2020, el verano de las cábalas y jugarte todo a cara o cruz
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David Casarejos. Presidente del Consejo de Residentes del norte de Reino Unido
Consejero por Reino Unido en el Consejo General de la Ciudadanía Española en el Exterior
En el pasado los veranos eran lo más fácil del planear del mundo. Elegías fechas, comprabas billetes, viajabas a tu destino.
Esta seguridad de que A lleva a B y no hay dudas sobre la validez de los billetes de avión, o si tu país de origen te va a prohibir la vuelta tras tus vacaciones ha cambiado en 2020, y muchos planes se han tirado a la basura y con los cambios de fechas, políticas entre países, y evolución de la pandemia, nos sentimos como bingueros o jugadores de poker, a los que nuestra apuesta puede salir bien, o puede resultar desastrosa.
Los españoles que vivimos en el exterior y que contamos con el verano como una oportunidad de volver a casa con la familia, estamos mirando las noticias, y escuchando a nuestros colegas y sus fallidas experiencias de volar a casa en los últimos meses, con gran preocupación.
¿Los billetes que compro hoy valdrán en 2 semanas? Los rebrotes que están sucediendo si siguen podrían cambiar las condiciones impuestas, y los que vivimos lejos, y nos jugamos un posible cierre de fronteras, o cuarentenas en destino y luego en origen, tenemos que medir mucho nuestras decisiones.
Muchos tendrán en sus paredes, murales con árboles de decisiones e hilos que junten fotos y teorías, si, como en las pelis de detectives americanas, y la decisión que tomen, nunca se va a basar en una certeza absoluta. Te vas a Alicante si el vuelo despega dentro de una semana, y con la experiencia de cientos de vuelos cancelados, nadie te lo va a asegurar…pero más difícil es establecer que el día 30 de agosto podrás volar de vuelta, ya que ahí metes en la coctelera otras 7 semanas de cambios súbitos, rebrotes, fiestas de tu pueblo, gente que se salta las normas a la torera, y decisiones políticas que cambian con el viento.
Que fáciles eran los veranos anteriores, donde podía planear 2 semanas de vacaciones, y como ha cambiado el panorama turístico en cuestión de meses gracias a la COVID19.
Desde Reino Unido, parece que habrá otra vez millones de turistas desplegándose por Europa durante verano, y una gran proporción de estos irán a España.
Mucha parte de la población, la más precavida y la que más en serio se lo ha tomado, se decantarán por unas staycation (vacaciones en la isla) este 2020 y esto deja que los que se han tomado la pandemia muy poco en serio, sean los vayan a nuestro país a disfrutar de las playas, de las “dos cervezas por favor”, y esperarán campar a sus anchas tomando las reglas de una manera parecida a como las toman en su país.
Los supermercados llenos de gente sin mascarillas es lo normal. Las macro fiestas con pelea final con la policía como las sucedidas en Brixton hace dos semanas se están multiplicando, y es normal…su gobierno no ha impuesto multas ejemplares, y no ha dado un mensaje firme.
No crean que van desesperados por no haber podido salir de casa. En Reino Unido eso nunca sucedió y ese encierro de meses no fue lo que se impuso a rajatabla.
Este pasado sábado sí que se abrieron los Pubs de todas las ciudades, y esto constató ni más ni menos todos los tópicos típicos de una gran parte de la población britanica, y es que los Pubs están para llenarse y beber, y con la bebida y la falta de inhibición, las reglas nunca se asocian.
Semanas de planes por parte de ayuntamiento y policías locales, y mensajes vacíos y llenos de “deben”, “podrían”, “sería mejor”, nos han vuelto a mandar los dirigentes del país, pero sin ninguna amenaza de sanciones ante las irregularidades y disturbios que esta apertura de Pubs ha provocado.
El sentido común de Boris Johnson (ausente) llevó a decidir que, entre todos los días de la semana que son 7, se abrieran justo el día que más problemas se pueden crear. Un sábado fue el día elegido, lo que multiplicó el número de usuarios, y en vez de dar varios días a los establecimientos para preparase para la gran ola de un sábado, les tiró directamente al día de la semana que más gente puede ir a un Pub.
Centros de ciudades que, durante unas horas, o casi todo el día, se vuelven zona de combate con hordas de ciudadanos desesperados por beber muchas pintas en muy poco tiempo… ¿y las mascarillas?
Si solo fuera problema de las mascarillas estaríamos salvados. Las mascarillas no se ven, y en gran parte solo las llevan en sus bolsillos, o ni eso.
Este verano/pesadilla será una excepción o eso esperamos. Yo espero que los vuelos a finales de agosto sigan como ahora mismo, y me ahorre tener que llenar el depósito de mi choche muchas veces para viajar a mi ciudad en España a recoger a mis hijos, cubriendo más de 1700 kilómetros ida y otros 1700 vuelta en coche, en el caso de que de repente se cierren aeropuertos.
Cruzaremos los dedos y pondremos velas a los caballeros jedis, o a los santos, o a lo que usted guste, por tener un poco de paz con la COVID19, y que tras 2020 se nos devuelva a cierta normalidad ya que necesitamos una tregua con un año que será el foco de nuestra historia de abuelos cebolleta, y diremos a nuestros nietos aquello de “en 2020 no pudimos salir de casa durante meses y teníamos que llevar mascarillas”… pero lo más triste, es que tal como vamos con las noticias, puede que en 20 años la situación esté incluso peor.