o que debe ser ocultado para no ser señalado”.
Jaime Mayor Oreja mantiene que “el relativismo sólo es el camino para la debilidad. Y, cuando llegan los tiempos más difíciles, como ahora, el relativismo no sólo acrecienta los problemas sino que nos deja desarmados para hacerles frente. La cultura del ‘todo vale’, de la apariencia, del mínimo esfuerzo para el máximo beneficio, no ofrece ni instrumentos, ni sustento moral, ni confianza cuando llega la crisis para hacerle frente”.
El camino acertado para superar la crisis, en su opinión, es exactamente el contrario. “En tiempos de crisis, el esfuerzo debe prevalecer sobre el conformismo, la capacidad de sacrificio debe imperar sobre la indolencia, del mismo modo que la esperanza debe prevalecer sobre el desaliento y la confianza debe hacerse fuerte frente al pánico”.
En la actual moda del `todo vale´ “el concepto mismo de ‘persona’ es seriamente atacado en su dignidad y en su misma esencia”. Por eso, mantiene Jaime Mayor Oreja, “el primer paso de la regeneración ha de ser devolverle su dignidad a la persona. Defender el derecho a la vida, al libre desarrollo de la personalidad, a la formación, al trabajo, a todo aquello que otorga dignidad al ser humano en su plenitud”.
En España, las mentiras y manipulaciones han sido continuas y graves en los últimos cinco años. Mayor Oreja recordó “las continuas mentiras y manipulaciones que padecimos la pasada legislatura respecto a la redefinición de España como Estado y, en especial, respecto a la actitud del Gobierno en la lucha contra el terrorismo. Y las continuas mentiras y manipulaciones que hemos padecido y seguimos padeciendo respecto a la realidad y el alcance de la crisis”.
Esta crisis, en todo caso, tiene solución. En España, en opinión de Jaime Mayor, superar la crisis requerirá más España y más Europa. “Es necesario en primer lugar regenerar el concepto de España. Volver a creer en la fortaleza del concepto de Nación frente a la concepción residual del Estado del actual Gobierno”, aseguró. El motivo, argumentó, es que “un Estado, una Nación, no puede ser un mercadillo de intereses regionales. Una Nación debe tener su propia personalidad dentro de su vertebración, su propia identidad como suma de sus múltiples identidades regionales. Lo que no cabe es lo contrario. Es la suma y no la resta lo que hace fuerte a una Nación”.
Junto a más España, será necesaria más Europa, pero una Europa real. “Necesitamos cada vez más una Unión Europea real, unos aliados fieles que puedan confiar en nosotros, una presencia por derecho propio en los foros internacionales de toma de decisiones, un sentido de cooperación y solidaridad internacional más allá del efectismo propagandístico o de caprichos veleidosos”.
Con esos ingredientes imprescindibles, y con la verdad por delante, Jaime Mayor argumentó cómo será posible superar la crisis. Superarla, no instalarnos en ella y vivir de administrarla, como si, de repente, se hubiera convertido en una maldición irreversible. “Quienes comprendemos la gravedad del presente somos precisamente quienes no renunciamos a la esperanza, quienes más creemos en que es posible salir de esta situación si logramos el espíritu y aplicamos las medidas necesarias. Los optimistas no son los que lanzan eslóganes sin contenido para consolar. Los optimistas somos los que creemos en el esfuerzo personal y colectivo como la mejor arma para superar la adversidad”, aseguró.
Jaime Mayor recordó el éxito de la Transición y los ingredientes que permitieron fraguar ese gran logro colectivo. “Hace más de 30 años, vi que con esfuerzo, confianza y firmeza en la defensa de unos valores en los que creíamos muchos, se pudo llevar a cabo con éxito el reto de una transición a la democracia”.
Ese éxito, defendió, puede repetirse si se recuperan los valores sobre los que se cimentó. “Lo que debemos es sabernos ganadores, conscientes de que son esos mismos valores que otros pretenden destruir lo que nos arma de razón para mantenernos firmes en el empeño de seguir haciendo avanzar a nuestro país, superando la adversidad actual y el retroceso al que nos ha conducido la exaltación, la exageración, el relativismo y la manipulación de quienes se creen y actúan como una aplastante mayoría tan sólo porque hacen más ruido que nosotros”.
Podemos lograrlo, afirmó. Pero antes necesitamos “despertar la conciencia, el compromiso, la voluntad de esa mayoría es responsabilidad de todos y, en especial, de quienes desarrollamos una actividad pública y política”. Y necesitamos convencer a esa mayoría silenciosa de que “no son más los que defienden el relativismo”. Son menos y, además, “cuanta más distancia pongamos entre nosotros y la doctrina del relativismo moral, más posibilidades tendremos de acertar”.
Su conclusión es que “superar la crisis es posible. Requerirá esfuerzos y sacrificios. Requerirá la adopción de medidas dolorosas y requerirá renuncias. Pero lo primero que se requiere es confianza”. Esa confianza es doble. “Primero, confianza en nosotros mismos, en el valor de nuestro esfuerzo, en nuestra capacidad, en la fortaleza propia e individual de cada uno. Pero también confianza en quienes han de regir nuestro destino como comunidad”.
Y el trabajo al que Jaime Mayor Oreja y todo el Partido Popular van a dedicar los próximos meses, con el objetivo de que termine cuanto antes el ciclo de retroceso al que Zapatero ha llevado a España será “merecer esa confianza, ganárnosla a través de nuestro trabajo, nuestra actitud y nuestra solvencia”. El objetivo merece la pena: superar la crisis, hacerlo desde los principios, con más España y más Europa.