5 consejos para saber hablar bien en público
Hablar en público puede ser una actividad muy compleja, negativa y sacrificada o por el contrario una acción muy sencilla, positiva y muy gratificante.
La diferencia entre estas sensaciones y resultados está en cada persona y en su capacidad para saber afrontar correcta o incorrectamente una exposición ante una audiencia.
A continuación, ofrecemos una serie de 5 consejos para saber hablar en público y que esa sensación sea de emoción positiva y alegría.
1. Organiza en partes el discurso
Si tienes tu discurso organizado en partes bien diferenciadas te servirá para tener un control en todo momento de que va detrás de cada acción y punto. Esto no quiere decir que estés pensando de forma mecánica en lo que viene después y pierdas naturalidad en el momento, sino que tienes una guía y un recorrido que hacer y es mucho más sencillo hilar la conversación.
2. Sé claro y conciso
Un elemento fundamental en el éxito de un discurso ante una audiencia es ser claro y conciso. Hablar por hablar sin un rumbo contribuye a que las personas se pierdan del punto inicial de la conversación, se aburran y se desconecten. Y no hay nada peor que esto ocurra, porque lo acabarás notando y los nervios y el miedo puede aflorar. Por tanto, tu discurso tiene que poder ser accionable para la audiencia, con consejos fáciles de entender y que puedan llevarlo a la práctica.
3. Conecta con el público
Conectar con el público significa ponerse en el lugar de ellos, o lo que es lo mismo, hacer el ejercicio mental de si están entendiendo y les está siendo útil lo que le estás contando. Si piensas que es complejo que te puedan entender o que no es motivante la historia que estás contando, es porque así es y no has conseguido llevar a buen puerto los dos puntos anteriores.
Para evitar esto, interactúa con las personas del público, despiértales su interés, hazles ser parte de la charla haciéndoles preguntas, pero no con el fin de querer “pillarles” o ponerles en un aprieto porque si no se sentirán incómodos y con miedo, si no con el fin de que quieran por ellos mismos intervenir en la conversación.
4. Apóyate de una presentación
Utilizar una presentación visual enriquece el discurso. A ti como ponente te servirá para tener gráfica o visualmente el discurso organizado en partes (punto 1) y por tanto es un elemento de apoyo que se utiliza como guion o índice. Utiliza pocas diapositivas que impacten visualmente y que les resulten amenas y entretenidas a la audiencia. Olvídate de utilizar decenas y decenas o incluso cientos de diapositivas cargadas de texto. ¡Eso provoca el efecto contrario!
5. No leas, habla
Un fallo garrafal y que muchas personas cometen es limitarse a leer la presentación cargada únicamente de texto, donde han escrito prácticamente todo el discurso.
¡Eso queda fatal! Y además aburre mucho a las personas. Entre otras cosas, la audiencia también sabe leer, por lo que van a acabar leyendo y dejándote de escuchar. ¡No te prestarán atención!
Para evitar esto, utiliza diapositivas ligeras, con muy poco texto, en el que se incluyan únicamente frases o palabras clave contundentes. Verbos de acción, de emoción, de motivación, acompañados de imágenes potentes.
De esta forma, el público se siente atraído por las diapositivas pero no pierde la concentración ni la atención en tu discurso, que es el verdadero protagonista.