Sergio Dugenest. El mundo está lleno de superdotados en “el arte del fastidio” y a la primita del riesgo se le han unido unos siniestros personajes que pululan por el mundo del correo electrónico y que están haciendo difícil la comunicación entre un nonagenario y sus nietos. Esta pérfida pareja son el “Sr. Faillure y el Sr. Maeler Daemon”.
Estos no han tenido ni la más minima compasión por su edad y por su sordera que no la arregla ni el “whissper xl” ni el “spy megaplus” (pues lo único que escucha el contertulio es un concierto de silbidos en la menor) por lo que este se reduce al visual y al escrito vía Internet cuando estos lo permiten.
Inexperto en el mundo de la informática no me he atrevido a contarle lo de los virus, malware, y troyanos, no vaya a ser que me pida que le recuerde la Ilíada y llame al practicante para que vacune al ordenador. Son las cosas de los “tiempos modernos”, del avance vertiginoso de la tecnología y los cambios que ha experimentado la sociedad.
Mi padre partió de España viendo como volvía a reír la primavera y quiso expandir su sonrisa en la guarida de Stalin. Unos años después volvió con el cabello encanecido por la nieve de la estepa rusa; atrás quedaron camaradas, amigos, parte de una juventud entregada a unos ideales, sufrimientos, de “pesadillas reales” y recuerdos que compartirán estancia hasta que Dios quiera.
Hoy estamos en pleno 2012 y cuando a sus 7 nietos les cuenta sus batallitas, les enseña sus cuadros miniaturistas, como de un trozo de madera de olivo sus manos la dieron forma de la Virgen María que acuna entre sus brazos al niño Jesús, les comenta algún libro clásico y les narra en un CD historias que acaecieron en el Madrid de los Austrias, se aprecia como se entronca el pasado con el futuro, sin dejar ningún fotograma suelto.
Hoy se ríe cuando ve como ciertos adelantos limitan entre lo cómico y lo absurdo.
Ya nada le asombra, la realidad ha desbordado su imaginación y todo es posible. Los menús de los grandes restauradores culinarios que te criogenizan un puré de chicharrones cacereños con guarnición caramelizada a la fresa amarga de arándanos con setas de Villa verde Alto y regaliz picante que intentan suplir a la tradicional tortilla de patatas con…patatas.
Y que decir de los teléfonos móviles con bluetooht, GPS, whatsapp, wifi con brújula digital, multitouch panorámico con cubierta oleófuga anti-huellas, cámara de 8 megapíxeles y video en HD con flash leed, giroscopio de tres ejes con acelerómetro y 38 idiomas y por si fuera poco, puedes mantener una conversación telefónica (le falta un insultómetro, freír huevos en la pantalla y enviarlo por fax); ah, se me olvidaban los programas que puedes bajar de Internet como “un detector de fantasmas”. Créanme, no hace falta esa aplicación, se ven a simple vista, hay tantos.
De los antiguos teléfonos, hecho de menos los agujeritos,… eran tan simpáticos…
Por cambiar, de ser presidida una plaza por el ilustre dramaturgo Vázquez de Mella a ser tomada por un colectivo totalitario que ondea una bandera basada en el engaño, pues el arco iris tiene 7 colores y no 6.
Desde la Atalaya que dominaba la Plaza, Guillermo, a la vez que servía unas horchatas o granizados de limón, hacia las veces de redactor del “chismorreos telegraph”.
Hoy, “la voz de aquel barrio” ha sido suplantada por “las fiestas del orgullo del fondo del armario”. De los balcones donde los clavelitos, rosas y azucenas vestían de vida y de color la calle, han sido sustituidas por tiestos con cannabis, y de una fauna digna de un reportaje de National Geographic. Y con este cambio de look ya no quedaron ni los serenos.
Me acuerdo cuando me llevaba al Retiro para hacer navegar por sus numerosas fuentes un submarino que al emerger a la superficie mostraba en uno de sus flancos la bandera de España, ante la mirada inquisitorial de aquellos guardas del Parque que cubrían la testa con sombrero de Mosquetero y una ancha banda de cuero que cubría el pecho.
Hoy para encontrar un barquillero en el Retiro que aromatizaba con fragancia de vainilla y canela el borde del estanque, has de llamar a tele-barquillo, supongo; “Pirulo” al que los niños soplábamos cuando debía golpear con su estaca a la bruja, ha sido sustituido por echadores de cartas, videntes del antiplano, payasos y contorsionistas al servicio del “Pingüino”, que abandono Gotham porque en Expaña es más rentable el delinquir.
Hoy, 92 años después, la primavera ya no ríe; motivos: hay sequía y porque Expaña está cercada por la niebla. Una niebla de intranquilidad, de miedo, imbecilidad, donde hay pesar, y donde habita el egoísmo.
Y, como decía, el grupo Maná en una canción “Falta amor” y… humor. Más con todo la Fe y la Esperanza siguen sin conocer a la primita del Sr. Riesgo.
¡Ánimo Papá!