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Diario YA


 

UN SENTIDO HOMENAJE DE LA ZARZUELA AL MAESTRO FRÜHBECK DE BURGOS

“Los diamantes de la corona” de Francisco Barbieri

Fotografía: Fernando Marcos

Luis de Haro Serrano

Con este atractivo título de Barbieri el Teatro Nacional de la Zarzuela rinde un merecido y sentido homenaje al maestro Frühbeck de Burgos, que según le comentó personalmente en 2013 a su director, Paolo Pinamonti, al terminar un gran concierto en dicho teatro, cómo a pesar de haber dirigido tantos conciertos y haber realizado incontables grabaciones discográficas de zarzuela en España y bastantes países, no había tenido aún la oportunidad de dirigir una zarzuela desde el foso de este emblemático teatro.

A pesar de estar ya cerrada la programación de la temporada 2014/2015, se hizo un hueco para que el insigne maestro pudiera cumplir su deseo. Se programó para esta fecha de noviembre pero el destino, que juega sus bazas como quiere, se encargó de que el maestro se marchara sin realizarlo.

Esta reposición –la última fue hace cinco años, durante la temporada 2009/2010- cobra especial relieve, por otras razones: recordar el extraordinario valor musical de esta gran partitura de Barbieri, en la que, de forma humorística se realiza una velada crítica al deseo de perpetuarse en el poder, a la corrupción gubernamental en detrimento de la clase baja. Es uno de los títulos más interesantes de su compositor, realizado con una versificación muy mejorada, perfectamente armonizada con el lenguaje musical, bien adaptada a la sicología de sus personajes y alejada de los grandes tópicos que hasta ese momento se solían utilizar. Es una nueva oportunidad de volver a recordar sus deliciosos pasajes dotados de una gran belleza coral, como el de “vuelta al trabajo” con el que comienza la obra, el conocido bolero “Niñas que a vender flores vais a Granada”, así como el situado al final del 2º acto “mil parabienes al orador”, que tanto aprecian y recuerdan los aficionados, así como los bellísimos dúos, concertantes y deliciosos números cómicos, cuya acción se desarrolla en el Portugal del siglo dieciocho.

Estrenada en el Teatro del Circo de Madrid el 15 de septiembre de 1854, “Los diamantes de la corona” fue compuesta por el madrileño Francisco Asenjo Barbieri (3-08-1823/17-02-1894) en tres actos sobre libreto de Francisco Camprodón, inspirado a su vez en el preparado por Eugenio Scribe y Jules Henri Vernoy, Marqués de Saint Georges, escrito para la ópera cómica del mismo título compuesta por Daniel-Francois Esprit Auber. Este título es uno de los ejemplos más significativos de la conocida como “zarzuela grande” que, a mediados del siglo XIX, comenzaba a dar sus primeros pasos con fuerza y decisión por el campo de la lírica europea, alejada de los grandes tópicos que hasta ese momento solía tener, además del gran sentido musical de su autor que, en esos momentos, se sentía atraído por la línea de composición italiana.

Puesta en escena
José Carlos Plaza, dentro de lo que le permitía el obligado corsé de la producción de 2010 del que ha temido que partir, ha vuelto a realizar una cuidada puesta en escena, muy apoyada por la acertada escenografía e iluminación de Francisco Leal y el vistoso vestuario de Pedro Moreno, elegante y dotado de un gran colorido, pero con determinados movimientos del coro, poco adecuados por su vulgaridad.
El coro, siempre brillante y con gran fuerza, fue también un gran complemento que favoreció la vistosidad general de la escena. Olivier Díaz, gran conductor de cantantes, ha sabido llevar a la orquesta con gran precisión por los sugerentes aires belmelodistas italianos que tanto agradaban a Barbieri.

El doble reparto que la Zarzuela ha utilizado para la reposición de esta obra, ha sido un clásico “Tanto monta” porque todos han intervenido con la misma elegancia, belleza y buen hacer dramático. Tanto María José Moreno, Sonia de Munck, Cristina Faus, Marina Pardo, Ricardo Muñiz, Gerardo Bullón o Fernando Latorre, entre otros, como el coro, han estado perfectos tanto en el aspecto canoro como en el dramático, destacando la belleza con la que las dos Catalinas (Mª José Moreno y Sonia de Munck) intervienen en la romanza estrella de la obra, la nº 15 del acto 3º,”De que me sirve ¡oh cielo!”, que pone el broche de oro a esta joya de zarzuela, que por su alto presupuesto no suele prodigar mucho su presencia en los escenarios líricos españoles.